Con la intención de estar a primera hora en la Ciudad Prohibida nos levantamos a las 7:00am. Aprovechamos el desayuno gratis del hotel para llenarnos la panza antes de salir a lo que sería un largo día. Fue un desayuno muy completo; incluía huevos, pan tostado, tocineta y jugo de naranja.
Caminamos hasta la estación del metro más cercano al hotel, que en este caso era la estación Dongsi. El precio de los tickets depende del destino. Nosotros pagamos ¥3 todas las veces que utilizamos el metro excepto cuando fuimos al Palacio de Verano que si más no recuerdo el boleto costó ¥5. Los carteles y señales en las estaciones están en mandarín e inglés, y es muy fácil entender el sistema de transporte colectivo. Nosotros teníamos un VPN (Visual Private Network) y pudimos usar la aplicación Google Maps para las direcciones y para saber que metro coger. En Dongsi cogimos la línea 5 hasta Dongdan y ahí cambiamos a línea 1 hasta Tiananmen East.
Salimos del metro y pasamos por el área de control de seguridad de la Ciudad Prohibida. Ahí nos pidieron el pasaporte, igual que la noche anterior. Sin pasaporte, no permiten la entrada de turistas. Volvimos a la Puerta de Tiananmén que en esta ocasión estaba abierta. Ya que era de día esta vez pude ver que entre la puerta y la acera hay un grupo de fuentes y unos jardines muy bien cuidados. Procedimos a cruzar la puerta y llegamos a una inmensa plaza donde había quioscos vendiendo agua, refrescos, jugos, chocolates y otros snacks. Al final de esa plaza estaba la entrada principal de Ciudad Prohibida, la Puerta Meridian. Al ser lunes no pudimos entrar a la ciudad porque los lunes no abren. No sé como ese detalle se me escapó cuando estaba organizando el viaje.
No nos quedó de otra que bordear el canal que rodea la Ciudad Prohibida hasta que llegamos a la Puerta del Este donde cruzamos el puente que nos llevó a la calle Beichizi. El Parque Jingshan queda justo al norte de la Ciudad Prohibida y hacia allá nos dirigimos. Utilizamos la aplicación Didi, que es como el Uber de China, para pedir un taxi que nos llevara al parque.
El Parque Jingshan, mejor conocido como la Colina de Carbón, es uno de los jardines imperiales mejor conservados de Beijing. Se ubica al norte de la Ciudad Prohibida y se formó gracias a la acumulación de la tierra que se sacó para la construcción del foso del palacio de la Ciudad Prohibida. Tras su construcción el parque fue destinado al uso imperial, pero en 1928 abrió sus puertas al público y desde entonces cientos de ciudadanos y turistas lo recorren cada día.
La entrada al parque no es gratis pero tampoco es como que cuesta una millonada, solo pagamos ¥2 cada uno. Tan pronto cruzamos el pórtico de entrada nos encontramos de frente con el Pabellón Qiwang. Adentro hay una estatua de Confucio y cuatro de sus discípulos.
Dimos dos o tres pasos y llegamos a un área del parque donde varias personas se encontraban practicando tai chi. La mayoría de las personas que estaban haciendo tai chi eran personas ya mayores. Esta sería la primera de muchas escenas de personas practicando tai chi que veríamos durante las dos semanas en China.
En esa misma área del parque vimos unas escaleras y comenzamos a subirlas. Nos dirigimos directo al Pabellón Wanchun Ting o Pabellón de la Eterna Primavera que se encuentra en la cima de la colina. En total hay cinco pabellones en la colina del parque, cada uno de ellos solía tener un buda de bronce, pero en el 1900 las fuerzas aliadas europeas invadieron China y saquearon muchas de las reliquias del país, incluyendo los budas de los pabellones.
Desde la cima tuvimos una vista privilegiada de la Ciudad Prohibida, el Parque Beihai, las Torres del Tambor y la Campana y de casi toda la ciudad. Aunque por la contaminación, no había mucha visibilidad de las áreas más alejadas. Debo decir que nosotros éramos los únicos turistas no chinos en el pabellón. Eso es un detalle que seguiríamos notando durante el viaje. No siempre éramos los únicos turistas no chinos, pero siempre éramos muy pocos.
Después de la ronda de fotos comenzamos a bajar las escaleras y entonces si visitamos los dos pabellones que habíamos visto cuando subíamos. El primero que vimos es el Pabellón Jifang. Este pabellón fue construido en 1751 y tiene forma octogonal. El otro pabellón que vimos tiene forma circular y se llama Pabellón Fulan. Ambas estructuras son más pequeñas que el pabellón de la cima de la colina. Bajamos las escaleras y decidimos salir a la calle donde volvimos a usas la aplicación Didi para llegar a la Torre de la Campana. Se nos quedó parte del parque que no vimos, pero teníamos otros lugares por ver y lo principal del parque lo pudimos recorrer.
El taxi nos dejó justo al lado de la Torre del Tambor. Bordeamos la torre hasta que llegamos a una plaza que tiene en un extremo la Torre del Tambor y al otro extremo la Torre de la Campana. Estas torres son dos emblemáticos edificios que marcaron el ritmo de vida del antiguo Beijing. Durante la Dinastía Han el amanecer se avisaba con el repicar de una campana, mientras que el anochecer se anunciaba al son de un tambor. Desde entonces, estos «relojes» utilizados por el pueblo chino fueron colocados en todas las ciudades del país construyéndose así las torres del tambor y de la campana.
Compramos el boleto que incluía ambas torres por ¥30 y procedimos a visitar primero la Torre de la Campana. El edificio que alberga la campana fue construido en piedra y ladrillo, y mide 47.9 m (157 pies) de altura. Tuvimos que subir una empinada escalera para llegar a la segunda planta donde se encuentra la gigantesca campana de bronce de 7 metros (23 pies) de altura y 63 toneladas de peso. La campana, cuyo sonido se puede escuchar a más de 20 kilómetros de distancia, anunció la llegada de las siete de la tarde hasta el año 1924. Rodeamos la campana fijándonos en cada detalle de ella y observamos la Torre del Tambor desde un balcón que hay justo frente a la campana.
Bajamos de la torre y decidimos ir a almorzar y luego virar para ver el espectáculo de la Torre del Tambor. Caminamos hacia la carretera principal y de todos los restaurantes de comida china que había, terminamos en uno japonés. Y fue ahí donde comenzamos a tener un poco de problemas con la comunicación pues el menú estaba en chino únicamente y los empleados del restaurante no hablaban inglés. Gracias a la aplicación Google Translate logramos entender un poco el menú. Pero resulta que los pinchos que ordenamos eran de cuero de pollo, no de carne de pollo, y no se veían nada apetecible. Aún así me comí uno para comprobar el sabor, pero la consistencia del cuero no era la mejor.
Se nos estaba haciendo tarde y salimos casi corriendo para poder llegar a ver el espectáculo de las personas tocando los tambores en la Torre del Tambor. Llegamos a la colorida torre que, a mi en lo personal me parece mucho más bonita que la Torre de la Campana. Esta torre mide 46.7 metros (153 pies) y los tambores están en la segunda planta. También nos tocó subir unas empinadas escaleras, y estas fueron peores porque las subimos corriendo ya que el espectáculo de los tambores había comenzado. Llegué arriba sin aliento, pero pude ver el final del show. La torre tiene 25 tambores que en el pasado fueron utilizados para marcar las horas del día. Al igual que la otra torre, las horas dejaron de ser anunciadas desde que el último emperador abandonara la Ciudad Prohibida.
Salimos de las torres, caminamos hasta la estación del metro y nos dirigimos hacia nuestro próximo destino, el Palacio de Verano. El Palacio de Verano era la residencia veraniega de los emperadores de varias dinastías. Es el mayor y mejor conservado de los jardines con residencia imperial. Tiene una extensión de más de 290 hectáreas y tiene un lago llamado Lago Kunming que ocupa una tercera parte del terreno. El parque es un perfecto exponente de arquitectura china a base de jardines, pabellones, torres, templos, galerías cubiertas y lagos.
El boleto para entrar al parque me costó ¥30 y la audioguía ¥40. Hay un boleto que cuesta ¥60 e incluye la visita a todos los rincones, pero no lo estaban vendiendo, solo vendían el ticket básico. Accedimos al parque por le entrada norte y seguimos la multitud. En ese caminar pasamos por el puente que cruza la famosa Calle Suzhou. Esta calle es una recreación de una calle comercial y está formada por un canal que está bordeado por pequeñas tiendas que ofrecen algunos productos tradicionales y otros más turísticos. Queríamos recorrer la calle, pero se necesitaba pagar adicional y ya no estaban vendiendo entradas porque eran más de las cuatro de la tarde.
Al final del puente vimos un bonito portal típico chino junto a las escaleras que marcaban el inicio de la subida a la Colina de la Longevidad. Subimos varios escalones y nos encontramos de frente con un templo llamado las Cuatro Grandes Regiones. Este templo es uno budista tibetano y es el más grande en Beijing. El templo está custodiado por dos leones que se encuentra en la parte frontal, en una especie de plaza.
Subimos las escaleras del templo hasta que nos perdimos por los callejones, luego subimos por unas piedras inmensas que nos llevó hasta la cima de la colina donde se encuentra el Templo del Mar de la Sabiduría. Ese templo fue el más bonito de los que vi, es color dorado y turquesa y tiene 1008 pequeños budas incrustados en el exterior de las paredes. En el interior del templo hay una estatua de Guanyin, la Diosa de la Misericordia, sentada en una flor de loto.
Caminamos por una vereda hasta que vimos entre los árboles el Lago Kunming. Desde lo alto de la Colina de la Longevidad se veía todo el lago, con la Isla Nanhu, el Puente de los Diecisiete Arcos que conecta la isla con el parque y varias barcazas que navegaban de un lado a otro. Continuamos caminando la vereda que iba poco a poco llevándonos al lago cuando de momento unos nenes chinitos nos comenzaron a hablar inglés con nosotros, nos preguntaron de donde éramos y nos pidieron una foto con ellos. Me dieron la impresión de que muy pocas veces ven personas no asiáticas en China.
Terminamos de bajar la vereda y llegamos a orillas del lago, a un pequeño muelle. Junto al muelle vimos un estanque, que es parte del mismo lago, repleto de plantas de loto, muchas de ellas floridas. Luego llegamos a los palacios orientales. Todos cerrados por ser ya más de las cinco de la tarde, así solo los pudimos ver desde afuera.
Primero pasamos por el Palacio de la Alegría y la Longevidad que era la residencia de la emperatriz Ci Xi de mayo a noviembre. Estaba atestado de turistas chinos y apenas me pude acerca a él. Frente al palacio hay una enorme roca sobre un pedestal de mármol. También pasamos por el Palacio de la Benevolencia y la Longevidad que es el lugar donde el emperador concedía las audiencias. En el patio delantero hay cuatro grandes rocas blancas y delante del edificio cuatro esculturas de bronce.
Pasamos por otros palacios y jardines hasta que llegamos a la Puerta del Este por donde salimos del parque. El parque es inmenso y no lo recorrimos completo, diría que ni la mitad la logramos ver, pero es que la combinación de turistas en masas, calor extremo y cansancio no nos permitía continuar recorriéndolo.
Estábamos hambriento y nos metimos a cenar en un KFC que habíamos visto frente a la estación del metro. Nadie hablaba inglés, pero nos dieron un menú donde nosotros señalábamos lo que queríamos. Luego de la experiencia con los pinchos de cuero de pollo en el restaurante japonés el pollo de KFC nos supo a gloria.
Aunque estábamos esbarataos de tanto caminar decidimos hacer una visita adicional. Regresamos al Centro Nacional de Artes Escénicas para ver si esa noche encendían el exterior de la estructura. Llegamos una hora antes del atardecer y estuvimos hasta que cayó la noche y no lo encendieron. Lo único que estaba encendido eran las luces del interior. No nos quedó de otra que conformarnos con esa imagen y regresarnos por fin al hotel a dormir.
El itinerario del viaje lo puedes ver AQUÍ.
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Hola! Cual es el hotel q se quedaron q incluía el desayuno?
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Hola Emmarienid,
El hotel se llama Beijing 161 Wangfujing Courtyard Hotel. Aquí te dejo el link del hotel en Booking:
https://www.booking.com/hotel/cn/beijing-161-wangfujing-courtyard.es.html
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