Era el último día en la capital china y teníamos varios lugares pendientes. Lo primero que hicimos fue organizar las maletas y dejarlas en la recepción. Caminamos hasta la estación Dongsi donde cogimos la línea 5 del metro hasta llegar a la estación Tiantan East Gate. Salimos de la estación y tras unos pasos ya estábamos en la entrada del Parque del Templo del Cielo o Tiantan. Entrar al parque tuvo un costo de ¥10 pero las entradas a los diferentes edificios que hay en el parque no estaban incluidas con ese ticket.
El Parque del Templo del Cielo, o Tian Tan, es uno de los mayores recintos sagrados de China. Construido durante el reinado de la dinastía Ming, era el lugar en el que el emperador realizaba sacrificios para dar las gracias al Cielo por los frutos obtenidos y rogaba por las futuras cosechas. El Templo del Cielo en un inmenso parque donde se ubican diferentes edificaciones que fueron dedicadas a rendir homenaje al Dios del Cielo. Entre los edificios más importantes destaca el Templo de la Oración por las Buenas Cosechas, el Altar Circular, la Bóveda Imperial del Cielo y el Salón de la Abstinencia.
Accedimos al parque por un largo camino rodeado de árboles. Era temprano, cerca de las 7:30am, y ya había bastante gente que caminaba junto a nosotros hacia la misma dirección. Mientras caminábamos podíamos ver al final del camino el techo del edificio que queríamos visitar, Qinian Dian o Templo de la Oración por las Buenas Cosechas. Al acabar el camino arbolado proseguimos cruzando un largo corredor que terminaba en la entrada del templo. El corredor es un pasillo de madera por donde pasaban las ofrendas que el emperador ofrecía a los Dioses en el momento de rezar para las cosechas. En el pasillo vimos varios ancianos hablando entre ellos y entretenidos jugando juegos de mesa.
Para entrar al templo tuvimos que comprar un ticket que nos costó ¥20 y como aún no habían abierto nos mantuvimos en fila. A las 8am abrieron el acceso al Templo de la Oración por las Buenas Cosechas y tuvimos la dicha de ser los primeros en entrar y, por ende, lo vimos prácticamente vacío por unos minutos. Este templo es el más bonito del recinto, está construido en madera, tiene forma circular y su color azul simboliza el cielo. Aunque no se puede entrar, tenía las puertas abiertas y pudimos ver el trono que se encuentra en su interior. Aprovechamos que aún no llegaban las grandes masas de turistas chinos para tomarle infinidad de fotos al templo y sus alrededores.
Salimos del templo y recorrimos el parque en dirección sur pasando por la Bóveda Imperial del Cielo que es el lugar donde los emperadores rendían homenaje a sus antepasados. Luego vimos el Altar Circular que está construido con losas de mármol distribuidas en nueve círculos concéntricos y es el lugar en el que el emperador realizaba los sacrificios. A ninguno de estos dos lugares entramos, porque había que pagar adicional, pero pudimos verlos desde afuera.
Decidimos recorrer las áreas verdes del parque y allí vimos varios grupos de personas mayores practicando tai chi. Y es que en los días que llevábamos en China habíamos visto estos grupos de personas practicando tai chi en cada plaza y parque de la ciudad. También vimos un grupo tocando instrumentos musicales. Este parque ha sido lo más que me ha gustado de China, junto a la Gran Muralla. Y lo que tiene en común ambos lugares es que los recorrimos sin tumultos de turistas, fueron un gran remanso de paz en un país con 1.38 billones de habitantes.
Nos regresamos a la estación del metro y nos fuimos a lo que sería el último lugar que visitaríamos en Beijing, el Estadio Nacional. El Estadio Nacional de Beijing, o Nido de Pájaro de Beijing, como popularmente se le conoce, es la estructura de acero más grande del mundo y el estadio más complejo jamás construido. Fue el escenario principal de los Juegos Olímpicos Beijing 2008. Su diseño tuvo que ser fuente de inspiración y ser capaz de resistir un terremoto. Se utilizaron 110,000 toneladas de un nuevo tipo de acero, mucho más liviano, el cual es el más puro que se haya desarrollado en China. Se trata de una de las maravillas de la ingeniería clave en el mundo de hoy.
No teníamos mucho tiempo así que lo admiramos desde afuera y hasta nos acercamos un poco a él, pero no cogimos el tour. Hubiese sido ideal poder ir a verlo de noche porque lo iluminan completamente y hay una laguna en la que se refleja todo el edificio. Lamentablemente nosotros no tuvimos el tiempo para darle una visita nocturna. Después de las fotos de rutina nos regresamos en el metro a la estación que estaba cerca a nuestro hotel, la estación Dongsi.
Fuimos al supermercado Wumart que esta justo al lado de la estación y compramos varias cosas para comer durante el viaje en tren bala a Xi’an. También aprovechamos que al lado del supermercado había un restaurante y almorzamos. Fuimos al hotel donde recogimos las maletas y nos fimos en taxi hasta la estación de trenes Beijing West.
Después de casi una hora gracias al tráfico, llegamos al terminal. Y ahí comenzó la osadía de buscar los boletos del tren que ya habíamos previamente reservado y pagado por internet. Faltaban 30 minutos para que el tren saliera y nosotros estábamos buscando la ventanilla para recoger los boletos. Luego de preguntar a varias personas nos mandaron a bajar al primer nivel y luego de 15 minutos en una fila nos dieron los boletos. Salimos corriendo buscando el tren, y cinco minutos antes de que saliera el tren estábamos sentándonos en nuestros respectivos asientos que habían sido previamente asignados.
El tren bala salió puntual a las 3:45 de la tarde. El viaje duró unas cinco horas y media y fue totalmente placentero. Nosotros nos pasamos esas horas entre la barra y los asientos, bebiendo cervezas y comiendo las papitas y el pan que habíamos comprado en Wumart. El tren alcanzó una velocidad máxima de 302 km/hr y apenas se sentía.
Llegamos a Xi’an North Railway Station y tomamos un taxi hasta Xiangzimen Youth Hostel, que fue nuestro hotel por las próximas dos noches.
El itinerario del viaje lo puedes ver AQUÍ.
Pingback: Ruta 18: Dos semanas en China y Hong Kong
¡Qué envidia! ¿Y el próximo viaje?
Me gustaLe gusta a 1 persona
Una escapada a Ciudad de México en el fin de semana de Thanksgiving. Luego voy a Puerto Rico a pasar la navidad y el año nuevo con mi familia y amigos. ¿Y tu próximo viaje/escapada?
Me gustaLe gusta a 1 persona
Creo que no voy a tener tiempo ni dinero para nada hasta 2019 😦 Quiero volver a PR y viajar a México, ¡qué envidia!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Écale un ojo al link que aquí te incluyo, es un evento gratis en Chicago, quizás te interese. Es bueno para que te des una escapada de fin de semana.
https://openhousechicago.org/
Me gustaLe gusta a 1 persona
Como vivo en Illinois, no pienso en ir a Chicago como viajar (aunque no he ido todavía). Ya echaré un vistazo…voy a Chicago para ver unos musicales en noviembre y diciembre y febrero. ¡Gracias!
Me gustaLe gusta a 1 persona