Ruta 22 Día 2: Museo Kentucky Derby, Mega Caverna & Evan Williams Bourbon Experience

El segundo día en Louisville amaneció lloviendo, al igual que el día anterior, y según la aplicación del tiempo, las condiciones no mejorarían al pasar el día. Me preparé y busqué en la aplicación Foursquare opciones para desayunar y terminé en el restaurante Wild Eggs. Conduje hasta el downtown, le eché $2 al parquímetro y entré al restaurante. Estaba bastante vacío el lugar y no tuve que esperar nada por una mesa. Ordené la Kelly’s Quesadilla que está rellena de huevos revueltos con jamón, y un chocolate caliente y ese desayuno tuvo un costo de $18.88 con la propina. Estaba todo muy bueno, definitivamente volvería a desayunar en Wild Eggs si regreso a la ciudad.

Salí del restaurante y guié hasta Churchill Downs, lugar donde se corre la carrera de caballos más famosa de los Esatdos Unidos, llamada el Kentucky Derby, en el mes de mayo de cada año. Allí mismo se encuentra el Museo del Kentucky Derby el cual pude visitar por un costo de $15. El boleto incluyó una visita guiada de 30 minutos al área del hipódromo. Me uní a un grupo que ya estaba esperando por el tour y caminamos desde el museo hasta las gradas del hipódromo y allí el guía nos contó la historia del lugar, nos habló acerca de eventos históricos que pasaron en Churchill Downs y pudimos acercarnos al terreno donde corren los caballos.

Salimos del hipódromo y nos llevaron hasta los establos donde pudimos ver uno de los caballos que tenían allí. El caballo parece que está acostumbrado a ver personas de cerca pues se acercó a nosotros y hasta posó para las cámaras. En ese momento me comencé a preguntar que pasará con los caballos cuando ya no puedan correr más, ya sea por enfermedades, vejez, o lesiones. Y más adelante, una exhibición del museo me daría la respuesta.

Me regresé al museo para comenzar propiamente la visita del edificio. La visita se comienza en un teatro donde se presentó la película The Greatest Race. El teatro es uno de los únicos teatros 360 ° y 4K de resolución extremadamente alta, es una experiencia de 18 minutos donde se revive el Kentucky Derby. Se presenta no solo los caballos, los jinetes, la carrera y las apuestas, sino que también presentan la maga de sombreros que suelen utilizar las mujeres que asisten al evento.

Al terminar la película comencé a recorrer el primer nivel del museo. En ese nivel pude leer la historia de Churchill Downs y ver múltiples exhibiciones. Una de las exhibiciones es acerca de los caballos más famosos que han ganado el Kentucky Derby, como Secretariat y Triple Crown. Pude ver varios trofeos en exhibición como el Gold Cup del 1970 que fue ganado por el caballo Dust Commander.  En ese mismo nivel hay un cronograma de todas las carreras Kentucky Derby con sus respectivos ganadores.

Subí al segundo nivel y las exhibiciones continuaban. Una de las más grande que vi fue D. Wayne Lukas: The Modern Trainer la cual trata de la vida y la carrera de uno de los entrenadores más importantes de la era actual. La exhibición ilustra cómo este nativo de Wisconsin combinó el amor por los caballos, una fuerte ética profesional y una mente innovadora para cambiar y mejorar el entrenamiento moderno de los caballos pura sangre. Allí hay una pared llena de trofeos y galardones que le fueron otorgados.

Una de las exhibiciones que más me gustó fue la de los jinetes, donde me encontré a un compatriota, el jinete Ángel Cordero Jr, nacido y criado en Puerto Rico. El Sr Cordero fue el primer puertorriqueño en ser incluido en el Salón de la Fama. Otra exhibición que me gustó mucho fue The Jockey Experience, en la cual uno se para frente a cinco monitores, luego comienza un video que muestran la vista que tienen los jinetes.

Bajé al primer nivel y no me fui sin antes tomarme una foto junto al caballo Justify quien fue el ganador del Kentucky Derby del 2018. Yo fui en marzo del 2019, presumo que luego del Kentucky Derby de 2019 la estatua del caballo se reemplazo con el ganador de este año que fue Country Horse (luego que descalificaran al caballo Maximum Security que fue el que cruzó primero la línea de llegada). En la entrada del museo está la estatua del ganador del Kentucky Derby del 2006 llamado Barbaro el cual se fracturó varios huesos de sus patas tras una falsa salida en la carrera Preakness Stakes dos semanas después de haber ganado el Kentucky Derby. Eventualmente, luego de varias cirugías, fue sacrificado.

Salí del museo y conduje hasta la Mega Caverna de Louisville. La Mega Caverna es una mina que fue fundada en la década de 1930. El propósito era substraer piedra para la construcción de carreteras en el país. Durante la Crisis de los Misiles de Cuba a principios de la década de 1960, los funcionarios estatales hicieron planes en caso de ataque nuclear para albergar a 50,000 personas en la caverna porque es un refugio antibombas natural. Con cuatro entradas, colocadas juntas, el acceso se controla fácilmente mediante una serie de puntos de control de seguridad.

La caverna fue adquirida en 1989 por inversionistas privados que vieron el potencial de desarrollar una parte de la caverna en un almacén comercial de alta seguridad con conciencia ambiental. Hoy en día la caverna está abierta al público y puede ser visitada de diferentes formas como caminando, en bicicleta, en una especie de tren y hasta se puede hacer zipline o tirolesa.

Siguiendo el letrero de la caverna llegué al estacionamiento. Caminé hasta la entrada, abrí la puerta y caminé por un pasillo que parecía salido de una película de misterio. Se veía en malas condiciones, con los letreros, paredes y piso deteriorados. Luego me di cuenta de que ese “deterioramiento” era intencional, si se fijan en los letreros todos tienen la misma mancha rojiza en el extremo superior izquierdo. Al final del pasillo había otra puerta que al abrirla daba acceso directo a la caverna.

Ya en la caverna tuve que ir a comprar el boleto para el tren que tuvo un costo de $17.47. El costo depende de el tipo de experiencia que elijas para conocer la caverna. Estuve en el área de espera como por cerca de 15 minutos hasta que llegó el tram y comenzamos el tour. Pasamos por varias áreas de la caverna, incluyendo donde practican la tirolesa. Adentro de la caverna hay varias recreaciones de las actividades que se hacían allí, como por ejemplo explotación minera para sacar piedras.

También nos mostraron una recreación de cómo se vería la caverna si hubiese sido utilizada como el refugio antibombas que tenían pensado en los 1960s. Una de las últimas dos áreas que incluyó el tour fue los almacenes donde varias personas guardan sus botes, mayormente en la época invernal.   Y la última área fue donde se filtra el agua por las paredes de la caverna y sale completamente limpia. El tour se terminó donde mismo comenzó, y yo me fui directo hacia el vehículo pues aún me quedaba tiempo de visitar un lugar adicional.

Almorcé en el restaurante de comida rápida Wendy’s que está a la salida del estacionamiento de la caverna y me fui de regreso al downtown. Allí me estacioné y caminé hasta la destilería Evan Williams Bourbon porque quería hacer el tour. Louisville es famoso por el whiskey Bourbon. Y para ser considerado bourbon tiene que cumplir con los siguientes requisitos:

1. Hecho en los Estados Unidos de América
2. Producto de un puré fermentado de al menos 51% maíz.
3. Destilado a no más de 160 grados prueba
4. Almacenado a no más de 125 grados prueba en barriles nuevos de roble carbonizado.
5. Envejecido por un mínimo de dos años.
6. Libre de aditivos.

El tour comenzó con la parte histórica y luego pasamos a la parte técnica acerca de cómo se destila el whiskey bourbon, con sus diferentes etapas y procesos. También pude ver las calderas donde se destila este fuerte licor, que brillaban como si fueran nuevas. El fin del tour fue en una barra donde probamos cuatro diferentes bourbons. A mi no me fascina el whiskey, pero los probé todos, y para mi, los cuatro tenían el mismo sabor.

Al terminar el tour fui a la tienda de la destilería, pero no compré nada, como bien dije, el whiskey no me fascina. En la recepción del edificio hay un vaso gigante que está siuendo llenando de bourbon. Es tan grande que va desde el primer piso hasta el segundo. Tomé algunas fotos del edificio y me fui a visitar uno de los puentes más famosos de Louisville, el Puente Big Four.

El Puente Big Four era un puente ferroviario construido en el 1895 pero que dejó de ser utilizado en los años 60s. En febrero del 2013 reabrieron el puente, pero como uno estrictamente peatonal y desde entonces ha recibido un promedio de 1.5 millones de visitantes cada año. El puente conectar el centro de Louisville con la ciudad de Jeffersonville en Indiana. Lo que más me gustó, aparte de la arquitectura del puente, son las vistas que se tienen del skyline de Louisville, a pesar de la lluvia y bruma del día.

No llegué hasta Jeffersonville, a mitad de puente me regresé porque llovía un poco más fuerte. Sin embargo, al llegar al carro me recordé que cerca del puente estaba localizada una estatua de Abraham Lincoln bien peculiar y me fui a buscarla. Se trata de un Memorial a Lincoln en el cual el presidente está sentado en una piedra mirando al Río Ohio. En su mano tiene un libro de derecho, y al lado está su sombrero, una biblia y otro libro adicional. También hay cuatro bajorrelieves que ilustran los años de formación de Lincoln en Kentucky, su liderazgo en una casa dividida y su odio a la esclavitud. La estatua es peculiar porque esta es la primera estatua que veo de él donde no está sentado en una silla con su sombrero puesto.

Ya eran las 7pm y tenía hambre así que me fui al centro de la ciudad, a la calle 4. EN esa calle se encuentra el complejo Fourth Street Live, donde hay restaurantes, bares, tiendas, y hasta hay una bolera y se llevan a cabo conciertos. Fue ahí donde vi el restaurante brasileño Brazeiros. Seleccioné la cena light que me costó $44.20 con la propina. Y todo estaba riquísimo, las carnes y los acompañantes fríos del salad bar, queda totalmente recomendado.

Era mi último día en la ciudad, porque al siguiente día saldría temprano de regreso a Milwaukee, y no quería irme de Louisville sin una foto nocturna de su skyline. Me fui al carro, crucé el río y llegué hasta el Parque Ashland en Jeffersonville. Desde allí tuve la mejor postal del viaje, ya no llovía, las luces de la ciudad se reflejaban en el río y pude hasta ver parte del atardecer.

Definitivamente le saqué provecho a esos dos días que pasé en Louisville a pesar de la lluvia y el poco tiempo que tuve. Pero ese poco tiempo siempre será una buena excusa para querer regresar.

Puedes acceder al itinerario de los dos días en Louisville pinchando AQUÍ.