Ruta 26 Día 6: Virgin Gorda

El puerto donde amanecimos fue el Tortola Cruise Ship Pier. La isla de Tórtola es la más grande en tamaño y la más poblada de las Islas Vírgenes Británicas. El puerto está ubicado en la ciudad de Road Town, capital de las islas. Las otras islas que componen las Islas Vírgenes Británicas son Virgin Gorda, Anegada y Jost Van Dyke. Tórtola fue la única isla del itinerario del crucero que no recorrimos, pues tras el desayuno, nos bajamos del crucero y caminamos unos 15 minutos hasta llegar al Terminal de Ferries de Road Town. Nuestra intención desde un principio fue irnos a la isla de Virgin Gorda para pasar el día en la archifamosa playa The Baths.

Fuimos directo a la boletería donde pagamos US$38 y no tanto solo incluía el ferry ida y vuelta a Virgin Gorda, sino que también incluía la transportacón desde el terminal de Ferries de Virgin Gorda hasta el Parque Nacional de Devil’s Bay que es donde se encuentra The Baths. En el terminal había dos compañías de ferries, Smith’s Ferry Services y Speedy’s Ferries. Nosotros fuimos a la primera que vimos que fue Speedy’s Ferries. Me parece que los precios eran mas o menos similares en ambas compañías. Nos amarraron una pulsera en las muñecas y ese era nuestro boleto para coger el ferry. Vimos que el área de espera tenía aire acondicionado y allí nos fuimos a esperar que el ferry llegara.

Al llegar el ferry hicimos la fila para subir a él. El ferry estaba limpio y en perfectas condiciones. Y hasta había una barra en el área de los pasajeros donde se podía comprar cervezas. A las 10am salimos del terminal de ferries de Tórtola y tras navegar por media hora las turquesas aguas del Caribe ya estábamos llegando a Virgin Gorda. El taxi que nos llevó hasta The Baths era una especie trolleybus abierto que transportaba a todos los que llegaban al muelle hasta la playa, de la misma compañía del ferry.

Al llegar al estacionamiento del parque fuimos directo a la boletería donde pagamos US$3 cada uno para poder entrar. El Devil’s Bay National Park fue establecido en el 1964 y está compuesto por dos bahías, Devil’s Bay y Stoney Bay, con una costa repleta de rocas gigantescas de hasta 40 pies (12 metros) de diámetro. Las rocas son producto de la pasada actividad volcánica del área. Desde la entrada del parque hasta las playas hay que caminar cerca de 15 minutos. A los pocos minutos de comenzar a caminar por as veredas vimos el letrero que decía Stoney Bay y nos dirigimos en esa dirección pensando que ahí estaba la playa The Baths. El sendero nos llevó a una bonita playa rodeada de grandes piedras, pero no eran tan grandes como las de The Baths. Tiramos varias fotos y nos regresamos al sendero principal para continuar hasta Devil’s Bay.

Seguimos caminando hasta que llegamos a la costa donde las piedras obstaculizaban el paso. De hecho, había hasta una fila de personas que estaban para poder pasar entre las piedras. Para poder llegar a The Baths, que al final son como una especia de cuevas que las piedras crean en la playa, tuvimos que subir y bajar piedras, caminar dentro del agua, pasar por espacios sumamente pequeños donde mi bulto me lo tenía que remover de la espalda y llevarlo en la mano.  Al llegar a una de las áreas más famosas de The Baths había bastante gente allí, pero logramos tirarnos una que otra foto con muy pocas personas alrededor de uno. El lugar es muy bonito, pero como había muchas personas allí como que no me impactó tanto. Una persona me dijo que hay que visitarlo en días que no haya cruceros en el puerto de Tortola, porque esos días The Baths suele estar con mucho menos turistas y se puede apreciar y disfrutar mejor y por más tempo.

Tan pronto salimos de debajo de las inmensas rocas llegamos a la playa de arena blanca que obviamente estaba rodeada de piedras. El agua era cristalina y estaba refrescante. Había muchas personas, pero estaban todas dispersas así que estábamos muy tranquilos en el agua. Allí mismo hay una barra donde estuvimos comprando cervezas Carib a US$4. Tener en cuenta si van que la barra solo acepta dinero en efectivo, nada de tarjetas. Tras varias horas de playa, sol y cervezas ya nos tocaba regresar al estacionamiento para coger al taxi. Nos regresamos al muelle y allí estaba ya el ferry esperando por los pasajeros.

Ya en Tórtola nos fuimos a echarle un vistazo a Crafts Alive Village que estaba a medio camino entre el terminal de ferries y el muelle donde estaba el crucero. Crafts Alive Village es un conjunto de coloridas tiendas donde se puede conseguir recuerdos, ropa de verano, ropa de playa, camisas, sombreros, artesanías, en fin, venden de todo lo que se quiera comprar para llevar de recuerdo. Aunque yo no vi mucha artesanía, si tienen una gran variedad de suvenires. Al estar esas tiendas tan cerca del muelle, me dio la impresión de que han de ser más caras que si se visita una tienda que esté fuera de los alrededores del muelle. Nosotros no conseguimos nada que me gustara y nos fuimos para el crucero.

Estaba a punto de atardecer y me fui a la cubierta a tomar fotos de Tortola. Me hubiese gustado visitar varios lugares de Tortola pero no nos dio tiempo. Eso es lo malo del crucero, que solo teníamos varias horas, usualmente entre 7 u 8, para conocer las islas. Quisiera en un futuro venir por una semana y hacer island hoping para conocer un poco más acerca de las Islas Vírgenes Británicas.

El itinerario de los siete días en crucero los puedes ver AQUÍ.