Luego de pasar toda la mañana en Jerash, ya era hora de movernos al próximo destino del día. Conducimos por poco más de media hora hasta llegar al pueblo de Ajloun. Allí nos dirijimos al Castillo de Ajloun o Qala’at Ajloun, que es un castillo islámico construido entre los años 1184 y 1185. Este castillo es uno de los grandes ejemplos de la arquitectura militar islámica cuyo objetivo era salvaguardar las rutas entre Damasco y el sur de Jordania, asegurar la seguridad de las caravanas de peregrinos y comerciantes que viajaban al Hiyaz y también proteger las minas de extracción de hierro, claves para la fabricación de armas.
Para entrar al castillo solo bastó con mostrar el Jordan Pass, pero de no tener el pase deberás pagar tres dinares. Para acceder al castillo cruzamos un pequeño puente que cruza la fosa. Luego subimos unas escaleras que nos llevaron directo al segundo nivel que es donde comienza la visita. El interior del castillo es como un laberinto de pasillo y cuartos que en sus buenos tiempos se utilizaron como habitaciones, comedores y hasta establos. El primer cuarto que vimos fue el que se utiliza actualmente como el Museo Arquerológico de Ajloun. En él se exhiben artefactos de la región de Ajloun de diferentes periodos. Hay herramientas del periodo Neolítico, envases de cerámica de la Edad de Bronce, y piezas pertenecientes a los periodos bizantino e islámico.
También vimos un cuarto que tenía unas bombas de cañón de diferentes tamaños. Y es que cerca del castillo se encontraron pieles de animales tejidas en forma de bolas con restos de pólvora y aceite. Probablemente se trataba de bombas fabricadas por los ayubíes. Continuamos nuestro recorrido entre pasillos y escaleras hasta que llegamos a lo que un cuarto vacío donde pudimos acercarnos a las peculiares ventanas que en realidad son unas estrechas rendijas.
Esas ventanas están presentes en varios niveles de las torres y son la característica más extendida de la fortificación ayubí. Son aberturas en forma de cuña que se estrechan hasta formar una rendija. Las ventanas posteriores en los niveles superiores del castillo estaban formadas por bloques de piedra extraíbles insertados en una amplia abertura de ventana que permitía que más de un soldado se ubicara en el marco de piedra y les ofrecía una mejor vista.
Al continuar nuestro recorrido llegamos a un patio desde donde tuvimos unas excelentes vistas de los alrededores. Y es que el castillo está rodeado por casas, sembradíos de olivos y pinos. Y como el atardecer se acercaba, el sol pintaba de anaranjado el paisaje.
Al lado del patio está lo que alguna vez fue una pequeña iglesia bizantina. Los restos de la iglesia están en la parte superior y más antigua del castillo, y contiene los restos de la nave, el presbiterio y la ranura para una reja del presbiterio, junto con parte de su piso de mosaico. El piso de mosaico tiene representaciones de hogazas de pan y dos peces e incluye una inscripción griega dedicada al diakon Aryano (diácono Aryano). El descubrimiento de esta pequeña iglesia refuerza los recursos históricos que afirman que el castillo fue construido sobre las ruinas de un monasterio. Los registros de la época bizantina mencionan «Ajloun» en referencia a un sacerdote que residía en un monasterio en la cima del monte Awf, que es donde se encuentra actualmente el castillo de Ajloun.
En el patio también vimos las ruinas de una de las torres. Y es que hay que tener en cuenta que luego de que, a lo largo de su historia, el castillo ha sobrevivido a diferentes batallas, pasando de mano en mano hasta quedar finalmente abandonado en el siglo XVII. Y tras el abandono, años después sus paredes tuvieron que soportar los movimientos de dos importantes terremotos. Y para terminar el recorrido fuimos a la plataforma de observación. Desde esa plataforma pudimos seguir apreciando el pueblo de Ajloun con sus montañas.
Nos fuimos de Ajloun en dirección a Ammán, pero no para el hotel. Habíamos encontrado por internet la que creo es la única micro cervecería que hay en Jordania y nos fuimos a visitarla. Nos echamos casi una hora y media en llegar. La última medio hora fue transitando una carretera desierta. A las 6pm llegamos a Carakale Brewery, el portón estaba cerrado pero parece que tenían cámaras porque nos abrieron. Solo tuvimos una hora para degustar algunas de las cervezas porque cerraban a las 7pm. Así que me ordené un flight que traía cinco cervezas de mi elección y todas estaban buenísimas. Actualmente (2024) el área de degustación de cervezas está temporeramente cerrado, pero se pueden hacer tours.
Tras las ricas cervezas nos fuimos de regreso al centro de la ciudad. Antes de ir al hotel fuimos a cenar al restaurante Al Hanayen que estaba a unos pocos pasos del hotel donde nos quedábamos. Los empleados del restaurante no hablaban inglés y nosotros no hablamos árabe y estábamos teniendo problemas para hacer la orden porque no nos entendíamos. Agraciadamente el señor que estaba detrás de nosotros en la fila hablaba español y nos ayudó a ordenar. Nos sentamos con él y conversamos mientras cenábamos. La comida no era la mejor, pero teníamos hambre y nos devoramos todo lo que pedimos. Luego de cenar nos fuimos al hotel a dormir.
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