Nos levantamos temprano, desayunamos y ya a las 8:20am estábamos saliendo de Petra en dirección al desierto de Wadi Rum. Dos horas después, y tras dos breves paradas, estábamos llegando al centro de visitantes de Wadi Rum. Luego fuimos al estacionamiento que el hotel nos había dicho que teníamos que dejar el carro. Allí llegó un empleado del hotel en una guagua para recogernos, pero como vio que nosotros andábamos en dos guaguas nos dijo que mejor lo siguiéramos a él. Conducimos por el desierto hasta llegar a nuestro hotel, el Bubble Luxotel.
El hotel Bubble Luxotel es un concepto de esferas o burbujas que funcionan como habitaciones, como una especie de casetas de acampar, pero de lujo. Las burbujas están infladas, y tienen doble puerta de acceso para evitar que se desinflen. Aparte tienen aire acondicionado, sala, cuarto y baño. También tienen un balcón con jacuzzi. La parte de arriba de la esfera es transparente, por la noche podíamos ver las estrellas y la luna desde la cama. Ya en la mañana arropan las esperas con un toldo para evitar que entren los rayos del sol.
Wadi Rum está situado en una meseta alta en el extremo occidental del desierto árabe. Tiene unas formaciones rocosas gigantescas, dunas de arena roja y onduladas, y cielos nocturnos despejados. Cubre una zona despoblada del tamaño de la ciudad de Nueva York y es realmente la parte más “roja” de Jordania, coloreada por el óxido de hierro. Diría que es la zona más espectacular del país en términos de paisaje. Debido a esa arena roja y sus formaciones rocosas de formas extrañas se le conoce como el Valle de la Luna. Aquí se han filmado varias películas, entre ellas The Martian y Star Wars.
Al llegar al hotel hicimos el registro y no pudimos dejar el equipaje en los cuartos porque era temprano y no los tenían listos. Lo que hicimos fue colocar las pertenencias en una esquina en la recepción donde algunos de nosotros se quedaron sentados y otros nos fuimos a caminar, a ver los alrededores del hotel. A la 1:45pm nos dieron las llaves de los cuartos y a las 2pm salía un tour que habíamos reservado para recorrer el desierto. Dejamos las cosas rápidamente en los cuartos y nos fuimos a comenzar el tour.
El tour fue en guaguas 4X4 que tienen el cajón modificado con dos bancos para que las personas vayan sentadas. Fue un tour de dos horas de duración donde nos llevaros por diferentes secciones del desierto e hicimos varias paradas. Hicimos una corta parada, sin bajarnos de la guagua, frente a una de las decenas de rocas del desierto donde vimos unos camellos tallados en la piedra por civilizaciones antiguas. Y es que Wadi Rum cuenta con un asombroso paisaje cultural. En este lugar se han descubierto 25,000 petroglifos, 20,000 inscripciones y 154 yacimientos arqueológicos que trazan la evolución del pensamiento humano y el desarrollo temprano del alfabeto. Los petroglifos, en su mayoría grabados en rocas y paredes de acantilados, abarcan todas las épocas desde el Neolítico hasta la época nabatea. Representan figuras de personas sosteniendo arcos y flechas, y animales como camellos, cabras y caballos.
Seguimos el recorrido y pocos minutos después estábamos estacionándonos al lado de una carpa. Nos adentramos en la carpa y había un fuerte olor a incienso. Allí nos sentamos en unas alfombras que tenían en el piso y vimos a un músico beduino tocar un instrumento que no tengo idea de cómo se llama. Pasaron té, pero no lo quise, no me gusta el té. Fue una corta parada, como de 5 minutos. El músico terminó su presentación y nos regresamos a las guaguas a continuar el tour del desierto.
Continuamos la ruta pasando por otras áreas del desierto donde había abundancia de formaciones rocosas. Muchas de esas formaciones rocosas eran sumamente altas y grandes. Algunas formaciones geológicas son de la era Precámbrica, otras de la era Paleozóica, y muchas más de otras eras.
Paramos en un arco por cuestión de minutos para tirar fotos, y luego seguimos en dirección a otro arco más grande e impresionante llamado Jebel Kharaz. Y lo más importante, un arco que se podía llegar hasta la cima de él. Al llegar nos estacionamos y fuimos a trepar el arco. Se sube fácilmente por uno de sus lados y tan solo nos tomó diez minutos llegar a la cima. Las vistas desde arriba eran súper impresionantes, se podía ver los amplio del desierto junto a sus formaciones rocosas.
Bajamos del arco y continuamos recorriendo el desierto por casi una hora pasando por áreas impresionantes, como la piedra en forma de barco, hasta llegar al punto donde íbamos a ver el amanecer. Vimos el amanecer desde una piedra en forma de hongo. Era la hora dorada y la piedra lucía un tono rojizo gracias a los últimos rayos del sol de esa tarde. Esa tarde vimos una de las mejores puestas del sol en Jordania.
Tras el espectacular atardecer nos regresamos al hotel. Llegamos hambrientos y tras un breve descanso nos fuimos a cenar. La cena estaba incluida en la reservación de nosotros. El restaurante del hotel es tipo bufet con variedad de comida y todo muy bueno. Había pasta, arroz, carnes, ensalada, frutas, pan, humus, en fin, había de todo. Fue un día extenuante y tras la cena caímos rendidos.
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