Ruta 33 Día 2: Machu Picchu

Luego de una noche de descanso necesario nos despertamos a las 5:45am para comenzar uno de los días más importantes en Perú. Teníamos que dejar los bultos en recepción porque esa misma mañana hacíamos el check out del hotel. A las 7am estábamos ya haciendo la fila para coger la guagua que nos llevaría hasta la entrada del Parque Arqueológico de Machu Picchu. Alex, nuestro guía, nos dio los boletos del parque mientras estábamos en la fila y con esos boletos abordamos la guagua. La ruta hasta la cima de la montaña tomó unos 30 minutos en recorrerla. Al llegar arriba nuestro guía estaba ya esperándonos. Y con boleto en mano procedimos a entrar a lo que sería mi tercera visita a Machu Picchu. 

Ubicado a 2,430 metros de altura en medio de un bosque tropical en la cima de una montaña, el santuario de Machu Picchu fue probablemente la realización arquitectónica más asombrosa del Imperio Inca en su apogeo. Sus murallas, terrazas y rampas gigantescas dan la impresión de haber sido esculpidas en las escarpaduras de la roca, como si formaran parte de ésta. Está situado en la vertiente oriental de los Andes y forma parte de la cuenca superior del Amazonas, que posee una flora y fauna muy variadas.

La ciudad de Machu Picchu representa una obra de arte, arquitectura e ingeniería en perfecta armonía con la naturaleza y resulta el legado más importante de la civilización Inka a la humanidad. Fue abandonada durante la segunda mitad del siglo XVI sin embargo, nunca estuvo perdida ya que fue visitada y habitada ocasionalmente. Existen documentos coloniales que se refieren a la ciudad de Machu Picchu como el «Asiento de los Incas» o el «Pueblo Antiguo del Inka Nombrado Guaynapicchu».

Para recorrer Machu Picchu, se tiene que seleccionar uno de tres circuitos y luego una ruta dentro de ese circuito. Esa información yo no la sabía ya que la compra de las entradas la hizo el guía antes de nosotros llegar pero el circuito y ruta que compró fue la perfecta. Nosotros hicimos la ruta 2B o ruta terraza inferior dentro del circuito número dos. Durante mis primeras dos visitas no habían estos circuitos, uno era libre de recorrer todas las áreas, incluyendo Waynapicchu. Pero ahora solo se puede recorrer las secciones del circuito y ruta seleccionada. 

Comenzamos el recorrido subiendo hasta la Plataforma Inferior. Allí nos sentamos un rato mientras Alex nos dio información de la ciudad, hasta compartió fotos antiguas del lugar con nosotros. Allí mismo vimos unas llamas que se paseaban entre los turistas, unas pastaban y otras descansaban. Luego nos acercamos al borde de la plataforma desde donde se tiene una de las mejores vistas de todo el recinto. Allí estaba la gente congregada tirándose fotos pero logramos meternos entre ellos y sacar unas fotos impresionantes. 

Continuamos la ruta y llegamos a otros miradores que aprovechamos también para tirarnos más fotos. A unos pasos de esos miradores vimos el famoso Templo del Sol. El Templo del Sol era un recinto sagrado construido sobre una cueva natural por los incas para rendir homenaje y dar ofrendas al sol dentro de Machu Picchu. Este astro era una de las deidades más importantes de la civilización inca. Es así que solo los sacerdotes y la élite del imperio podía ingresar a este templo. Es la única construcción de la ciudad inca que tiene forma circular. Además posee ventanas, hornacinas y una puerta de ingreso. Según algunos cronistas, allí fue enterrada la momia del famoso emperador inca Pachacutec, quien mandó a construir Machu Picchu.

Luego llegamos a la Plaza Sagrada, que fue el centro más importante de los rituales religiosos en Machu Picchu. En esta plaza los incas realizaban ceremonias a sus dioses, sobretodo al Sol que era su dios principal. Los incas llamaban Inti al sol en la lengua quechúa. La plaza está rodeada por el Templo Principal, el Templo de las Tres Ventanas y el Intihuatana (símbolo religioso representado por una piedra tallada). 

El Templo Principal fue una gran estructura de tres muros en forma de ‘U’ donde se realizaban las ceremonias más importantes en Machu Picchu. Tiene un altar o mesa ceremonial donde se podían envolver a las momias. Debido a los movimientos sísmicos y al paso del tiempo, parte de esta construcción está dañada. Ese daño arquitectónico se puede apreciar en la parte derecha de la estructura.

A la mano derecha de la Plaza Sagrada vimos el Templo de las Tres Ventanas. Este templo fue un gran monolito hecho con grandes bloques de piedra tallada en forma de tres ventanas. A través de las ventanas se tienen vistas de la montaña de Huayna Picchu. Justo en la entrada al templo está el Intihuatana. El nombre significa ‘Reloj solar’ o ‘Donde se ata el sol’. Fue un calendario inca conformado por un gran monolito de piedra en tres niveles cuyo pico más alto, al recibir los rayos del sol, muestra tras su sombra el tiempo o estación del año. Así los incas podían predecir el momento adecuado de las siembras o cosechas en Machu Picchu.

Seguimos el recorrido hasta que llegamos a la Roca Sagrada. Se trata de un enorme bloque de piedra tallado en forma de montaña. Al parecer esta roca se trataría de un altar, elemento central e importante en un área de culto, destinada a la adoración de las montañas. El fino tallado de su base indica que los incas dejaron allí diversas ofrendas como hojas de coca, fetos de animales o sacrificios de llamas. Actualmente se cree que al acercar las manos a la Roca Sagrada uno se llena de la energía de las montañas. 

Casi terminando nuestra visita paramos a ve el famoso Templo del Cóndor. El Cóndor Andino es el ave más grande de América del sur y tenía una condición de dios para la civilización de los incas, es una de las aves más poderosas que existen, el habitante majestuoso de la Cordillera de los Andes. El Templo del Cóndor tiene las alas talladas en una enorme roca mientras que la cabeza y el cuello del ave, están talladas en el piso como en forma de altar.

Ya se nos acababa el tiempo en esta maravilla del mundo moderno. Mientras caminábamos hacia la salida nos dedicamos a tomar las últimas fotos de la ciudadela. Machu Picchu es impresionante por cada lado y esquina que se le mire y debe ser visitada al menos una vez por toda persona que le guste viajar. 

Al salir del parque, cogimos la guagua que nos bajó hasta el pueblo. Estábamos hambrientos y Alex nos llevó al restaurante Machu Pisco que se encuentra a orillas del Río Urubamba. Yo me pedí un arroz chaufa con una cerveza Pilsen y Ricardo ordenó un lomo saltado y ambos platos estaban riquísimos. 

Como aún nos quedaba tiempo que matar antes que saliera el tren a Ollantaytambo pues nos fuimos a caminar por el pueblito. Nos dedicamos a ver las esculturas en piedra que están dispersas por el pueblo, aunque no pudimos verlas todas. Las esculturas de piedra fueron creadas por artistas cusqueños como parte de un concurso en 2017 que conmemoraba el aniversario del pueblo.

Fuimos al hotel a buscar los bultos y luego al terminal a abordar el tren. Al llegar a Ollantaytambo ya estaba allí la guagua que nos llevaría hasta nuestro hotel en Cusco esperándonos. Llegamos cansadísimos al hotel, pero nos dimos un baño y salimos a buscar donde cenar. Y tras la cena fuimos directo a dormir.

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