Nos levantamos temprano, como a las 5 de la mañana, porque tocaba llegar al aeropuerto para coger un vuelo con destino Sevilla. Llegamos al aeropuerto Barajas a las 6:25am y nuestro vuelo salió a las 7:40am. Llegamos al aeropuerto de Sevilla a las 8:49am, recogimos el carro que habíamos reservado, y nos fuimos a la estación de trenes Santa Justa para recoger a Charianne que acababa de llegar, ella optó por el tren en vez de avión. Luego nos fuimos al Hotel Derby donde ya teníamos nuestras reservaciones. El hotel es altamente recomendado, los cuartos son muy bonitos y mi cama súper cómoda. Si te quedas en este hotel, sube hasta el último piso y asómate a ver las escaleras. El carro lo dejamos en un estacionamiento soterrado y no lo movimos de ahí hasta que nos fuimos de Sevilla porque el hotel está localizado en un área bien céntrica.
Comenzamos las aventuras de Sevilla dándole una visita a las famosas Setas que estaban a tan solo seis minutos del hotel. Las Setas de Sevilla, formalmente llamado Metropol Parasol, es una estructura en forma de pérgola de madera y hormigón. Su diseño está basado en las bóvedas de la catedral de la ciudad y en los ficus, pero por su forma, los ciudadanos le empezaron a llamar las Setas. Abarca tanto la Plaza de la Encarnación como la Plaza Mayor. Nuestra visita se concentró en el primer nivel que es un espacio abierto y libre de costo. Pero si se quiere subir al mirador hay que pagar 16€ y tiene un horario de lunes a domingo de 9:30am a 12:30am.
De las Setas nos fuimos a la Catedral Santa María de la Sede y de la Asunción. La catedral de Sevilla se construyó en el solar que quedó vacío tras la demolición de la antigua mezquita Aljama, ya en mal estado después de servir durante más de 150 años como catedral cristiana. De la antigua mezquita se conservan el minarete (la Giralda) y el patio de los Naranjos. Según nos íbamos acercando a la iglesia, podíamos ver cómo la Giralda se asomaba entre los edificios.
La Giralda, actual campanario de la catedral, fue construida a finales del siglo XII y según mencioné, era el minarete (torre donde se hace el llamado a la oración) de la Mezquita Mayor de Ishbiliya, nombre original de la ciudad bajo dominio musulmán. Ishbiliya fue un importante centro político y cultural en Al-Ándalus, nombre que los musulmanes le dieron a la Península Ibérica. El tope de la Giralda a leguas se ve que fue una añadidura de los cristianos.
El acceso a la Giralda está incluido con el boleto para visitar la catedral que tuvo un costo de 14€. La subida a la Giralda se realiza a pie por 34 rampas anchas, diseñadas para que el almuédano (el encargado de llamar a la oración) pudiera subir a caballo, y una pequeña escalera final para llegar al campanario. Y desde arriba pudimos apreciar detalles de la iglesia que desde abajo no se pueden ver. Además de poder ver la ciudad de Sevilla desde lo alto.
La Catedral es un edificio insólito que posee cinco naves, que se distribuyen con perfecta orientación musulmana, mirando hacia Levante. El aspecto más controvertido de ella es que no cuenta con una cabecera en el sentido gótico habitual en forma de ábside sin girola, ya que su planta salón es un perfecto rectángulo que se corresponde milimétricamente con la de la gran mezquita almohade, de la que heredó, también, la insólita disposición de las puertas.
Recorrimos el interior de la iglesia admirando los detalles arquitectónicos de ella. Y en ese caminar yo solo podía pensar en cómo se vería la mezquita si aún estuviera en lugar de la catedral. Algunos de los lugares que vimos fue el Altar de Plata que es una obra de platería barroca, el órgano que consta de 1,500 tubos, la capilla de la Inmaculada, capilla de San Pedro, y otras áreas más. Me gustó mucho cómo se veía el techo de las naves, se prestó para tomarle varias fotos simétricas.
Terminamos nuestra visita a la catedral en el Patio de los Naranjos, herencia de la mezquita. La construcción se inició en 1172 y concluyó en 1186. A partir de entonces, y hasta la caída de la ciudad en manos cristianas, el patio cumplió todas las funciones tradicionales musulmanas, como cementerio, salón de fiestas y actos culturales. Actualmente está totalmente integrado en la estructura cristiana de la catedral. A lo largo del tiempo ha sufrido varias modificaciones que lo han privado de su carácter original. En el centro hay una gran fuente, cuyo tazón se cree que es uno de los escasos restos de la época visigótica.
Luego nos fuimos caminando en dirección al Río Guadalquivir. A orillas del río vimos la Torre de Oro, una construcción hecha por los musulmanes entre 1220 y 1221. Es mencionada en fuentes musulmanas como Bury al-Dahab, que significa Torre del Oro. La torre fue construida para defender la ciudad de los enemigos que llegaban por el río. Desde 1944 alberga el museo marítimo de la armada española.
Cruzamos el Puente de San Telmo y llegamos al barrio de Triana, que se encuentra al otro lado del río. Recorrimos la Calle Betis que bordea el río. Desde allí vimos como locales y turistas disfrutan de hacer deportes en el Río Guadalquivir, como canotaje, paddleboard, y pesca. En Triana visitamos el Bar Riviera donde probamos las primeras cervezas Cruzcampo Especial, que es muy buena. Nos refrescamos con las cervezas y seguimos recorriendo la Calle Betis hasta que llegamos a la Plaza del Altozano. En la plaza vimos el Monumento al Arte Flamenco y el monumento al torero sevillano Juan Belmonte.
La Plaza está junto al famoso Puente de Triana, oficialmente llamado Puente de Isabel II. El Puente de Triana es el puente de hierro más antiguo conservado en España. Su construcción finalizó en 1852, bajo el reinado de Isabel II, motivo por el que ostenta dicho nombre. Cruzamos el puente y nos regresamos al otro lado del río y nos fuimos a ver la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Pero al llegar, nos encontramos con que la plaza de toros estaba cerrada. Pudimos recorrer la Calle Circo, que es una pequeña calle peatonal que bordea la plaza con bonitos edificaciones pintadas de blanco y amarillo.
Ya era casi las seis de la tarde y decidimos regresar al hotel para descansar y prepararnos para el espectáculo de flamenco que habíamos reservado para las 8:45pm. El espectáculo de flamenco fue en el Tablao Flamenco Los Gallos, que se fundó en el 1966. Se encuentra en el Barrio de Santa Cruz y es el tablao flamenco más antiguo de la ciudad y uno de los más antiguos del mundo. El espectáculo duró una hora y cuarto y fue espectacular. Es un lugar donde caben pocas personas, lo que hace que la experiencia se sienta más personal. Tuvo un costo de 35€ e incluyó una bebida.
Terminado el espectáculo nos fuimos al Patanchón Bar de Tapas a darnos unas cervezas. Este bar se encuentra en el centro de la ciudad, muy cerca de la catedral, así que aprovechamos para ver la Giralda, que a la noche está iluminada. Terminamos la noche en La Juguetería, que es una barra que se encuentra en la Plaza de San Francisco. Y allí estuvimos hasta pasada la una de la mañana.
El itinerario completo del viaje a España lo puedes ver pinchando aquí.


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