Ruta 34: Siete horas en Ciudad de Panamá

Nuestro vuelo de regreso de Perú a Chicago tenía una escala de 14 horas en la Ciudad de Panamá. Ya que nunca habíamos visitado Panamá aprovechamos ese tiempo y decidimos recorrer algunas áreas de su ciudad capital. Nuestro vuelo procediente de Lima llegó a las 4:30am al aeropuerto internacional Tocumen. Al desembarcar nos fuimos directo a migración donde nos estamparon el pasaporte y procedimos a salir. Decidimos dejar los bultos en una oficina que hay en el terminal uno y llevarnos solamente la cartera de cintura, que nosotros llamamos mariconera, y la cámara. No recuerdo exactamente cuanto costó dejar el equipaje en ese lugar pero, creo que fue entre 5 y 10 dólares estadounidenses por pieza.  

Luego pedimos un Uber que nos llevó hasta la Casco Antiguo de la ciudad.  A las 7:30am nos estábamos bajando del Uber en la Plaza de la Independencia y como era súper temprano, la plaza estaba completamente vacía. Ni personas se veían en el Caso Viejo, parecía que todos aún dormían. El Casco Antiguo de Panamá, también conocido como Casco Viejo o San Felipe, es el distrito histórico de la Ciudad de Panamá, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. Se caracteriza por su arquitectura colonial española y francesa, con edificios de piedra y plazas. Fue reconstruido en 1673 después de que la ciudad original (Panamá Viejo) fuera destruida por piratas en 1671.

La Plaza de la Independencia es uno de los puntos de referencia del Casco Antiguo, conocida con distintos nombres a lo largo de la historia, Plaza Mayor o Plaza de la Catedral, por la ubicación cercana a la Iglesia Catedral. Fue este el lugar que escogieron los líderes de entonces para congregar a la población y anunciarles, el 28 de noviembre de 1821, la independencia de Panamá de España y luego en 1903 para informar que el istmo se separaba de Colombia y pasaba a ser una República independiente.

Alrededor de la plaza vimos varios edificios de interés histórico. Algo muy común en las ciudades coloniales, donde los edificios religiosos y de gobierno se construían alrededor de las plazas principales de cada ciudad o pueblo. Uno de esos edificios fue la Catedral Basílica Santa María Antigua. Su ubicación actual en la Plaza Catedral de Casco Viejo data de 1674. Fue víctima de varios incendios y la versión actual que se puede ver fue inaugurada en 1796. Su construcción demoró 108 años, de 1688 a 1796. En 1941 fue declarada Monumento Histórico Nacional.

También vimos el Palacio Municipal que se encuentra diagonal a la catedral. Este edificio neoclásico es la sede del Consejo Municipal de Panamá que se reúne cada martes. Su nombre oficial es el Palacio Municipal de Panamá Demetrio H. Brid en honor a uno de los próceres de la separación de Panamá de Colombia. Originalmente era conocido como el edificio de cabildo en los tiempos coloniales. El cabildo se ubicaba en la Plaza Mayor en todas las ciudades españolas en América. Dentro del mismo se encuentra el Museo de Historia de Panamá que va desde la época colonial hasta la actualidad.

No entramos a ninguno de los edificios que vimos porque al ser tan temprano, todo estaba cerrado. Recorrimos un rato los alrededores de la plaza y decidimos buscar un restaurante abierto donde desayunar. Terminamos desayunando en Super Gourmet Restaurant que estaba prácticamente vacío. Ordenamos arepa con ropa vieja y queso provolone acompañado de un huevo frito. Estuvo muy bueno el desayuno, y justo lo que necesitábamos para continuar recorriendo el Casco Antiguo.

Salimos del restaurante y justo al lado estaba las ruinas de lo que fue el Convento de la Compañía de Jesús. En realidad, el complejo consistía en un colegio, una iglesia y el convento. En 1751 se terminó el convento y ese mismo año el Rey de España expulsó a los jesuitas de todos los territorios españoles. El recinto quedó en el abandono y en 1781 fue víctima de un incendio. Luego en 1882 un terremoto agravó su estado. Jamás se reconstruyó el complejo y quedó como un caparazón sin nada en su interior. Y eso es lo que se puede apreciar hoy en día desde la entrada, las paredes del edificio.

Seguimos la avenida A que nos llevó hasta la Plaza Tomás Herrera. Esta plaza no existía en la colonia española, ahí había casas y edificaciones que fueron consumidas por el incendio del 1781. Las casas no se reconstruyeron y ese espacio vacío se comenzó a utilizar para celebrar fiestas y corridas de toros. Hoy en día la plaza lleva el nombre de Tomás Herrera, héroe nacional que participó en la gesta emancipadora de América del Sur.  En el centro de la plaza, sobre un pedestal de granito, vimos la estatua ecuestre del General Tomás Herrera que es obra del artista Francés Augusto Denis y que fue traída desde Francia.

Al lado de la Plaza Herrera hay uno de los restos de la antigua muralla que protegía el Casco Antiguo, la zona histórica colonial. Esta muralla era una fortificación terrestre y marítima que, a través de los años, ha sido parcialmente demolida y transformada. La parte de la muralla que vimos es un pequeño fragmento del Baluarte Mano de Tigre frente a la casa Boyacá, y es el único lugar en la ciudad de Panamá donde se puede ver la apariencia original del frente de la muralla. 

Continuamos el recorrido y nos encontramos con una procesión religiosa, y es que era fin de semana santo. Un grupo de feligreses, mayormente mujeres, llevaban por las calles a una virgen es un carrito adornado con flores.

Vimos un ratito la procesión y nos fuimos a la Plaza Santa Ana. Esta plaza, localizada en el corazón de lo que una vez fue un arrabal, es uno de los puntos mas concurridos del Casco Viejo. Fue fundada en 1890 y declarado monumento histórico nacional en 1984. También fue el epicentro de fiestas, luchas y protestas durante el siglo XX. En nuestra visita vimos personas sentadas en los bancos disfrutando del fin de semana y algunos estaban alimentando las palomas.

Decidimos luego caminar en dirección al mar para ver la costa. En ese caminar entramos a la iglesia San Felipe de Neri, inaugurada en el 1688. Esta iglesia fue utilizada para muchos propósitos desde su existencia, incluso fue una cárcel y un cuartel durante la Guerra de los Mil Días. Algo distintivo de esta iglesia es que tiene un nacimiento que está expuesto todo el año. El nacimiento muestra aquel momento que dio inicio al cristianismo. Las escenas están ambientadas en la noche y las figuras han sido seleccionadas cuidadosamente para transportarnos a la época.

Y por fin llegamos a la costa del Casco Viejo, específicamente llegamos al área donde se encuentra el Teatro Nacional que hay un estacionamiento público con vistas increíbles del skyline de la ciudad y de la Cinta Costera. Nuestra visita coincidió con la marea baja, y el océano se retira bastante de la costa. Allí tomamos varias fotos y decidimos seguir caminando cerca del mar hasta que llegamos al Paseo las Bóvedas.

El Paseo las Bóvedas es una explanada que se extiende a lo largo de la parte superior del malecón que los españoles construyeron para proteger la ciudad en sus inicios. Hay una sección ese esa explanada que está cubierta por unos árboles que a mi parecer parecen trinitarias. Los vendedores aprovechan de ese techo “natural’ para colocar mesas con artesanías y otros objetos a la venta.

Terminamos de recorrer el paseo y pedimos un Uber que nos llevó al centro de visitantes del Canal de Panamá localizado en las Esclusas de Miraflores. La entrada al tuvo un costo de aproximadamente US$18. El Canal de Panamá atraviesa el punto más estrecho del istmo de Panamá. Es considerado una de las grandes obras de ingeniería del sigo XX y funciona a través de esclusas que elevan las embarcaciones hasta el Lago Gatún y luego las descienden hasta el nivel del Océano Atlántico o Pacífico. Las obras del canal las inició Francia en el 1881, pero en 1904 EE. UU. se hizo cargo del proyecto el cual se inauguró en 1914.  

El centro de visitantes cuenta con un museo interactivo de cuatro pisos que analiza la historia, las operaciones, la expansión y la ecología del canal, una película de 15 minutos y varias plataformas de observación, incluida la principal en el cuarto piso con vistas panorámicas de los tránsitos del canal. En el museo vimos fotos del canal a través del tiempo y hasta instrumentos y equipos utilizados en su construcción. Desde la plataforma de observación tuvimos las mejores vistas de las esclusas. Lamentablemente no había barcos pasando en durante nuestra visita. Las mejores horas para ver barcos travesar las esclusas es de 9am a 11am y de 3pm a 5pm.

Estuvimos como hora y media en el centro de visitantes y nos regresamos en Uber a la ciudad, fuimos directo al Mercado de Mariscos a comer algo. El mercado está dividido en dos, el área donde venden los mariscos frescos y un área de puesto de comida. Hay varios puestos, pero todos venden más o menos lo mismo y al mismo precio. Ordenamos un ceviche de pulpo y una ensalada de pescado como con mayonesa. Ambas cosas estaban muy buenas pero mi favorito fue el pulpo.

Aunque aún nos quedaban más de cuatro horas para que saliera el vuelo, decidimos regresarnos al aeropuerto. Estábamos cansados y queríamos asegurarnos de estar en el aeropuerto a tiempo. Este fue un buen aperitivo de la Ciudad de Panamá, ya estaremos regresando con más días para seguir explorándola.