El 2 de septiembre de 2022 abordé el vuelo directo de Chicago a Madrid con la aerolínea española Iberia que despegó a las cuatro y media de la tarde y aterrizó en el aeropuerto Barajas al día siguiente poco antes de las ocho de la mañana. El vuelo fue muy tranquilo, pero apenas pude dormir. Viendo el lado positivo del insomnio, al menos pude ver el amanecer desde el avión. Al llegar a Barajas, pasé migración, y me fui directo a la estación del metro.
Al llegar al centro de Madrid, decidí irme directo al hotel donde se estaba quedando mi amiga Charianne porque al ser aún temprano en la mañana, no podía hacer check in en mi hotel. En el caso de Charianne, ella había llegado a Madrid la noche anterior. Tan pronto llegué al hotel dejé el equipaje y nos fuimos a desayunar a la Chocolatería San Ginés.
La Chocolatería San Ginés es la chocolatería más famosa de Madrid. Fue fundada en el 1894 y se encuentra localizada en el pasadizo de San Ginés en pleno casco antiguo de la ciudad. Se encuentra muy cerca de la Puerta del Sol y la Plaza Mayor. Esta chocolatería es muy tradicional entre los madrileños y turistas, donde van a degustar chocolate con churros.
Esperamos como unos diez minutos en lo que se desocupaba una mesa, y al sentarnos pedimos dos sándwiches, un jugo de china (naranja) natural y los famosos churros con chocolate. Yo pensaba que el chocolate era como en Puerto Rico que el chocolate caliente es una bebida donde el chocolate se mezcla con leche y se toma en las mañanas o en las noches. Pero el chocolate que me trajeron fue un chocolate bastante espeso, un chocolate que no es para beberlo. Más bien se utiliza para mojar los churros antes de comerlos. El sabor del chocolate no era mi favorito, pero no sabía mal, y al mezclarlo con los churros pues era una buena combinación. Los sándwiches y el jugo estaban muy buenos.
Al terminar el desayuno nos fuimos a turistear a la Plaza Mayor, mientras esperábamos al resto de nuestros amigos que su vuelo llegaba como al medio día. La Plaza Mayor es un símbolo de la ciudad. En el siglo XV, la Plaza Mayor recibía el nombre de Plaza del Arrabal, que fue sustituido por otros nombres como: Plaza de la Constitución, Plaza Real y Plaza de la República. El nombre actual se conserva desde finales de la Guerra Civil. Se trata de una plaza de planta rectangular, recorrida por soportales y edificios de ladrillo de tres plantas.
Este recinto fue escenario en tiempos pasados de numerosos actos públicos, tales como corridas de toros, procesiones, fiestas, representaciones de teatro, juicios de la Santa Inquisición e incluso ejecuciones capitales. Bajo sus porches, se encuentran comercios tradicionales, además de multitud de bares y restaurantes. En la plaza destacan algunos edificios como la Casa de la Panadería, en la que sobresalen los frescos de la fachada, y la Casa de la Carnicería.
Estuvimos un largo rato en la plaza, observando la arquitectura, viendo la gente, y entrando a algunas de las tiendas. De la Plaza Mayor nos fuimos a otra famosa plaza que estaba bastante cerca, la Puerta del Sol. En esta famosa plaza se encuentra desde 1950 el designado kilómetro cero de las carreteras radiales del país. El edificio más antiguo de la Puerta del Sol es la Real Casa de Correos y en ella está el reloj que cada 31 de diciembre a las 12 de la noche marca la tradicional toma de las doce uvas a la gran mayoría de los españoles. Creo que de las estatuas más famosas de la plaza está el Oso y el Madroño, popular punto de encuentro entre los madrileños y turistas. En nuestra visita la plaza estaba en obras de reconstrucción, así que de lo antes mencionado apenas pudimos ver la Casa Real de Correos y Oso y el Madroño.
Nos fuimos de regreso al hotel porque ya habíamos recibido mensaje de texto que ellos acababan de aterrizar. De camino al hotel paramos en una especie de centro comercial llamado Galería Canalejas. Tan pronto entramos nos dimos cuenta de que se trataba de un lujar bastante caro. Bajamos unas escaleras hasta el primer nivel y allí compramos nuestros primers tintos de verano del viaje, en el local Pintxos Factory. Por cierto ya Pintxos Factory cerró operaciones en la galería.
Llegamos al hotel, nos encontramos con nuestros amigos que acababan de llegar de un vuelo directo de San Juan, Puerto Rico y nos fuimos a comer unas tapas al Museo del Jamón. Ordenamos calamares fritos, jamón ibérico, papas fritas, croquetas de jamón, queso, y bajamos todo eso con cerveza que no estaba muy fría que digamos. Las tapas estuvieron todas muy buenas. Del Museo del Jamón nos fuimos en metro hasta la Puerta de Alcalá.
La Puerta de Alcalá es una de las cinco antiguas puertas reales que daban acceso a la ciudad de Madrid. Esta enorme puerta se encuentra en el centro de una rotonda en la Plaza de la Independencia. La puerta daba acceso a aquellos viajeros que entraban antiguamente en la población desde la dirección de Alcalá de Henares, por eso su nombre. Las otras cuatro puertas eran las de Toledo, Segovia, Bilbao y Atocha. También se trata del primer arco del triunfo construido en Europa tras la caída del Imperio Romano. La Puerta de Alcalá es anterior a monumentos como el Arco del Triunfo de París o la Puerta de Brandeburgo de Berlín. Al igual que nos pasó en la Puerta del Sol, esta también estaba en obras. Pero la diferencia es que tenía una especie de cobertura con la foto de la puerta.
Seguimos caminando la Calle Alcalá y llegamos a la Plaza de Cibeles. Lo más llamativo de esta plaza es la monumental Fuente de Cibeles, que se ubica en una rotonda también. La fuente tiene una enorme escultura que representa a la diosa madre Cibeles, identificada en el panteón griego como Rea, madre de los dioses olímpicos y símbolo de la tierra y la fecundidad, sobre un carro tirado por dos leones, Atalanta e Hipómedes. Actualmente es el lugar donde se hacen celebraciones deportivas de los triunfos del Real Madrid.
Justo al lado de la Plaza de Cibeles vimos el Palacio de Cibeles. Este palacio es un edificio icónico que antes funcionaba como Palacio de Comunicaciones y hoy alberga el Ayuntamiento de Madrid y el Centro Cultural CentroCentro. En la actualidad, el Palacio también es conocido por su mirador, desde donde se puede disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad, y por el CentroCentro, que ofrece exposiciones gratuitas de arte contemporáneo. Nosotros recorrimos el edificio por dentro y lugo subimos al mirador y desde lo alto pudimos apreciar mejor la Plaza de Cibeles con su espectacular fuente en el centro.
Decidimos coger el metro y regresar a la Plaza Mayor para que los muchachos que llegaron en la tarde pudieran verla. Luego nos fuimos al restaurante Rosi la Loca que teníamos reservación para cenar. Rosi la Loca es un restaurante/taberna llena de colorido con una coctelería variada y una cocina fusión mediterránea perfecta para tapear. Su decoración es súper colorida y los originales vasos en los que se sirven los tragos están inspirados en los dibujos animados de Alicia en el País de las Maravillas.
Yo me pedí el Doctor Tarrant que es un trago a base de ginebra y me lo trajeron en un vaso de Mad Hatter. Y para comer pues me fui con un pulpo que estaba rico y en su punto. La vista al restaurante fue una gran experiencia y los platos que pedimos todos estaban muy buenos.
Nos regresamos al hotel, y recogí mi equipaje que aún estaba en el cuarto de Charianne y me fui a hacer check in en el hotel que había reservado que estaba a unos diez minutos. Me tomé una siesta, me bañé y fui a encontrarme con mis amigas Arelis y Charianne en el bar Matador. Ese bar es súper pequeño, pero conseguimos una mesa y dos sillas y allí estuvimos dándonos cervezas La Virgen Jamonera y comiendo tapas. Luego vimos que frente al bar había una discoteca llamada Torero y allá fuimos. Creo éramos de los más jóvenes que había en la multitud. Estuvimos cantando, bebiendo y hasta bailando canciones de los 80s, 90s y 2000s incluyendo canciones de Chayanne hasta casi las dos de la mañana. Al salir nos metimos en otra disco que había reggaetón, pero la única cerveza que tenían era Budweiser. Pues nos dimos una cerveza y ya el cansancio podía más que las ganas de seguir la rumba. Al final llegué al hotel como a las tres de la mañana y caí rendido en la cama.
El itinerario completo del viaje a España lo puedes ver pinchando aquí.


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