El último día en la ciudad decidimos ir a desayunar a una cafetería cerca del apartamento que habíamos visto anteriormente mientras caminábamos hacia el metro. Se llama Cariñito Mío Café y se encuentra al lado del Hotel Ibis. El lugar es muy acogedor y el desayuno muy bueno.

Terminamos de desayunar y cogimos un taxi hasta el Jardín Botánico Joaquin Antonio Uribe. El Jardín Botánico de Medellín es uno de los principales atractivos turísticos de la región y su entrada es libre de costo. Lo primero que vistamos del jardín fue el Orquideorama que es una inmensa estructura que semeja un buqué de flores que alberga diferentes tipos de orquídeas, la flor nacional de Colombia.


También caminamos por el Bosque Tropical y el Jardín de las Palmas. Mientras seguíamos recomiendo el jardín llegamos la laguna donde había varios animales dentro y en los alrededores, incluyendo patos, tortugas e iguanas. Queríamos ver el mariposario pero estaba cerrado. Antes de salir del jardín fuimos a la cafetería El Vagón a comprar una botella de agua fría. El Vagón es, eso mismo, un antiguo vagón del ferrocarril de Antioquía que lo convirtieron en café y dulcería.




Salimos del jardín y de camino al Parque Explora pasamos por un mercado donde estaban vendiendo artesanías, juguetes, comida, y recuerdos de la ciudad. A unos pasos de ese mercado estaba el Parque Explora, el cual originalmente no lo teníamos en el itinerario pero como estaba al lado del jardín y teníamos tiempo pues le dimos una visita.

El Parque Explora es un parque de ciencia y tecnología, que también cuenta con un acuario y un planetario. La entrada al parque nos costó COP$24,500 e incluyó el recorrido por todos los espacios del Parque: las cuatro salas interactivas de exposiciones, el Acuario, el Vivario y la sala abierta. Para ir al planetario hay que pagar extra pero nosotros no fuimos.

Nosotros comenzamos con la Sala Abierta, que es un espacio al aire libre donde vimos replicas de dinosaurios y varias máquinas interactivas donde jugamos con agua, medimos la fuerza y hasta intentamos darle la forma de nuestro cuerpo a una cama vertical llena de “clavos”. Esa sala abierta fue de las salas que más me gustó.


Luego entramos al acuario donde recorrimos los 29 estanques que componen la exposición. Allí vimos animales que habitan en los diferentes ríos de Colombia, como el Amazonas y el Orinoco, y en los océanos. Vimos peces payaso, ángeles, anémonas, pirarucús y hasta rayas. Justo al lado del acuario estaba el Vivario, donde se muestra la biodiversidad colombiana a través de un pabellón que recrea el mundo de los artrópodos, los reptiles y los anfibios. Allí las serpientes, ranas, lagartos y tortugas eran los animales más representativos.



En la sala Física Viva jugamos y experimentamos conceptos físicos relacionándolos con la vida cotidiana. La sala es completamente interactiva y hay máquinas/juegos para experimentar fenómenos relacionados con la luz, el sonido, el movimiento y la energía. En la sala Mente comprobamos que la mente es una poderosa herramienta adaptable a distintos contextos y capaz de responder a múltiples estímulos. Por último visitamos la exposición Tiempo donde tuvimos experiencias relacionadas con la relatividad, la flecha del tiempo termodinámica y la medición, entre otras. Allí fuimos capaz de parar el tiempo por medio de un una foto/video que nos tomaron.


Del Parque Explora nos dirigimos a la Plaza Botero en el metro, y caminamos hasta la tienda de artesanías que habíamos ido el primer día, Centro Artesanal Mi Viejo Pueblo. Allí compramos los últimos souvenirs y al salir vimos a unos muchachos haciendo un show de acrobacia en la calle. Con esa imagen terminamos nuestro turisteo por Colombia. Al otro día nuestros vuelos salieron temprano en la mañana.
Puedes ver el itinerario completo de los siete días en Colombia haciendo click AQUÍ
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