La noche anterior llegamos en vuelo directo de poco más de una hora al Aeropuerto Internacional Minneapolis/St. Paul. Esperamos casi media hora por el shuttle que nos llevó a la compañía donde habíamos reservado el carro y de allí nos fuimos directo al hotel. Eran las 11pm cuando por fin entramos al cuarto y a pesar de estar cansados decidimos ir a darnos unos tragos en el bar gay más famoso de la ciudad, llamado Gay 90’s. Estuvimos como dos horas viendo el drag show hasta que el cansancio pudo más que las ganas de seguir la fiesta y nos regresamos al hotel a dormir.

Al otro día tan pronto nos levantamos, que no fue muy temprano, nos fuimos caminando hasta el restaurante Hell’s Kitchen. Habíamos leído referencias y comentarios muy positivos por eso decidimos ir a probar el brunch. A pesar de que estaba súper lleno, y las personas que llegaban tenían reservación previa, nos consiguieron un espacio a pesar de no tener reservación. El restaurante es inmenso y tenía hasta música en vivo. La comida estaba buena, y todo lo hacen allí mismo, las mermeladas, la mantequilla de maní, el pan y hasta el sirope de pancakes. Terminamos el brunch y regresamos al hotel a buscar el carro y nos fuimos a visitar uno de los museos más importantes de la ciudad, el Mill City Museum. El museo se construyó en las ruinas de la planta procesadora de trigo más grande del mundo Washburn A Mill, justo frente al famoso Río Mississippi.


En el museo vimos varias exhibiciones de la historia de Minneapolis, el papel que jugó la ciudad en la industria procesadora del trigo y maquinaria que se utilizaba en los tiempos de gloria del edificio. También vimos un laboratorio de agua y otro donde estaban horneando. La atracción principal del museo es el Flour Tower donde nos sentamos cerca de 15 personas en un elevador de carga junto a un guía y en cada piso que paraba el elevador se mostraba una imagen de cómo se veía la fábrica en un pasado y una breve historia contada por antiguos trabajadores de la fábrica.


En el 8vo piso salimos del elevador, y luego de una breve charla del guía, subimos unas escaleras hasta llegar al mirador de la torre con vistas panorámicas de la ciudad, del Río Mississippi con su cascada St Anthony y del puente Stone Arch. Del otro lado del río está Pillsbury, quien fue su rival en un pasado. El mirador es el punto más cerca a las letras Gold Medal Flour que están en el techo de la torre.

Bajamos de la torre y nos fuimos al Teatro Guthrie que está justo al lado. Allí pregunté si había algún tour y me dijeron que no pero que podía entrar a ver el edificio por dentro. Subimos unas escaleras eléctricas y llegamos al cuarto piso donde vimos imágenes inmensas de pasadas producciones impresas en las paredes y techo. Seguimos caminando y llegamos al Endless Bridge, o puente sin fin. Como bien dice su nombre, el puente no conduce a ningún lugar. Más bien, es como un largo pasillo con una vista al Río Mississippi y Mill City Museum. El teatro por dentro y por fuera es súper bonito y digno de pasarse varias horas fotografiándolo. Por fuera las paredes del teatro también tienen imágenes de pasadas producciones.


Del teatro nos fuimos a ver el río de cerca y cruzamos el Stone Arch Bridge. Originalmente el puente lo utilizaba el ferrocarril, hoy en día es un puente peatonal con carril para bicicletas. Este es el único puente de arcos de piedras en todo el Mississippi. Al otro lado del puente está el Parque Father Hennepin Bluff donde había personas tomando sol y paseando perros. Nosotros aprovechamos para cogernos un descanso en uno de los bancos mientras nos comíamos un mantecado.

Al lado del parque, justo en la esquina del puente, vi unas escaleras que bajaban hasta el río, pero estaban “cerradas” con una cadena que atravesaba la entrada con un letrero que leía No Pasar. Pero como yo quería bajar a tomar fotos del río y el puente, brinqué la cadena y bajé. Para mi sorpresa no era el único, me encontré con personas pescando a la orilla del río.

Tomé las fotos, nos regresamos al otro lado del río y regresamos al carro. Nuestra próxima visita la hicimos al centro comercial más grande de los Estados Unidos, llamado Mall of América. Para que tengan una idea, el mall tiene 530 tiendas, un parque de diversiones y hasta un acuario. Y como si fuera poco, tienen planes de expansión, incluyendo la construcción de un hotel de lujo. Nosotros fuimos a 3 o 4 tiendas, cenamos y al caer la noche nos regresamos al parque Father Hennepin Bluff porque yo quería volver a bajar hasta la orilla del río para tomar fotos nocturnas de la ciudad.


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