Nos levantamos con la noticia de que el crucero por el Río Li había sido cancelado debido al mal tiempo. En la recepción del hostal nos devolvieron el dinero que habíamos pagado cuando hicimos la reservación y procedimos con un plan B. Desayunamos en el mismo hostal y cuatro de nosotros nos fuimos caminando hasta la estación de autobuses de Guilin donde pagamos ¥27 por un ticket para Yanghsuo. Los tres que decidieron quedarse en Guilin pasaron el día turisteando en la ciudad.
A las 10:35am comenzaron a abordar la guagua y nosotros rápidamente nos pusimos en fila. Abordamos y nos sentamos en los primeros asientos que vimos disponibles. A los pocos minutos llegó una señora a sacarnos de los asientos porque los asientos son asignados, el número de asiento estaba en el boleto, y nosotros no teníamos ni idea de eso. Resulta que mi amigo Anthony y yo teníamos los últimos dos asientos de esa guagua que salía a las 10:45am, pero los otros dos amigos tenían los primeros asientos de la guagua que salía a las 11am. No quedó de otra que viajar en guaguas separadas.
El viaje a Yangshuo duró cerca de una hora y media. Al llegar caminamos por los alrededores de la estación en lo que esperábamos por nuestros amigos que venían en la siguiente guagua. Tan pronto ellos llegaron nos fuimos a almorzar a un restaurante de comida rápida llamado KFD (la versión china de KFC). Ordenamos como pudimos, haciendo señales y diciendo la palabra clave del viaje No Spicy aún sabiendo que ellos quizás ni entendían lo que decíamos.
Salimos de KFD y regresamos hasta la estación de guaguas donde buscamos un taxi que por ¥20 nos llevó hasta el centro del pueblo. El taxista nos dejó en la Calle West, que está llena de tiendas, restaurantes y más tiendas. Es como un centro comercial al aire libre. Eso mismo era lo que no estábamos buscando hacer en Yangshuo. Allí se nos acercó una señora que hablaba inglés y nos ofreció rentar unas scooters (motos eléctricas) para recorrer el área rural del pueblito, lejos del bullicio del lugar donde estábamos en ese momento. Negociamos el precio y al final nos rentó tres motos por ¥50 cada una más ¥200 de depósito reembolsable. Nos dio un mapa donde nos indicó la ruta a seguir y nos dijo que a las 7pm teníamos que estar de regreso. Agarramos las motos y comenzamos nuestra aventura por Yangshuo.
Yangshuo es famoso por el gran paisaje carso el cual está lleno de montañas con unos picos bien pronunciados. En nuestro recorrido nos cruzamos con un sinnúmero de estas montañas y en cada esquina hacíamos una parada para retratarlas. Mientras conducíamos bordeando el Río Li hicimos una parada en un negocio porque hacía mucho calor y queríamos una cerveza. Allí una señora y su hijo eran los que estaban atendiendo la barra. Nos montaron conversación y hasta un álbum de fotos nos enseñaron.
Seguimos nuestro recorrido en las motos hasta que llegamos a un puente desde donde teníamos unas vistas de película, justo como habíamos imaginado que sería Yangshuo. Varias barcazas de bambú navegaban el Río Li mientras que las montañas que rodeaban al río le daban un encanto especial. En el puente vimos varios niños que brincaban al agua una y otra vez. Si hubiese llevado ropa extra me hubiera unido a ellos y me tiraba al río porque el calor era sofocante.
Nos fuimos del puente y continuamos nuestro recorrido hasta que llegamos a una plantación de arroz donde decidimos parar. El arrozal estaba localizado en una especie de valle entre las montañas y tenía su propio sistema de acueducto y riego. Con esas imágenes del arrozal continuamos el paseo en moto hasta llegar a otro punto desde donde las vistas eran aún más espectaculares que el primer puente que habíamos visitado. Debe ser porque en esa parte del río las montañas estaban más cerca de nosotros.
Comenzaban a caer unas gotas de lluvia y aún nos faltaba visitar Moon Hill que es una montaña que tiene un hueco con forma de media luna en el centro. De camino a Moon Hill tuvimos que pararnos en un restaurante porque el cielo se había abierto y eso parecía un diluvio. Me tuve que quitar los tenis, amarrarlos del bulto de la cámara y ponerme el poncho encima para proteger del agua no solo a mi, pero la cámara y tenis también. Seguía lloviendo, pero teníamos que continuar porque también se estaba acercando la hora de entregar las motos. Yo andaba con mi sombrilla más la motora tenía una sombrilla, con ambas abiertas y descalzo seguí conduciendo.
Al llegar a Moon Hill ya estaba cerrado, y no nos dejaban ni entrar al estacionamiento para, aunque sea, ver la montaña desde ahí. La moto de mi amigo se estaba descargando y el pidió permiso para entrar al estacionamiento y conectar la moto a cargar un rato. Mientras tanto yo trataba de ver la montaña a través de los árboles pero era casi misión imposible. La batería cargó por diez minutos y nos fuimos a entregar las motos al lugar donde las habíamos alquilados.
Llegar de regreso al lugar donde rentamos las motos fue toda una osadía, pues los diez minutos de carga no fueron suficientes y la moto dejó de acelerar. Decidimos seguir los que estábamos bien de batería para al llegar notificar que había una moto sin carga a ver si buscaban a mi amigo y la moto. Al llegar a West Street eso es todo un laberinto, y llegamos por un área que no fue la misma área que habíamos ido a buscar las motos. La lluvia seguía, y nosotros recorriendo pasillos entre tiendas y restaurantes tratando de ubicarnos. Llegó un momento en que me quedé solo en ese laberinto, no supe hacia donde se habían dirigido mis amigos que andaban en la otra moto. Salí a la carretera principal y entonces pude identificar donde me encontraba y fui el primero que llegó a entregar la moto. El que no tenía carga pudo cargar un poco más y llegó, y luego llegaron los otros dos que andaban conmigo, pero habían desaparecido de mi lado. Me devolvieron los ¥200 que había dejado de depósito, fuimos a una tienda a comprarme unas chanclas porque aún andaba descalzo y no quería ponerme los tenis porque seguía lloviendo a cántaro. Frente a la tienda cogimos un taxi que nos llevó de vuelta a la estación de guaguas y rápido nos montamos en la guagua que estaba a punto de partir. Esta vez nos cobraron ¥30 para regresar a Guilin.
Al llegar a Guilin pedimos un carro a través de la aplicación Didi y llegamos hasta el Lago Shan Hu. En ese lago se encuentran las Pagodas Gemelas del Sol y la Luna. Y al ser de noche pudimos comprobar por qué se le conoce con ese nombre a las pagodas. Estaban totalmente iluminadas, una de blanco y la otra de dorado. Luego nos dimos cuenta que las pagodas las apagan a cierta hora, creo que a las 10pm, porque en menos de 10 minutos de nosotros estar allí ya las habían apagado.
Como estábamos hambriento decidimos regresar caminando así podríamos parar en el primer lugar de comida que viéramos abierto. Terminamos comiendo pollo frito con papas fritas y refresco en un restaurante de comida rápida llamado Wallace. Ese fue el mejor pollo frito que me haya comido en el viaje. Y con las manos llenas de grasa terminamos el largo día. Caminamos hasta el hostal, una ducha y caí rendido en la cama.
El itinerario del viaje lo puedes ver AQUÍ.
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Acabamos de descubriros!!! Menudo viaje de mochileros. Sí señores!!! Cuántos sois?
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Hola y bienvenidos! Una sola persona es la que está a cargo del blog pero generalmente escribo en plural porque suelo viajar en la mayoría de las ocaciones con amigos. En este viaje a China éramos siete personas. Gracias por pasar por el blog y dejar tu comentario. 👍🏼
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Me ha encantado el blog y nos quedamos 🙌🏻 Y ahora estás de viaje o ya de vuelta?
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Estoy de vuelta, el viaje a China lo hice en el mes de julio. Pero el mes que viene salgo viaje otra vez, ahora le tocará a la Ciudad de México recibirme.
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Guau!!! Qué suerte no parar. Nosotros no podemos más porque el trabajo no nos lo permite, pero siempre buscamos escaparnos en vacaciones! Ya iremos viendo México de tu mano. Un saludo!
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