Día 6 Machu Picchu
Ya a las 5am estábamos levantándonos. A las 7am nos esperaba el guía de la visita a Machu Picchu en la entrada del complejo arqueológico. El desayuno estaba incluido en el hotel y estaba muy bueno. Nos guardaron las maletas en recepción porque ese mismo día nos regresábamos a Cusco e íbamos a estar en Machu Picchu a la hora del “check-out”. Nos entregaron los sándwiches que ordenamos la noche antes para llevarlos con nosotros para el almuerzo ya que la comida que venden en el área de Machu Picchu es demasiado costosa. Caminamos hasta el terminal de buses que te llevan de Aguas Calientes a Machu Picchu, al llegar al terminal uno de los del grupo se da cuenta que dejo el pasaporte en el hotel (y es requerido para entrar al complejo arqueológico) así que tuvo que regresar al hotel a buscarlo. En lo que regresó con su pasaporte, hicimos la fila para entrar al autobús, los 30 minutos que toma subir la montaña, pues ya eran más de las 7am. Por suerte el guía estaba aun esperando por nosotros.
Empezamos el recorrido bajo lluvia y mucha neblina, y esto obstaculizaba el poder apreciarla grandeza del lugar. Según pasaba el tiempo, la niebla se dispersaba pero la lluvia continuaba. El guía nos va explicando y contando diferentes aspectos del complejo. Machu Picchu es una de las 7 maravillas del mundo más visitadas por los turistas, posee hermosas construcciones a base de piedras, que fueron talladas con mucha precisión y detalle. Es una de las mayores obras arquitectónicas Incas, por haber sido construida en un lugar que significó encarar las mayores dificultades topográficas; pero gracias a esta inaccesible zona esta ciudadela se salvó de la destrucción y depredación española, por eso aun hoy podemos admirar la maravillosa construcción inca. Machu Picchu, más que una ciudadela, es un complejo arquitectónico al que solo le faltan los techos. A este complejo se le llama ciudad, por el gran número de casas que en la actualidad se cuentan más de 200.
Con el guía visitamos el Templo del Cóndor, la Fuente Litúrgica, la Plaza Central, la Plaza Sagrada, el Intihuatana y el Templo Principal. Teníamos boletos para subir al Waynapicchu a las 10am. Faltaba media hora y decidimos caminar hacia la entrada del Waynapicchu mientras yo iba comiéndome el sándwich. Firmamos el registro de visitantes, mostramos el boleto de entrada y empezamos con lo que sería poco mas de 1 hora de caminata subiendo la empinada montaña.
Debo aclarar que esta es mi segunda vez subiendo el Waynapicchu y no recordaba lo intenso que era. Los caminitos y escaleras son estrechos, en piedra, estaba todo mojado por la lluvia, los escalones pequeños y resbaladizos, pero la vista que vamos teniendo de la ciudad en la medida que avanzamos en la subida vale la pena. Hicimos varias paradas para tomar el aire pues la combinación de lo empinado del camino y la altura del lugar no es tu mejor aliado a la hora de respirar. Llegamos por fin a la cima, la cual se encuentra a 2,693 msnm, y nos encontramos encima de las nubes. La vista, aunque con las nubes presentes, era espectacular. Entre nube y nube se podía ver la ciudad de Machu Picchu, el Rio Urubamba y el resto de las montañas que rodean el lugar. Hay terrazas y recintos, formando parte de un Sitio de Control u Observatorio Astronómico. A las 12 del medio día una persona empleada por el complejo arqueológico comienza a dar el aviso para que bajemos del Waynapicchu. Al Waynapicchu solo permiten la entrada a 400 personas, 200 a las 7am y 200 a las 10am.
Al bajar, tomamos varias fotos adicionales en Machu Picchu, y hasta nos encontramos con unas llamas las cuales utilizamos como protagonistas de una de las fotos. Al salir, hay un área donde puedes ponchar tu pasaporte con el sello de Machu Picchu. Luego tomamos el autobús de bajada, buscamos el equipaje y nos fuimos a la estación del tren ya que salíamos alrededor de las 4:25pm. Al llegar a la estación del tren en Ollantaytambo ya se encontraba esperándonos un conductor que nos llevó de regreso a nuestro hotel en Cusco, Piccola Locanda. Llegamos entre las 8-9pm al hotel. Nos dimos un baño rapidito y cenamos a dos o tres cuadras del hotel en el restaurante Tapa Tapa y Ole. Es un pequeño restaurante con un ambiente muy bueno y comida exquisita a un buen precio y muy cerca de la Plaza de Armas, se lo recomiendo.
Y de ahí salimos a dormir, ya que al otro día a las 7am salía nuestro bus turístico con destino Puno.
Puedes ver el itinerario completo AQUÍ
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