Para llegar a la Casa Azul desde la Central de Autobuses del Norte decidimos pedir un Uber. Al Uber le tomó cerca de 20 minutos llegar a la estación porque había un tráfico demente. Ese mismo tráfico hizo que nos tardáramos una hora en llegar al museo. Tan pronto llegamos vimos que había dos filas, a la derecha personas que tenían que comprar el boleto para entrar y a la izquierda personas que compraron los boletos por internet. Nosotros compramos los boletos por internet con varias semanas de anticipación así que nos colocamos en la fila de la izquierda que era bastante larga. Pagamos MX$492.20 (US$25) por los dos boletos y pudimos escoger día de la visita y hora. Estuvimos media hora en la fila hasta que por fin entramos al museo.
La Casa Azul es el sitio donde nació y murió Frida Kahlo. Aunque al casarse con Diego Rivera vivió en distintos lugares de la Ciudad de México y en el extranjero, Frida siempre regresó a su casa de Coyoacán, uno de los barrios más bonitos y antiguos de la Ciudad de México. La Casa Azul fue convertida en museo en 1958, cuatro años después de la muerte de la pintora. Hoy es uno de los museos más visitados en la capital mexicana. La llamada Casa Azul Museo Frida Kahlo es el lugar donde se encuentran los objetos personales y algunas de las obras importantes de la artista.
Tan pronto pasé por la puerta de entrada tuve que dejar la mochila en un cuartito porque no son permitidas dentro de la casa. También tuve que pagar MX$30 para poder tirar fotos dentro de la casa. Si solo planeas retratar el jardín, no se necesita pagar por el permiso de fotografía. Justo antes de entrar al primero de los cuartos de la casa vimos una pared azul donde estaba plasmado las fechas en las cuales Frida y Diego vivieron en la casa, del 1929 al 1954.
El tour de la casa se comienza la sala de la casa, ahora convertida en sala de exposición de varios trabajos de la pintora. En esa sala vimos el famoso y doloroso cuadro Frida y la Cesárea. Frida y la Cesárea es un cuadro inconcluso que incluye varios de los temas que obsesionaban a la pintora, como la maternidad, algo que no pudo experimentar en su vida. Ella pintó este cuadro después de su primer aborto, en su tercer mes de embarazo.
En el próximo cuarto hay varias pinturas adicionales incluyendo el Viva la Vida y el Autorretrato Inconcluso. Viva la Vida es una de las pinturas más importantes de Frida ya que fue el último cuadro que ella pintó. A pesar del deteriorado estado de salud en el que se encontraba, el título de esta obra es atribuido a la vida. Pintó unas sandías de un color rojo vibrante y en una de ellas escribió Viva la Vida ocho días antes de morir.
Los dos cuartos que le seguían tenían artefactos personas de Frida como cartas, fotos, notas y artículos de uso diario de ella. También se exponen algunas de las obras de Diego Rivera y de varios artistas contemporáneos. . Las fotos son muy interesantes, algunas presentan el lado sensual de Frida y otras son fotos con otros famosos pintores y personalidades.
En el salón comedor vimos colecciones de vajillas y dos esqueletos hechos en papel maché colando de las esquinas. Justo al lado del comedor está el cuarto donde dormía Diego y aún está colgando la ropa que utilizaba para trabajar junto al abrigo y el sombrero. La cocina conserva todos los artefactos originales, como las ollas, vasijas, cucharones, la mesa y sillas.
Subimos unas escaleras y llegamos a al cuarto de la casa que más me gustó, el estudio donde Frida pintaba. Aún se puede ver la silla de ruedas frente al lienzo y la paleta con pinturas a un lado, como si la pintora aún viviera en la casa. El cuarto adyacente al estudio era el cuarto donde Frida dormía cuando tuvo el accidente que la mantuvo postrada en cama por un tiempo. La cama tiene un espejo en la parte de arriba el cual Frida utilizada para crear sus autorretratos. Hasta las muletas están en una esquina del cuarto. Todos los muebles de esos dos cuartos son originales.
Bajamos unas escaleras y salimos al jardín interior de la casa. Un bonito espacio verde con árboles, una fuente, un estanque y hasta una pirámide. Tenían también un altar dedicado a Frida, presumo que el altar fue creado para el Día de los Muertos que había sido celebrado 3 semanas antes de yo llegar a México. El altar estaba adornado por flores, velas, esqueletos, golosinas, frutas, alcohol y frente a todos esos elementos estaba una foto de Frida en blanco y negro.
Luego de recorrer el patio visitamos la exhibición llamada Los Vestidos de Frida Kahlo que se encuentra en un cuarto al otro lado del jardín. Esa es la primera exposición realizada sobre el guardarropa de la artista. Esta muestra presenta una interpretación de Frida Kahlo a través de su vestuario, que fue descubierto en 2004 en el cuarto de baño de Frida en la Casa Azul. Pero no tan solo vimos vestidos, también vimos una variedad de corsés que la pintora utilizó luego del accidente que afectó su columna vertebral, blusas, muletas, joyas, zapatos y hasta una prótesis de pierna.
Salimos del museo y nos fuimos caminando hasta el centro de Coyoacán. Allí dimos una corta visita a la Plaza Jardín Hidalgo mientras buscábamos un lugar donde comer. Terminamos cenando en el restaurante El Morral y todo lo que comí estaba exquisito. Ordené la arrachera que venía acompañada por arroz blanco, habichuelas negras, tortillas y guacamole y para beber un agua fresca de piña. La cena me salió en MX$290 (US$15). Terminamos de cenar y cogimos un Uber compartido de regreso al hotel que nos costó MX$175 (US$9). Llegamos muertos en vida al hotel, y a pesar que quería salir a darme unas cervezas, el cansancio pudo más y luego de un baño caímos rendidos en la cama.
Durante la primera parte del segundo día visitamos Teotihuacán y lo puedes leer AQUÍ.
Puedes ver el itinerario de los tres días en CDMX pinchando AQUÍ.
Pingback: Ruta 19: Tres días en la Ciudad de México