Originalmente habíamos reservado por internet, con el hotel donde nos estábamos quedando, un tour para ir al Desierto de Thar que duraría todo el día. Saldríamos a las 7am de hotel y regresaríamos entre 9-10pm. La noche antes del tour nos pusimos a pensar que pasar tantas horas bajo un sol candente no sonaba muy alentador. También pensamos que el paseo de tres horas en camello que el tour incluía era demasiado para nosotros, más para mi que lo único que he montado ha sido los caballitos en el carrusel de las ferias. Llevamos nuestras preocupaciones a los empleados del hotel y cuadramos un tour más corto y visitando lugares adicionales en el camino. Quedamos en que la nueva hora de salida para el tour sería 9am y que solo estaríamos una hora y media cabalgando los camellos.
El día del tour fuimos a la azotea del hotel a desayunar en el restaurante con unas vistas de película del Fuerte de Jaisalmer. El desayuno no estaba incluido, y a pesar de que no recuerdo cuanto pagué, si recuerdo que no fue muy caro. Me desayuné una tortilla de huevos con queso, cebolla, tomate y cebollines y una coca cola. Como aún quedaba tiempo para comenzar el tour nos fuimos al centro de la ciudad a buscar un cajero automático y retirar dinero. El centro de la ciudad está a tan solo unos 10-15 minutos del hotel.
Regresamos al hotel y a las 9am salimos en un jeep a nuestro pasadía conociendo el gran desierto indio. Antes del desierto, pararíamos en dos lugares de interés. La primera parada la hicimos en una pequeña villa en las afueras de Jaisalmer. En esa villa lo que había era como unas cinco casitas muy humildes, y sus residentes se encontraban haciendo tareas domésticas. Los niños estaban afuera y nos miraban con sus únicos ojos curiosos. Los alrededores de la villa pertenecen a los residentes de ella, y eso terrenos son utilizados para la agricultura.
La siguiente parada fue en el Fuerte Khaba, el cual fue habitado una vez por los Brahmanes Paliwal. El fuerte fue repentinamente abandonado por razones misteriosas. Lo que queda del fuerte son las paredes algo desmoronadas y está rodeado por las ruinas de las casas de unas 80 familias que solían vivir aquí hace más de 200 años. La entrada al fuerte tuvo un costo de Rs10. Aunque no bajamos a recorrer las casas dejadas al olvido, desde las ventanas del fuerte vimos las ruinas y tras varias fotos nos regresamos al jeep para continuar la travesía.
Media hora después llegamos a un área del Desierto de Thar donde lo único que había era un árbol. Nos bajamos del jeep, y el conductor sacó unas sábanas para que nos sentáramos bajo la sombra del árbol. Llegaron otros muchachos en camellos y comenzaron a preparar el almuerzo sobre leña. Mientras se cocinaba el almuerzo nosotros mirábamos con detenimiento como preparaban los alimentos y observábamos los alrededores, porque cada cierto tiempo llegaban más camellos. Fue un almuerzo vegetariano que consistió en fideos, chapati y vegetales verdes. Y los muchachos que prepararon el almuerzo se aseguraron de que comiéramos bien porque seguían poniendo más comida en nuestros platos aún cuando le decíamos que no queríamos más porque estábamos llenos.
Con la barriga llena comenzamos el paseo a camello por el desierto. Tengo que hacer la salvedad de que os camellos estaban bien cuidados y saludables, en ningún momento vi malos tratos hacia los camellos. Y los camellos que montamos viven en el mismo desierto, no viven enjaulados ni amarrados. Se mantienen juntos entre ellos en un área del desierto donde los muchachos siempre van a buscarlos.
La primera parte consistió en treparnos en las jorobas de los camellos, algo que fue un poco más difícil de lo que esperaba porque el camello se tiene que acostar para que las personas se puedan sentar en la joroba y luego al pararse, el camello sube primero las patas de atrás. Comenzamos el recorrido bajo el sol candente observando la fauna y flora del lugar. Vimos venados, otros camellos, impalas y hasta cabras.
El tour en los camellos era de una hora y media, pero luego de media hora hicimos una parada para descansar y decidí no continuar el recorrido en el camello porque tengo problemas con la espalda baja y ya sentía dolor. En esa misma parada los camellos tomaron agua en un inmenso estanque que hay para ellos y conocimos dos niños residentes de una pequeña comunidad en el desierto. Aunque los nenes y nosotros no hablábamos el mismo idioma, las sonrisas y gestos fueron suficiente para comunicarnos. Hasta le tomé fotos a ellos y fue de una de las fotos que más me gustó del viaje.
Idiana y yo seguimos la ruta del desierto en el jeep, y los demás del grupo continuaron en los camellos. Obviamente nosotros llegamos mucho antes que los camellos al punto de encuentro, que era en una duna. En esa duna había una choza con colchones los cuales los muchachos del tour prepararon para que nos recostáramos a descansar. La otra parte del grupo que andaban en los camellos llegaron como 40 minutos después, justo antes del atardecer. Aprovechamos para tomar fotos de las dunas y de nosotros en las dunas. Desde la duna vimos el sol caer y luego bajamos a la choza a cenar.
Los muchachos del tour nos prepararon dal, chapati, vegetales y arroz para la cena. Todo estaba buenísimo, incluyendo las cervezas que nos habían llevado. Luego de la suculenta cena nos montamos en el jeep y nos regresamos al hotel. Recogimos el equipaje y en el mismo jeep nos llevaron a la estación de trenes de Jaisalmer donde teníamos que coger el tren de la 1am con destino Jodhpur.
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