La noche anterior llegué poco después de la media noche al estudio que reservé por AirBnB luego de estar conduciendo por ocho horas. La lluvia me acompañó desde Chicago por todo el camino hasta llegar a Louisville y me seguiría acompañando hasta la última noche en la ciudad. El estudio era muy bonito, bien decorado y tenía de todo para hacer de la estancia una agradable. Estaba localizado en el tercer nivel de una residencia construida en el año 1910 y para acceder a él había una escalera en la parte posterior de la residencia, lo que hacía del estudio uno muy privado. Esa noche me quedé dormido escuchando las gotas de agua caer en el techo de la residencia.
Al siguiente día me levanté y lo primero que hice fue asomarme por la ventana para verificar si ya no llovía, pero aún había enormes nubes grises desbordándose encima de la ciudad. Me preparé y me fui a desayunar a una cafetería que quedaba a menos de una cuadra de la casa. Me fui caminando y en menos de dos minutos ya estaba frente a Burger Boy. La cafetería abre 24 horas y los precios son súper accesibles. Yo ordené dos huevos revueltos con tocineta, tostadas, papas y jugo de china (naranja) y solo pagué $11 incluyendo la propina. Y la comida era abundante y muy buena.
Luego del buen desayuno me regresé a buscar el carro y me fui al Centro Muhammad Ali. Este centro está dedicado a difundir y educar acerca del boxeador, campeón olímpico y activista social Mohammad Ali, quién nació en Louisville. Más de cincuenta años después de que irrumpió en escena como ganador de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1960, en Roma, Muhammad Ali sigue siendo una figura mágica, conocida y querida en todo el mundo.
La vida y la carrera de Muhammad se desarrollaron tanto en las portadas de los periódicos nacionales e internacionales como en las páginas internas de deportes. Su apoyo a la Nación del Islam y su insistencia en ser llamado Muhammad Ali en lugar de su «nombre de esclavo», Cassius Clay, promovió una nueva era en el orgullo negro. Su negativa a ingresar en el ejército de los Estados Unidos anticipó el creciente movimiento contra la guerra de los años sesenta.
El sueño de Muhammad de compartir su inspiración con el mundo se está realizando a través del Centro Muhammad Ali en Louisville, Kentucky. El Centro Ali apela al corazón, al espíritu y a la imaginación. Esto inspira a niños y adultos a formar nuevos compromisos en sus vidas en áreas de crecimiento personal, integridad y respeto por los demás, y les brinda las herramientas para que estos compromisos se cumplan.
Tan pronto entré al edificio, pagué los $14 que cuesta la entrada y comencé rápidamente el recorrido. La visita comenzó en el Orientation Theater, para lo cual tuve que tomar el elevador hasta el cuarto piso. En ese teatro se presenta una película de 14 minutos que recorre la vida icónica de Ali. La película me pareció tremenda, fue excelente fuente de información de detalles que ignoraba de la vida del campeón.
Al terminar la película comencé el recorrido de las diferentes galerías y exposiciones. Una sección de ese cuarto nivel estaba organizado en orden cronológico lo eventos importantes que ocurrieron en la vida de Muhammad, incluyendo sus luchas, tanto en el ring como fuera de él (luchas sociales). Cuando iba a bajar al tercer nivel me encontré con un pabellón en forma de elipse en donde había mucha memorabilia, incluyendo una recreación de un ring de boxeo donde se estaba proyectando la película The Greatest.
También vi una colección de reconocimientos que recibió Ali a lo largo de su vida. Hay un teatro donde se presentaba una corta película acerca del momento en que Ali cargó la antorcha olímpica en las Olimpiadas Atlanta 96. Y lo último que visité en ese nivel fue una colección de fotografías muy interesante acerca del tema de las mujeres homeless o sin hogar en todo el mundo, desde India hasta Australia y Estados Unidos.
Al bajar al siguiente nivel me encontré con la Galería LeRoy Neiman donde hay una colección de pinturas de la imagen de Ali creadas por el mismo Neiman. Y con esa galería terminé el recorrido del centro. Salí del centro y mientras recorría bajo la lluvia la West Main Street me encontré de frente con una estatua dorada de 30 pies (9 metros) de alto del David de Miguel Ángel. La estatua es obra de un escultor turco y fue traída directamente de Estambul vía la Ciudad de Nueva York.
Seguí mi camino y a pocos pasos llegué al Centro de Ciencias de Kentucky, y aunque no entré, aproveché el enorme espejo con forma de antena parabólica que se encuentra en la entrada y me tomé varias fotos. A menos de una cuadra del centro de ciencias un enorme bate de pelota de unos 120 pies (36.5 metros) de alto me daba la bienvenida al Museo y Fábrica Louisville Slugger. Este museo celebra el extraordinario papel que los bates de béisbol Louisville Slugger han jugado en el pasado, presente y futuro del deporte.
La entrada al museo cuesta $15 pero mi dieron $1 de descuento al presentar el boleto del Centro Muhammed Ali. El recorriendo se comienza en la sala de exposición donde hay estatuas de cera de jugadores de béisbol de varias épocas, incluyendo la actual. Hay varias fotos de jugadores que hicieron historia en el deporte como el puertorriqueño Roberto Clemente, el #21 de los Piratas de Pittsburgh, quien fue uno de los primeros latinos en las Grandes Ligas.
En la misma sala hay recreaciones en Lego de varios estadios de los Estados Unidos. También vi una exposición de jugadores actuales posando con sus bates Louisville Slugger, como el jugador de los Cerveceros de Milwaukee Christian Yelich. El tour continuó en un teatro donde se presentó una película de la historia de los bates Louisville Slugger, desde que se cortan los árboles, hasta que se empacan. El final de la visita fue el tour por la fábrica que se encuentra ahí mismo. En el tour nos mostraron los diferentes procesos de manufactura por la que pasan los pedazos de madera para ser convertidos en bates, incluyendo el proceso de pintado. Desgraciadamente no permiten tomar fotos en el tour de la fábrica.
Al final del tour nos dieron un bate pequeño a cada visitante para que nos lo lleváramos de recuerdo. Antes de irme del museo pasé por una ventana de cristal que tenía al otro lado la Bóveda de los Bates. En esa bóveda se guardan todos los modelos de los bates Louisville Slugger y algunos modelos de réplicas. El museo también tiene muchas áreas con juegos para que los niños pasen un buen rato y no se aburran.
Del museo me fui a buscar un lugar donde comer, y recordé que cerca del David había visto un restaurante mexicano llamado Los Aztecas. Ordené el especial de almuerzo que era tacos de dorado (pescado Mahi Mahi) y de paso pedí un litro de cerveza Modelo. Esos fueron los mejores tacos que me he comido en toda mi vida. Estaban exquisitos y la cerveza helada. Ese almuerzo me salió en $22 con la propina.
Luego del almuerzo me fui a seguir recorriendo el centro de la ciudad, pasando por el ayuntamiento de Louisville y la corte. Junto a la corte hay una estatua del hombre al que se le debe el nombre de la ciudad, Luis XVI, Rey de Francia. La ciudad se nombró Louisville porque el Rey Luis XVI apoyó a las trece colonias estadounidenses en la guerra de la revolución y el gobierno, en forma de agradecimiento, decidió nombrar a la ciudad con ese nombre.
La lluvia seguía y decidí regresarme al apartamento a tomarme una siesta y esperar a ver si escampaba. Cuatro horas estuve en el apartamento y nunca escampó. Casi a las 9pm decidí salir a buscar donde cenar y terminé en un restaurante cubano llamado Havana Rumba. Al llegar me encontré con que había música en vivo, y estaba bastante lleno. Pero al ser yo solo, la mesera me consiguió una mesa rápidamente. Obviamente ordené mi plato cubano favorito, ropa vieja con arroz congrí y plátanos maduros fritos. Demás está decir que estaba para chuparse los dedos. Pagué por la cena $20 con la propina. Del restaurante me regresé al apartamento a dormir, y la lluvia continuó hasta el siguiente día.
Puedes acceder al itinerario de los dos días en Louisville pinchando AQUÍ.
Estoy en Louisville ahora mismo para visitar familia 😛 Espero que te haya gustado (aunque Lexington es muchísimo mejor que Louisville…)
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A mi me encantó Louisville. Cuando regrese a Kentucky visitaré Lexington..
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