Día 10 Arequipa, la Ciudad Blanca, Segunda Parte
Luego del desayuno en el hotel, bajamos a la plaza y nos encontramos una persona que estaba ofreciendo un tour por diferentes lugares de la ciudad por un precio módico el cual no recuerdo. Decidimos tomar el tour y fuimos hasta las oficinas de la compañía que estaba ofreciendo el tour que estaba a pocos metros de distancia de la Plaza de Armas.

Allí esperamos unos minutos por el bus y comenzamos el tour. Nuestra primera visita la hicimos a Mundo Alpaca. Mundo Alpaca es un complejo eco-turístico que muestra el proceso en vivo de la transformación de la lana de la alpaca. Había una exhibición en vivo donde dos tejedores de las comunidades indigenas de la zona del Cusco mostraban el proceso de hilado, teñido y tejido con el telar de cintura. También hay una tienda boutique donde venden prendas de hombre y mujer a precios exhorbitantes.


Nuestra próxima visita la hicimos al Molino de Sabandía, no sin antes fotografiar el volcán Misti y el Pichu Pichu de camino al Molino. Este molino servía originalmente para elaborar harina de trigo, maíz, y otros cereales. Lleva 374 años en funcionamiento y utiliza la fuerza automotriz del agua de un manantial a través de dos canales que mueven las volanderas del molino. Como en varias atracciones turísticas del Perú, habían varias llamas y otros animales en los alrededores y hasta una sección de fotos se estaba llevando en el área del manantial. A la salida encontramos varios quioscos de comida típica arequipeña y compramos queso helado y chicha morada.



Seguimos con nuestro tour hasta llegar a la Mansión del Fundador. Esta Mansión se remonta a inicios de la ocupación española, cuando las tierras donde se construyo esta edificación fueron asignadas al fundador de la ciudad de Arequipa. La casa fue mandada a construir por el fundador de Arequipa para albergar a su hijo ya que padecía síndrome down y quería darle un poco de paz y tranquilidad. Esta mansion fue reconstruida en el 1981 ya que estaba en las ruinas. Es una casa muy pintoresca, llena de objetos de la época colonial. Tiene un patio interior, un salón comedor inmenso, hermosos jardines, una capilla y se respira un aire muy fresco debido a su localización. Algo que me llamó la atención es que la cocina no estaba dentro de la mansión. Para ir a la cocina se tenía que salir de la casa y caminar hasta una pequeña edificación adyacente a la casa y entrar por una puerta pequeña.





La última visita que estaba incluida en el tour fue el Mirador de Yanahuara. Fue una parada de apenas 15-20 minutos. Desde este mirador se puede apreciar los nevados que rodean la ciudad blanca. Lo distintivo de este mirador son los arcos que encuentran allí. Cada uno de los arcos tiene un verso labrado en bajo relieve sobre la filosofía de vida e inspiración del poblador arequipeño. De ese mirador salimos de regreso al lugar donde nos recogieron.


A las 2:30pm ya estábamos de regreso y el hambre apretaba. Decidimos almorzar en Tanta para luego recorrer el Monasterio de Santa Catalina. A las 4pm llegamos al monasterio y cerraban a las 5pm, lo que nos dejaba solo 1 hora para recorrerlo. Pagamos 5 soles por persona para tener una guía que nos mostrara los diferentes rincones del monasterio y nos explicara la historia. El servicio de los guías es altamente recomendado pues nadie mejor que ellos para contar la historia del monasterio y en mi opinión personal, una visita al monasterio sin tener el conocimiento de su historia sería una visita incompleta.

El Monasterio de Santa Catalina es una pequeña ciudad dentro de la ciudad de Arequipa. El tour comienza en el locutorio, que es un cuartito por el cual se comunicaban las monjas con sus familiares cuando venia a visitarla. En este monasterio las monjas que lo habitaba eran monjas de clausura, es decir, no podían tener contacto con el mundo exterior. La forma de vida que llevan las monjas de clausura obligaba a no salir de su monasterio, impedía que personas ajenas (no monjas) puedieran entrar en su residencia e impedía la mezcla de sexos. Habían cuatro ventanas en el locutorio por la cual ellas se comunicaban, no podían ver a su familia pero si escucharlas. En un principio las monjas que llegaban al monasterio eran jovencitas adolescentes que su familia las enviaban al convento de forma no voluntaria para que a través de ellas, los pecado de la familia fueran perdonados. La familia pagaba una mensualidad al convento por la celda que ocupaba la hija. Si la familia era una familia adinerada, pues también enviaban al convento una criada para que ayudara a la jovencita en los quehaceres (cocinar, cocer, limpiar, etc).


El monasterio esta construido, como la mayoría de las construcciones de esa época, con sillar. El sillar es una piedra porosa de lava volcánica que ha hecho de Arequipa un centro colonial de marcada identidad. Las paredes del monasterio están pintadas con los colores rojo, azul y amarillo. Esto para evitarla brillantez del reflejo de la luz solar en las paredes y pisos del monasterio. La guía nos mostró las celdas, la capilla, la cocina, los patios interiores, fuentes, calles, la lavandería, los claustros, el almacén y demás areas del monasterios. El tour duró una hora y vimos toda la pequeña ciudad. Si eres una persona que te gusta la fotografía, este lugar te va a encantar por la combinación de arquitectura, colores, y detalles que vas querer tomar una fotografía en cada lugar.









Poco después de las 5pm salimos del convento y paramos a comer unas crepas en Crepísimo que es un restaurante bar que se encuentra en la misma calle Santa Catalina. Era sábado de gloria y había una procesión pasando justo por la calle en la que estábamos. Cargaban una virgen mientras caminaban, cantaban y esparcían incienso. No terminamos de ver la procesión porque estábamos bien agotados y decidimos irnos al hotel a descansar pues al otro día salíamos a las 3am para el Cañón del Colca.


Puedes ver el itinerario completo AQUÍ
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