Día 14 – 11 de julio de 2014, Stonehenge
Había llegado por fin uno de los días mas esperados del viaje, nos tocaba visitar el monumento prehistórico mas conocido de Europa, el conjunto megalítico de Stonehenge. Hicimos check out en el hotel de Bristol y caminamos a Temple Meads para tomar el tren hacia Salisbury. Al llegar a la estación en Salisbury nos dijeron que no había lugar donde dejar el equipaje pero que varios metro mas adelante, en un pub llamado The Cat Tavern, se podía dejar las maletas por unas cuantas libras. El pub es una barra de mala muerte, como decimos en Puerto Rico, pero no había de otra para dejar el equipaje.
Regresamos a la estación y allí llegó el autobús que transporta a las personas hasta Stonehenge. Pagamos £20 e incluía la entrada a Stonehenge. La entrada sola cuesta £14.50 si llegas conduciendo por tu cuenta. El sistema de entradas a Stonehenge ha cambiado recientemente y ahora se organiza mediante reservas anticipadas organizadas por horas. Reservando día y hora es la única forma de garantizarte la entrada en el momento elegido, lo cual no quiere decir que no puedas hacer la visita con normalidad simplemente presentándote allí siempre y cuando el turno elegido tenga sitios libres.
Stonehenge, Patrimonio de la Humanidad desde 1986, evolucionó de un simple «bank and ditch» neolítico, hace 5,000 años, a convertirse en un sofisticado círculo de piedras construido en el eje formado por la salida del sol en el solsticio de verano. Las piedras fueron traídas desde las montañas de Peseli, en Gales, a una distancia de unas 240 millas (unos 320km). Existen numerosas historias sobre la importancia de Stonehenge. Pudo haber sido un observatorio astronómico o un templo para sacrificios rituales al sol, para ayudar la cosecha, o quizás en honor a los muertos.

La visita la comenzamos en el Centro de Visitantes donde hay exposiciones permanentes y temporales , incluyendo cerca de 300 tesoros arqueológicos encontrados enterrados en el lugar, así como una galería, una tienda de regalos, un mostrador de servicio al visitante y una cafetería que sirve comida caliente y fría.
El centro se encuentra a 1.5 km de las piedras pero tiene transportación, una especie de trolley, que nos llevó hasta cerca del monumento. Mientras íbamos caminando podíamos ver el tumulto de personas que se encontraban ya alrededor de las piedras y esto a pesar de que fuimos en la mañana, poco después que abrieron.
La realidad es que no hay mucho que hacer, una vez se termina de caminar por los alrededores de las piedras, ya se acaba la visita. El único día que permiten a los visitantes pasar hasta dentro del monumento es el día del solsticio de verano. Nosotros bordeamos el monumento dos veces y tomamos fotos de todos los ángulos posibles, y luego nos regresamos a esperar el autobús de regreso a Salisbury.
Ya en Salisbury, pasamos a recoger nuestro equipaje y nos fuimos a la estación a esperar el tren a Londres. Esta vez nos quedamos en el área de Londres conocida como Bayswater. Cerramos nuestro último día cenando comida asiática en Noodle Oodle. Este es el único restaurante de este viaje que no recomiendo, el sabor no era el mejor. Y así concluimos las dos semanas del road trip por el Reino Unido e Irlanda. Al otro día nuestros vuelos de regreso salieron en la mañana.
Para ver el itinerario completo del road trip por Reino Unido e Irlanda presiona AQUÍ
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