Dí el madrugón de la vida para ir al aeropuerto, me levanté a las 3:30am, a las 4:30am ya estaba en el aeropuerto de Milwaukee y a las 6am salió mi vuelo directo a New York. Dos horas y quince minutos después ya estaba aterrizando en el aeropuerto LaGuardia. En el mismo aeropuerto compré una tarjeta metrocard válida para usarse ilimitadamente por siete días consecutivos en el subway y las guaguas por un costo de $32.

Salí del terminal y justo al frente estaba la estación de autobuses donde esperé solo unos 10 minutos hasta que llegó la guagua Q70 con destino a Queens. Tuve que transferirme al subway en la estación 74/Roosevelt y seis estaciones después había llegado al hotel Hilton Garden Inn. Como aún era temprano para hacer check in, la muchacha de recepción me dijo que podía dejar la maleta y ellos me la guardaban. Así que dejé la maleta y me fui en el subway directo al parque The Battery que es donde debía coger el ferry para ir a Liberty Island.

Llegué a The Battery a las 11:30am justo a tiempo para la visita a la Estatua de la Libertad que previamente había comprado el boleto por internet y me tocaba la visita a las 12pm. Había un montón de gente y la fila era kilométrica, yo estuve alrededor de 30 minutos hasta que por fin llegué al área de control de seguridad, que es igualito a los aeropuertos. La fila continuaba luego del control de seguridad hasta que nos dejaron montar en el ferry.

Desde el momento en que el ferry comenzó a navegar y retirarse del muelle de The Battery comencé a tener unas vistas espectaculares de Manhattan y más adelantes, según nos acercábamos a Liberty Island, unas súper vistas de la estatua de la libertad. El ferry tardó 15 minutos en llegar a la isla y yo me pasé esos minutos tirando fotos.


Mi boleto era solo para ver la estatua desde los alrededores, no incluía el pedestal y mucho menos subir a la corona. Yo le di la vuelta a la isla y retraté la estatua desde todos los ángulos posibles. La estatua, cuyo nombre es La Libertad ilumina al mundo, fue un regalo de los Franceses a los Estadounidenses en conmemoración de los cien años de independencia. La estatua, construida por Gustave Eiffel, representa a Libertas, diosa romana de la libertad.



Desde la isla se tiene una vista panorámica de Manhattan que aproveché al máximo sacando fotos del skyline de la ciudad. Luego tomé el ferry y me bajé en Ellis Island, lugar por donde entraron doce millones de inmigrantes a los Estados Unidos. Actualmente la isla alberga el Museo Nacional de Inmigración y está localizado en el edificio que sirvió como Estación de inmigración. Con el ticket del ferry te dan un aparato para que hagas un audio tour por tu propia cuenta que dura 45 minutos pero yo opté por el tour guiado que dura alrededor de una hora. El tour guiado es completamente gratis y según leí, comparado con el audio tour, es mucho más detallado.


El guía brindó información detallada de las diferentes exhibiciones. Nos explicó los diferentes procesos de entrevista y exámenes médicos por los que pasaban los inmigrantes. Pude ver los cuartos donde dormían temporeramente los inmigrantes, que parecían celdas con más de seis catres todos pegados. No pude ver el hospital porque no está abierto al público aún. En el exterior recorrí el Muro en Honor a los Inmigrantes donde están inscritos nombres, de individuos y de familias, de personas de toda etnia y/o raza, incluyendo nativos de Norteamérica. Actualmente se puede añadir cualquier nombre haciendo una donación de US$150. Desde Ellis Island también se tiene unas vistas impresionantes de Manhattan, las cuales aproveché para tirar varias fotos.


Cogí el ferry de las 2:30pm y me regresé a The Battery. Recorrí a vuelo de pájaro el parque, pasé por el East Coast Memorial el cual se construyó en honor a los 4,601 soldaos estadounidenses que perdieron la vida en aguas del Océano Atlántico durante la 2da Guerra Mundial. Luego vi de lejos el Carrusel Seaglass, donde todos los animales del carrusel son peces.

Del parque me fui caminando hasta llegar a las esculturas Charging Bull y Fearless Girl. Como era de esperarse, no cabía un alma más en los alrededores de las esculturas. Todo el mundo se quería retratar con ellas, y yo no estaba dispuesto a esperar porque ya eran las 3pm y andaba solo con el desayuno de las 5am. Tiré una foto desde arriba con mi GoPro y seguí mi camino rumbo al Shake Shack de Fulton Center. Allí tuve que hace una fila de 15 minutos para ordenar y esperar otros 15 minutos por la comida. Como siempre, la hamburguesa riquísima y las papas fritas bañadas con queso, tocineta y salsa BBQ por encima estaban para chuparse lo dedos.


Ya con la barriga llena seguí caminando hasta la atracción que más deseaba visitar, el Oculus. Luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 se cerro el terminal World Trade Center. Luego de quince años de obras se abrió la nueva estación, World Trade Center Transportation Hub, la cual fue diseñada por el ingeniero y arquitecto español Santiago Calatrava y tuvo un costo final de US$3.9 billones. El Oculus resembla, según Calatrava, una paloma siendo liberada de las manos de un niño. Desde afuera si parece una paloma blanca, pero una vez entré me transporté al futuro. El interior es inmenso, parece una construcción futurista, y tiene estación del metro, estación de trenes, plaza y centro comercial.


Del Oculus me fui a visitar el National September 11 Memorial, que está justo al lado del Oculus y del nuevo rascacielos One World Trade Center. El memorial está compuesto por dos piscinas reflectantes que tienen inscritos los nombres de cerca de 3000 víctimas. Las cascadas de las piscinas son las cascadas más grandes hechas por el hombre en Norteamérica. Estando allí noté que las personas estaban adornando algunos nombres con rosas blancas, lo cual presumí se trataba de familiares.


Eran las 5:30pm y estaba más que cansado, pero no me quería ir al hotel sin antes pasar por Times Square así que me fui a la estación Cortland donde cogí el subway hasta la 49. Times Square estaba lleno como siempre, pero no tanto como la última vez que estuve ahí que fue recibiendo el año 2012 con otro millón de personas. Estaba atardeciendo y ya las luces neones de los anuncios comenzaban a resaltar más su brillo. No entré a ningún establecimiento, solo estuve en el centro de las calles admirando los alrededores hasta que decidí irme en el subway al hotel.

Descansé como una hora y media y me fui caminando unas seis cuadras hasta el restaurante brasileño Malageta. Era ya las 10 de la noche pero estaba hambriento así que ordené camarones al ajillo de aperitivo y picanha con arroz y habichuelas y una caipirinha para bajar la comida. Todo estuvo exquisito, una pena que hace poco el restaurante cerró sus puertas.
Como ven, el primer día le metí duro a Nueva York, pero es que con solo cuatro días no hay tiempo para perder. Esa noche caí rendido en la cama y con los pies esbarataos de tanto caminar.
Puedes ver el itinerario completo de los cuatro días en New York City haciendo click AQUÍ.
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Calatrava, uno de los arquitectos más polémicos en España. ¿Han tenido problemas en Nueva York?
Me parece que sí, lo has pasado mejor en este viaje que en los viajes anteriores.
¿Qué tal tu gente en Puerto Rico después de Irma?
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A mi me encantan las obras de Calatrava.
Nueva York esta vez me gustó, quizás es porque no llevaba expectativas, o quizás porque viajé solo. La pasé muy bien, y disfruté más la ciudad que en las visitas previas.
Mi familia en Puerto Rico están bien, ellos viven en el sur de la isla y el huracán no causó tanto desastre en esa área del país. Gracias por preguntar! 🙂
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Solo conozco un poco de Ponce en el sur de la isla, me encantaría viajar.
De hecho prefiero viajar solo, quizás es porque lo disfrutaste más jeje.
Calatrava tiene muchos obras interesantes, pero en España, hay algunos que no son prácticos y sigue en guerra con la ciudad de Bilbao por un puente mal pensando por un clima lluvioso. Es un personaje total!
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Yo soy de Ponce 🙂
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Una ciudad muy linda 😀
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