Con un mes de anticipación ya habíamos comprado los tickets del tren para ir a Rotterdam a través de la página de internet de la compañía de trenes Thalys. Cada boleto nos costé 21€, o sea que ida y vuelta salió en 42€ con asientos asignados. A las 8:17am salimos de Amsterdam Centraal y en poco más de una hora ya estábamos llegado a la estación Rotterdam Centraal. El trayecto usualmente dura unos 37 minutos, pero por obras de mantenimiento el tren tuvo que transitar por otras vías lo que alargó el viaje.

Tan pronto salimos del tren me di cuenta que la estructura que alberga la estación era sumamente moderna, un gran contraste con Amsterdam Centraal que es mucho más antigua. Pero no era para menos pues la estación Rotterdam Centraal actual se inauguró en el 2014, luego de un proyecto de reconstrucción total de la estación y sus alrededores debido al aumento de flujo de trenes, incluyendo los trenes de alta velocidad.

Salimos de la estación y comenzamos a caminar hasta el Ayuntamiento de la ciudad. El ayuntamiento es uno de los pocos edificios antiguos que quedan en el centro de la ciudad. Fue construido entre el 1914 y 1920 y fue uno de los sobrevivientes del bombardeo Nazi de 1940 que destruyó la ciudad casi por completo.

Procedimos a entrar y recorrer el ayuntamiento. Hay visitas guiadas donde se puede recorrer el ayuntamiento por completo, pero nosotros simplemente llegamos allí y nos dijeron que podíamos recorrer el primer nivel por nuestra cuenta, incluyendo el jardín interior. El interior del edificio es igual de bonito que el exterior. Hay una estatua en el mismo centro y varios bustos en los alrededores. Desde el lobby se podía ver los vitrales del segundo piso por donde entraban los rayos de sol mañanero.


Luego salimos hasta al hermoso jardín interior. Cada extremo del jardín tiene una escultura, en el mismo centro hay una fuente y también hay varios bancos. Me dediqué a tomar fotos del jardín y de las estatuas desde todos los ángulos hasta que nos fuimos.


Caminamos cerca de seis cuadras, pasando por uno de los canales, hasta llegar a la iglesia Laurenskerk. Esta iglesia es el único edificio medieval que queda en Rotterdam. Durante la Segunda Guerra Mundial, la iglesia sufrió daños bastantes graves, y se vió a punto de ser demolida. Pero la Reina Wilhelmina se opuso a la demolición y entonces se optó por la reconstrucción. Estaba cerrada así que solo la vimos desde afuera.

Frente a la iglesia hay un pequeño parque donde se encuentra la estatua del más ilustre de los residentes de la ciudad, Erasmo de Rotterdam. Erasmo fue un escritor, sacerdote y humanista que, disgustado por la vida sacerdotal, buscó un empleo secular, y más tarde recibió la dispensa papal para vivir y vestir como erudito laico.

Dejamos a Erasmo atrás y nos fuimos al mercado al aire libre más grande de Europa, el Binnenrotte Centrum Markt. Fue fácil llegar al mercado porque se encuentra justo detrás de la iglesia Laurenskerk. El mercado abre martes y sábados (domingo también pero solo desde abril hasta diciembre) de 8am a 5:30pm. La mayoría de los productos que venden son ropa y comida (frutas, vegetales, nueces, quesos, mariscos, carnes).


Nosotros recorrimos las tres cuadras que ocupa el mercado absorbiendo los colores y olores de los productos que íbamos viendo. Es el lugar perfecto para observar a los locales mientras hacen sus compras. También fue el lugar donde más fotos tomé, mientras observada la variedad de vegetales, varios de ellos que no reconocía. En el mercado compramos un queso stolwijker que estaba deliciosos y unos Kit Kat hechos con chocolate blanco.

Al final del mercado vimos uno de los últimos edificios construidos en la ciudad, el Markthal. Markthal, construido en el 2014, es el primer mercado bajo techo de Holanda. La enorme estructura tiene forma de herradura o una U invertida y acoge al mercado en el centro y apartamentos en las paredes del arco. En el mercado se puede conseguir vegetales, frutas y carnes frescas pero también hay restaurantes y un supermercado.


Tan pronto entramos al mercado, lo más que me llamó la atención fue el enorme techo que está pintado como si fuera un mural con flores, frutas, vegetales, pescados, en fin, el mural tiene casi todo lo que se puede encontrar en el mercado. Era ya el medio día y teníamos hambre, así que aprovechamos el mercado y almorzamos en uno de los restaurantes que se encuentran allí. Nos decidimos por uno de comida griega llamado Elliniko. Comí un gyro de cerdo que estaba exquisito con papas fritas y una cerveza. Ha sido el mejor gyro que me he comido fuera de Grecia. Si van al Markthal no se pueden ir sin comer en Elliniko.

Ya con la barriga llena salimos de Markthal, y justo al otro lado del Binnenrotte Centrum Markt vimos dos estructuras súper interesantes. Una de ellas el Pencil Tower y la otra las Kubuswoningen o Casas Cubo. Las Casas Cubo son un conjunto de 32 casas innovadoras diseñadas en el 1984. El arquitecto giró 45° el cubo convencional de una casa y lo emplazó sobre pilares con forma hexagonal. Todas las casas están habitadas menos una, que está abierta al público y que por supuesto visitamos.


Subimos las escaleras hasta llegar a al primer nivel donde pagamos los 5€ que cobran por visitar la casa y procedimos a recorrerla. En ese nivel vimos la sala y la cocina, en el segundo nivel vimos un cuarto, una oficina y el baño, y en el último nivel la casa tenía un pequeño jardín con asientos. En ese último nivel pasamos un rato observando por las ventanas los cubos vecinos. La realidad es que la casa es más grande de lo que uno se imagina.


Salimos de la casa, cruzamos por el medio del complejo de las casas cubo y al bajar unas escaleras llegamos al Oude Haven, o Antiguo Puerto. En el puerto hay varios barcos históricos que forman una especie de museo marítimo. Hay varios bares y restaurantes en el área, y en verano se llena de turistas y locales que aprovechan el buen clima para pasar un rato agradable en las terrazas de los establecimientos.

Al otro lado del puerto está el Witte Huis, o Casa Blanca, que fue el primer rascacielos de Europa. Este fue otro de los pocos edificios que resistió los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial. Tiene un café/bar llamado Het Witte Huis que abre hasta tarde donde se puede comer y beber.

Queríamos recorrer el área de la ciudad llamada Wilhelminapier y para eso cruzamos el Willemsbrug, o Puente Willems. El puente que cruzamos no es el original, pues ese sucumbió al bombardeo de 1940. Desde el puente vimos el curiosos edificio de Unilever, llamado De Brug, o El Puente. Se llama así porque está construido sobre una antigua fábrica.


Luego tuvimos que cruzar otro puente, mucho más pequeño, que está justo al lado del histórico puente De Hef. Recorrimos la calle Stleltjesstraat hasta al final donde llegamos al Rijnhaven, uno de los puertos más antiguos de Rotterdam. En las aguas del puerto vimos el Dobberend Bos, o Bosque Flotante, que es un proyecto urbano que se compone de 20 árboles flotantes. Justo al lado de esos árboles está el Drijvend Paviljoen, que se traduce a Pabellón Flotante. Se compone de tres medias esferas transparentes que se encuentran flotando en la superficie del río. Dentro de esas esferas se celebran eventos especiales, reuniones y convenciones. Tristemente no están abiertas al público.

Continuamos nuestra visita caminando por uno de los barrios más jóvenes de la ciudad, Kop van Zuid. Varias áreas de un antiguo muelle abandonado fueron revitalizadas y de ahí salió este nuevo barrio. Uno de los edificios históricos que queríamos ver se encuentra al final del muelle, se trata del edificio Holland-Amerika Lijn. Holland-Amerika Lijn fue la compañía de cruceros que transportó a millones de inmigrantes europeos hasta el centro de migraciones de Ellis Island en la Ciudad de Nueva York.

Desde el 1993 el edificio alberga al Hotel New York el cual tiene un restaurante, una barra y una pequeña tienda de recuerdos en el primer nivel. Nosotros entramos al hotel y nos dimos varias cervezas en la barra. Al salir ya estaba anocheciendo y vimos uno de los atardeceres más bonitos de Holanda. Frente al hotel hay un monumento dedicado a los emigrantes europeos que partieron hacia el nuevo mundo con la compañía Holland-Amerika Lijn.

Ya era hora de regresar a la estación para regresarnos a Ámsterdam pero no me fui de Kop van Zuid hasta que le tomé varias fotos al puente más famoso de Rotterdam, el Erasmusbrug o Puente Erasmo. Este ícono de la ciudad es un puente de suspensión que conecta la parte norte con la parte sur de la ciudad y debido a su forma los locales lo llaman El Cisne.

Así acabamos nuestro pasadía en una de las ciudades más modernas de Holanda. Para regresar a Rotterdam Centraal cogimos el metro por 3.50€ que nos dejó directo en la estación. El tren salió a las 7:04pm y en 40 minutos ya estábamos llegando a Ámsterdam. Esa noche comimos pasta en el restaurante San Tomasso en el Barrio Rojo. Luego nos recogimos, estábamos esbarataos de tanto caminar y al otro día íbamos temprano a visitar varios pueblos en las afueras de Ámsterdam.

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