Al salir de Central Park me fui a recorrer la Quinta Avenida. Lo primero que noté es que movieron la icónica tienda Apple de su localización original. Pero la movieron unos cuantos metros nada más, y en el lugar original de la tienda pues hay una construcción en proceso. La última vez que entré a ese Apple Store fue en el 2012 cuando hice una escala de más de 12 horas en el aeropuerto JFK así que decidí echarle un vistazo nuevamente. La verdad es que me gustaba más el diseño de la tienda cuando estaba en su localización previa. Le dí una ojeada a la MacBook Pro nueva, jugué con ella y me retiré.

Continué recorriendo la avenida pasando por los grandes escaparates de las tiendas que abarcan ambas aceras. La Quinta Avenida es considerada una de las avenidas más caras del mundo y a la vez de las mejores para hacer compras. Mi situación económica no me permite comprar ni en Bulgari, ni en Versace y mucho menos en Cartier, por eso ver los escaparates fue más que suficiente para mi.

En esa misma avenida me encontré con el Rockefeller Center que tenía una gran bailarina de ballet adornando la entrada al edificio. Y como todo en la ciudad de Nueva York, estaba atestado de turistas. Caminé por los jardines del edificio, los Channel Gardens, y desde allí fotografié el edificio pero no me acerqué más para evitar la conglomeración de personas.

Seguí caminando la avenida hasta que llegué a la calle 42, ahí tome un descanso en uno de los bancos de Bryant Park. En el parque venden comida, bebidas alcohólicas, hay un area con grama donde se puede hacer picnic, habían personas leyendo libros, en fin, es un area para pasar un rato tranquilo, observando las personas y los edificios que lo rodean.

Del parque me fui en el subway hasta el Fratiron Building. En el primer nivel había un exposición de arte que se podía ver a través de los cristales de la vitrina. Yo no entré al edificio, solo lo vi desde afuera. Frente al edificio hay una pequeña placita con mesas y sillas donde me senté a beberme una cerveza bien fría para combatir el calor.

Regresé a la estación del subway y me dirigí al barrio Greenwich Village. En ese barrio visité el Stonewall Inn, un bar gay donde en el verano del 1969 intervino la policía y como consecuencia, se formaron varios motines violentos. Estos hechos dieron inicio a la lucha moderna por los derechos de la comunidad LGBTTQ. En el 2016 el bar fue declarado Monumento Nacional, convirtiéndolo en el primer monumento nacional dedicado al movimiento por los derechos LGBTTQ. Me senté en la barra y me di dos vodka con tónica mientras charlaba con la bartender, que para mi sorpresa, era de Puerto Rico también. Me hubiese quedado más tiempo, pero como quería llegar a Brooklyn antes del anochecer, pagué la cuenta y me fui.


Cogí el subway hasta la estación Fulton Street, que estaba a tres cuadras de la entrada peatonal del Brooklyn Bridge. El Puente Brooklyn es uno de los más antiguos de Estados Unidos. Se comenzó a construir en el 1869 y luego de 14 años ya estaba completado. Crucé el puente en 20 minutos, casi no hice paradas, pero era que estaba a punto de atardecer y mi plan era llegar a DUMBO a tiempo para capturar el atardecer sobre el Lower Manhattan desde el otro lado del río. Desde el puente se tienen unas vistas impresionantes de Manhattan, de la Estatua de la Libertad y de los otros puentes. Un edificio curiosos que vi desde el puente fue el New York by Gehry, que es uno de los rascacielos residenciales más altos del mundo. El diseño del edificio hace que parezca que se está fragmentando y llama mucho la atención.



Al llegar al otro lado del puente caí en Front Street, donde caminé dos cuadras hasta llegar a Washington Street y vi al final de esa calle la señal de que ese era el lugar que estaba buscando. Los edificios que abarcan ambas aceras de la Washington St. enmarcaban una de las torres del Manhattan Bridge. Esa area de Brooklyn es la que se conoce como DUMBO (Down Under the Manhattan Bridge Overpass).

El parque que está justo debajo del puente a orillas del río se llama Main Street Park y allí se encuentra la “playa” Pebble Beach, uno de los lugares preferidos por muchos fotógrafos para capturar la magnificencia del skyline de Lower Manhattan. Ya varios fotógrafos tenían sus cámaras y trípodes listos para capturar el atardecer y yo me uní a ellos. Estuve una hora y media tirando fotos, hasta que el hambre pudo más y me fui a buscar donde comer.


Esa noche cené en Sociale, en la esquina de Henry St. y Orange St. en Brooklyn Heights. En este restaurante la pasta que sirven la hacen allí mismo, y estaba muy buena así que queda recomendado. Después de caminar 10 millas (16 kms) ya no quedaban energías para nada más, ni para el postre. Caminé hasta la estación más cerca del restaurante y me fui directo al hotel.
La primera parte del segundo día el NYC la puedes ver AQUÍ.
Puedes ver el itinerario completo de los cuatro días en New York City haciendo click AQUÍ.
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Nos hiciste recordar nuestro viaje a esta gran ciudad!!! saludos
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