El plan que teníamos para el día era pasar un día de vacaciones de verdad, sin mucho ajetreo. Nos levantamos como a las 8am y nos fuimos a desayunar a un restaurante que estaba muy cerca de donde nos estábamos quedando llamado Azafrán. Las mesas del restaurante están ubicadas en el patio trasero, como en una especie de jardín con árboles que dan sombra y mucha vegetación. El desayuno muy bueno, papas majadas, tocineta, huevos revueltos y tostadas por MX$230.

Dejamos a Tulum atrás y guiamos por media hora hasta llegar a Akumal, que se encuentra a mitad de camino en ruta a Playa del Carmen. Akumal, que en lenguaje maya significa Tierra de Tortugas, es un pequeño pueblito costero no tan masificado como Playa o Cancún. La playa de Akumal es el lugar preferido de las tortugas caguamas para anidar. Y justo frente a las costas del pueblito, a 200 metros de distancia de la costa, se encuentra una barrera de arrecife de coral que evita que el oleaje llegue hasta la costa lo que convierte a la playa en una especie de piscina con mínimo oleaje y aguas cristalinas.

Nosotros fuimos directo a la playa, nos estacionamos a la orilla de la carretera, entramos al Oxxo a comprar hielo y cervezas, y caminamos hasta la playa. Buscamos un área con sombra debajo de una palma y allí pusimos la neverita con las cervezas que ya estaban frías y nos sentamos a contemplar la playa.

Unas de las atracciones principales es hacer snorkeling para ver las tortugas que abundan en las aguas de Akumal. Hay varias restricciones a la hora de nadar con las tortugas, como por ejemplo no se puede hacer el snorkeling sin salvavidas (para evitar tocar el fondo del mar porque ahí las tortugas están alimentándose de las algas) y el protector solar tiene que ser biodegradable (para evitar dañar los arrecifes de coral). Nosotros fuimos preparados con un bloqueador solar biodegradable que compré por Amazon que me costó US$20. Algo caro pero lo utilizamos cinco personas todos los días que estuvimos en México y nos rindió hasta el último día. Teníamos nuestro equipo de snorkel, pero no los salvavidas, pero en la misma playa los rentan por MX$50.

Hay servicio de guías que te llevan en grupos a hacer el snorkeling viendo las tortugas, pero se puede hacer por tu propia cuenta. Nosotros lo hicimos sin guía, y estuvimos cerca de 45 minutos nadando y vimos más de diez tortugas. La mayoría de ellas estaban en el fondo, comiendo o tomando una siesta. Yo he visto tortugas marinas en Puerto Rico pero no tantas tortugas a la misma vez. También vimos peces de colores, anémonas, langostas y hasta un banco de calamares.



Regresamos a la palma y le pasamos los salvavidas a las otras dos personas del grupo para que fueran a ver las tortugas. Pasamos gran parte del día entre la sombra de la palma y sumergidos en la playa. Luego de inundarnos de cervezas, comimos en el restaurante Lol-Ha que estaba justo detrás de nosotros, y cuando digo justo detrás me refiero a que dimos 5 pasos y ya estábamos dentro del restaurante. Después de comer recogimos nuestras cosas y nos regresamos al carro porque queríamos ir a un cenote que estaba cerca.

Buscando un cenote cerca y que cerrara tarde, porque ya era las 4:30pm y muchos suelen cerrar a las 5pm, llegamos al Cenote Manatí que estaba abierto hasta las 6pm. Para bañarnos en las aguas del cenote pagamos MX$120, y como en todos los cenotes, incluía el equipo de snorkel y salvavidas. Como ya les había comentado, nosotros cargamos con nuestro equipo de snorkel y no utilizamos salvavidas porque sabemos nadar.

El Cenote Manatí fue uno de los cenotes que más me gustó, es inmenso, y tiene una gran diversidad de animales y plantas por su singular localización. Está cerca del mar y el agua del cenote es una mezcla de agua dulce y salada, lo que hace que convivan organismos de ambos sistemas en un mismo lugar. Algunos de los organismos que habitan el cenote son variedades de peces, manglares, formaciones rocosas, aves, crustáceos y hasta pequeños cocodrilos. Yo no vi los cocodrilos, pero unas personas que estaban en el cenote nos contaron que vieron un lagarto nadando. Si yo llego llegaba a ver el “pequeño cocodrilo” hasta ahí llega mi felicidad en el cenote. 😀


El cenote es el más largo que visitamos, con una de las aguas más cristalinas, toda una piscina natural. Nosotros recorrimos el cenote y luego empezamos a sumergirnos completamente debajo del agua para tirarnos par de fotos. Antes de irnos nos sentamos a la orilla del cenote con la cintura hacia abajo aún dentro del agua y unos pececitos hambrientos comenzaron a darnos una pedicura. A veces la pedicura se convertía en un ataque de cosquillas.


Nos fuimos del cenote justo cuando iban a cerrar y pusimos marcha hacia Valladolid. La casa que habíamos reservado estaba en Pixoy, 15 minutos en las afueras de Valladolid. La casa estaba aislada y metida como dentro de un bosque y tenía hasta piscina. Todo estaba muy bien con la casa hasta que nos dimos cuenta que las camas tenían polvo encima, luego me metí a bañar y me quedé enjabonao porque se fue el agua. Toda la casa se quedó sin agua, solo salía un poco de agua de la pluma del lavamanos, y para completar el internet no funcionaba para nada. La casa tiene mucho potencial, pero tienen que limpiar la casa y darle mantenimiento al sistema de agua potable.

Nos bañamos como pudimos y nos fuimos al centro de Valladolid en búsqueda de un lugar para cenar. Terminamos cenando en el Restaurante Las Campanas, justo frente al Parque Francisco Cantón Rosado. Esa noche tenían música en vivo y varias personas que estaban cenando se unían al músico y cantaban. Al terminar de cenar nos fuimos a ver el parque ya que esa era el único momento que teníamos para ver el centro colonial de Valladolid. Donde se encuentra el parque antes había una pirámide maya, pero la pirámide fue demolida por los conquistadores españoles y las piedras utilizadas para construir la iglesia, palacio municipal y viviendas.

En el centro del parque vimos la fuente de La Mestiza, que es un homenaje a la mujer yucateca producto de la mezcla entre la cultura española y la cultura maya. Frente al parque está la Parroquia de San Bernardino de Siena, la que fue construida con las piedras de la pirámide que fue destruida. Era casi media noche, estábamos súper cansados y al otro día teníamos que madrugar para hacer la visita más esperada del viaje, Chichén Itzá, así que nos recogimos sin poder ver nada más de la ciudad de Valladolid.


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Tengo muchísimas ganas de ir… pero no sé cuál es el mejor momento del año. Por tus fotos veo que no habéis tenido lluvias. En qué mes hicisteis el viaje? Por cierto ¿había muchos mosquitos?
Jajaja ya se que son preguntas tontas… Ahí va otra: Qué cámara de fotos acuática has usado ? Las fotos son geniales !!
Me apunto el Cenote Manatí para visitarlo cuando vaya. Un saludo.
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Hola,
De mis nueve días en la Riviera Maya, solo llovió dos días. Y solo uno de esos días la lluvia fue torrencial, pero fue de noche. Yo fui la primera semana de julio de este año.
No conozco mucho acerca de la temporada de lluvia de la península de Yucatán, pero ten en cuenta que al estar en el Caribe, está propensa a huracanes. La temporada de huracanes comienza el 1ro de junio y se acaba el 30 de noviembre. Los meses pico de la temporada son agosto y septiembre. Así que trata de evitar esos dos meses.
Con respecto a los mosquitos, solo nos molestaron una tarde, cuando estábamos viendo el atardecer desde la Playa Delfines en Tulum. El resto de los días no tuvimos ningún problema con los molestosos insectos.
Las fotos acuáticas las tomo con una GoPro.
No hay preguntas tontas, hay tontos que no preguntan. 😉
Gracias por leerme y no dudes en contactarme si tienes dudas/preguntas adicionales.
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