Como ha sido ya una rutina en este viaje, nos levantamos tempranísimo. Salimos del hotel y entramos al Seven Eleven que estaba justo al frente donde nos compramos algo leve para desayunar. Luego caminamos unos tres minutos hasta llegar a la estación de autobuses donde cogimos el número 603. Pagamos ¥1 y nos sentamos en el segundo nivel, desde donde tuvimos las primeras vistas diurnas de la ciudad de Xi’an. Nos bajamos en la Estación de Trenes y caminamos hasta el extremo derecho de la estación donde están las guaguas (autobuses) que salen hacia los Guerreros de Terracota.
La guagua que cogimos fue la 306, y nos dijeron que nos sentáramos y que luego pasarían a cobrar. La guagua se llenó rápidamente y a las 7:30am estábamos saliendo. En el camino una señora que trabaja para la compañía de autobuses pasó por los asientos cobrando ¥7. La ruta fue de una hora e hicimos una breve parada antes de llegar al destino final, donde se bajaron varias personas que iban a visitar otra atracción, creo que era el Mausoleo de Qin Shihuang.
Nos bajamos de la guagua en la última parada, que fue en el estacionamiento de los Guerreros de Terracota, y caminamos hasta la boletería. La boletería estaba abarrotada, pero con organización. Pagamos los ¥150 que costaba el boleto y procedimos a la entrada. Nos escanearon los boletos y comenzamos a caminar y caminar, siguiendo a los demás turistas has que nos encontramos de frente con los edificios que componen el complejo de los Guerreros de Terracota
En 1974 unos campesinos chinos estaban cavando un pozo cuando casualmente hicieron un descubrimiento que acabaría siendo considerado uno de los mayores hitos arqueológicos del siglo XX. Excavando sus tierras encontraron varios soldados y caballos de terracota, todos ellos de tamaño ligeramente superior al natural. Con el tiempo se irían encontrando más figuras en el sitio, lo que le dio el nombre de Guerreros de Terracota. Más tarde fue catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El ejército de terracota sirvió para satisfacer las ambiciones del primer emperador chino, Qin Shi Huang, que quería seguir manteniendo su poder en el más allá. Los antiguos chinos veían la muerte como una continuación de la vida terrenal, por lo que cuando una persona moría dentro de la tumba se colocaba todo lo que necesitaría para el viaje final. Qin Shi Huang quiso llevarse su poderío militar después de la muerte y ordenó construir el ejército poco después de convertirse en emperador en el año 247 antes de nuestra era. En la actualidad se han desenterrado 8,099 estatuas, y se cree que todavía quedan más por descubrir.
Comenzamos visitando la Fosa Número 1, que es la fosa más grande, y donde se encuentran más de 6,000 de estos guerreros. Tan pronto entramos nos sorprendimos con la magnitud de la fosa y la posición de los soldados. Los guerreros están alineados en posición de marcha y muchos de ellos cargan con armadura, lanza y escudo. Cada guerrero es único e irrepetible, unos llevan bigotes, otros no, unos son jóvenes, otros son viejos, hasta los peinados cambian de unos a otros. Junto a los guerreros hay varias cuadrigas que forman parte del batallón. Cerca de la salida de la fosa vimos soldados que fueron encontrados en pedazos y aún están en obras de reparación.
Luego fuimos a la Fosa Número 3 que quedaba justo al lado de la primera fosa. Esta fosa es la más pequeña en cuanto a superficie, pero era la más importante al albergar el Mando Supremo de los tres ejércitos. Aunque ese jefe que estaba a cargo nunca se encontró. Algo distintivo que vimos en esa fosa es que a la mayoría de los guerreros les faltan las cabezas. Se cree que fueron creados con cabezas, pero estas fueron robadas. Al un lado de la fosa vimos una exposición de soldados y hasta un carruaje de bronce.
Terminamos el recorrido de las fosas con la Fosa Número 2 que es la más espectacular de todas. En esta fosa las formaciones de combate de los guerreros son más complejas y las fuerzas armadas son más completas. Hay 80 carruajes de guerra, 1,300 guerreros y caballos y miles de armas de bronce. En esta fosa vimos la mayor cantidad de estatuas en pedazos, tiradas en el piso, tal como fueron encontradas. Aún hay trabajos en procesos y había varias personas removiendo delicadamente capas del terreno para así seguir el proceso de excavación. Junto a la fosa hay una exhibición de reliquias encontradas en la misma fosa incluyendo armas y objetos en cerámica y bronce.
Salimos del complejo por un área que estaba llena de restaurantes y tiendas de recuerdos. Aprovechamos y almorzamos en un restaurante típico chino donde ordené un lo mein con pollo al que le tenía unas ganas desde el día que aterrizamos en Beijing. Entramos en una de las tiendas donde me compré una figurita en metal de un guerrero y nos regresamos al estacionamiento. Volvimos a coger la guagua 306 hasta Xi’an, pero esta vez nos cobró ¥8. Una vez llegamos a la Estación de Trenes de Xi’an cruzamos la calle, volvimos a coger la guagua 603, por ¥1, y nos fuimos al hotel a tomar un descanso.
Con las baterías recargadas salimos a recorrer la Muralla de Xi’an. La muralla que rodea la antigua ciudad de Xi’an, tiene 12 metros (39 pies) de alto, 18 metros (59 pies) de ancho en la base y 15 metros (49 pies) en la cumbre. Su longitud total alcanza los 14 Km (8.7 millas) y es considerada la más completa y mejor conservada de China. Se construyó en los años 1370, sobre los cimientos de la ciudad imperial. Está formada por varias instalaciones militares defensivas, como el foso, el puente colgante, la torre de flecha, la torre de esquina y la fortaleza.
Para llegar a la muralla tuvimos que bajar como si fuéramos a coger el metro y en el pasillo subterráneo subimos las escaleras que llevan hasta la Puerta Sur. Fuimos directo a la boletería donde pagamos ¥55. Con boleto en mano nos proponíamos cruzar el puente por donde se accede a la muralla cuando vimos pasar unos soldados marchando para el cambio de guardia. Detrás de ellos entramos nosotros mientras los fotografiábamos. Luego subimos las escaleras que nos llevaron la cima de la muralla.
Para recorrer la muralla hay varias opciones, entre ellas rentar una bicicleta o un carrito de golf con conductor. Nosotros preferimos las bicicletas que nos salieron en ¥45 por dos horas más ¥200 de depósito. Recorrimos la muralla haciendo varias paradas en las diferentes puertas y torres de vigilancia, para tomar fotos y para contemplar las vistas de la ciudad.
Es interesante como contrasta la arquitectura dentro del perímetro de la muralla versus al otro lado de la muralla. Las construcciones dentro de la muralla son antiguas y típicas chinas. En cambio, los edificios que bordean la muralla son en su mayoría grandes edificaciones modernas. Al principio del recorrido hicimos muchas paradas, pero luego de 7 kilómetros (4.3 millas) decidimos seguir de corrido haciendo las menos paradas posibles porque teníamos que devolver las bicis a una hora determinada. Llegamos a justo a tiempo al puesto donde se entregaban las bicis, completamos el recorrido de la muralla en dos horas exactas. Nos devolvieron el depósito y nos fuimos a cenar a un restaurante que habíamos visto mientras recorríamos la muralla.
No recuerdo el nombre del restaurante, pero tenía una vista súper bonita a la muralla y los espaguetis que me comí estaban buenos. Ya había caído la noche cuando salimos del restaurante y, a pesar de que estábamos súper cansado, decidimos caminar hasta la bonita Torre de la Campana que estaba toda iluminada. Esta Torre de la Campana es la más grande y mejor conservada de toda China, y es todo un símbolo de la ciudad de Xi’an. La verdad que a mi me pareció mucho más bonita que la de Beijing.
Tiramos varias fotos de la torre y nos regresamos caminando hasta el hostal. Organizamos maletas y dejamos todos preparado porque al otro día nos venían a recoger un taxi, muy temprano en la madrugada, para llevarnos al aeropuerto.
El itinerario del viaje lo puedes ver AQUÍ.
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Wow. Como encantaria ver eso.
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Los guerreros son impresionantes. Es uno de esos lugares que hay que visitor aunque sea una vez en la vida.
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Pregunta… son momias? O estatuas? Pero se mira muy impresionante.
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Son estatuas y parece como si fueran a tomar vida 😳
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Me encantan esas cosas. A little creepy but amazing!
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Como siempre, me das envidia sana 🙂
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Al menos te llevo de viaje con mis publicaciones. Más adelante podrás verlo en vivo y a todo color. 😊
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Voy a solicitar conferencias por todo el mundo hispanohablante para presentar trabajos y tal para poder viajar 😛 A ver si hay uno en China…porque China estaría muy interesado en mis trabajos del cine español y queer studies seguro 😛
Quiero visitar Milwaukee y Madison en el futuro próximo, por cierto 🙂
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Me avisas cuando vayas a venir a Milwaukee y Madison. I can show you MKE!
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Claro 🙂 Seguro en la primavera para evitar conducir en nieve 😛
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