A Jaipur llegamos en tren desde Jodhpur. El viaje duró 5 horas 35 minutos y llegamos a la estación de trenes de Jaipur a la 1:50am. Nos bajamos del tren y salimos de la estación. Por suerte, solo tuvimos que cruzar la calle y dar dos o tres pasos para llegar al hotel que habíamos reservado, el Treebo Raya Inn Railway Station. Era súper temprano, pero como habíamos sido precavidos al reservar el hotel desde el día anterior, pudimos hacer check in e ir directo a dormir.
Tras unas pocas horas de sueño ya estábamos listos para comenzar a descubrir los rincones de Jaipur. No sin antes aprovechar el desayuno del hotel que estaba incluido. Era un desayuno tipo buffet con varias opciones indias. No recuerdo lo que comí, pero si recuerdo que estaba bueno. Para movernos al centro de la ciudad utilizamos un Uber, bueno dos porque siete personas no cabíamos en un solo vehículo. El Uber nos dejó justo frente al famoso Palacio de la Ciudad.
El Palacio de la Ciudad es un conjunto de patios, jardines y edificios que se ubica en el mismo centro de la Vieja Ciudad. Está rodeado por un muro que fue construido por Jai Singh II, pero el Palacio ha sido ampliado y adaptado a través de los siglos. En el Palacio hay edificios de diferentes épocas, algunos que datan de principios del siglo XX. Eso hace que los edificios sean una mezcla de arquitectura Rajastaní y Mogol.
Para entrar al palacio fuimos directo a la boletería donde pagamos Rs700 por la entrada. Tan pronto entramos varias tiendas nos daban la bienvenida al palacio. Pasamos por el lado de ellas y llegamos al patio interior llamado Sarvatobhadra. En ese patio se encuentra una de las edificaciones principales del palacio, el Diwan-i-Khas o Sala de Audiencias Privadas. En ese bonito edificio color rosado los maharajás hacían sus consultas con los ministros. El día que estábamos allí había un grupo tocando instrumentos, cantando y bailando. Todos vestidos con la típica vestimenta Rajastaní. En Diwan-i-Khas vimos dos enormes vasijas plateadas llamadas gangajali. Para counstruir cada vasija se fundieron 14,000 Jhar Shahi (la moneda de Jaipur) y miden 1.6m (5.25 pies) de alto, lo que las convierten en los objetos de plata más grandes del mundo, según el Libro de Records Mundiales de Guinness.
Luego fuimos al patio Pritam Niwas Chowk donde se encuentran las cuatro puertas que representan las temporadas. Peacock Gate representa el otoño, Lotus Gate representa el verano, Green Gate representa la primavera y Rose Gate representa el invierno. De esas cuatro puertas, solo pudimos ver Peacock Gate que está dedicada al Dios Vishnu.
Lo último que visitamos en el palacio fue Mubarak Mahal, que es un edificio que fue construido para recibir a los visitantes extranjeros. En la actualidad alberga las oficinas del museo y una biblioteca en el primer nivel, y una galería de textiles en la planta baja. En las afueras del Mubarak Mahal vimos unos músicos cantando y bailando al son de los instrumentos que tocaban.
Salimos del palacio y nos encontramos con el hipnotizador de cobras. Allí estaba el señor, sentado en la acera, con sus piernas cruzadas, tocando una especie de instrumento musical que sonaba como una flauta y una cobra frente a él, que alzaba su cabeza desafiando la mirada del señor mientras el resto de su cuerpo permanecía escondido en una canasta.
Y más adelante vimos a un fotógrafo utilizando una cámara antigua, pero que funcionaba a la perfección. Era una cámara trepada en un trípode de madera que puede que sea igual de antiguo que la cámara. El fotógrafo se dedica a tomarle fotos en blanco y negro a los turistas y en el momento que estábamos allí, una muchacha estaba posando para la cámara. Para proceder con la foto, el señor se acercaba a la cámara y cubría su cabeza y cuello, para evitar la entrada de luz al sensor de la cámara, con un manto negro. Vimos algunas fotos que el tenía allí y aparentaban ser viejísimas, y ese efecto de nostalgia en las fotos se debe a la antigua cámara.
Seguimos caminando bordeando el Palacio de los Vientos en busca de su entrada. Para llegar a la boletería y entrada principal del Palacio de los Vientos tuvimos que caminar entre un grupo de monos poco amigables, que se paseaban a sus anchas y buscaban comida de los zafacones de basura. Le tomamos varias fotos a los monitos, desde lejos porque eran ariscos, y fuimos a comprar los boletos del palacio que los vendían justo al frente de donde estaban los monos, en la boletería. La entrada al Palacio de los Vientos tuvo un costo de Rs200.
Hawa Mahal o el Palacio de los Vientos es el punto de referencia más distintivo de Jaipur. Es un edificio color rosado que el Maharaja Sawai Pratap Singh mandó a construir en el 1799 para permitir a sus esposas observar la vida cotidiana a través de unos pequeños huecos. En el palacio hay un pequeño museo, que abre de sábado a jueves, que exhibe pinturas tamaño miniatura y reliquias.
Nosotros entramos por la puerta principal, que es de color blanca, y está decorada con deidades, y al atravesarla caímos en un patio interior. Allí vimos una fuente que no estaba en funcionamiento. Atrás de la fuente estaba el edificio principal y nos fuimos directo hacia él, a recorrer sus cinco niveles. Unas bonitas vidrieras de colores estaban por todos lados, solo me imaginaba cómo se verían esos cuartos al pasar la luz por el vidrio colorido. Y obviamente nos asomamos por cada ventanita que veíamos abierta y yo solo me podía imaginar qué les pasaba por la mente a esas mujeres del harén al poder solo observar la vida pasarle por al frente, sin poder ser partícipe de ella.
Seguimos subiendo y llegamos a la terraza donde vimos el bonito pabellón. Fuimos hasta el pabellón a tirarnos fotos y seguimos descubriendo rincones del Palacio de los Vientos. Continuamos hasta llegar hasta la parte más alta de la edificación desde donde tuvimos unas vistas impresionantes de la calle, del Palacio de la Ciudad, del Fuerte Amber, y Jantar Mantar. Los pasillos y escaleras de ese último nivel eran bastante estrechos, tuvimos que esperar a que las personas bajaran para nosotros poder subir.
Al salir del palacio cruzamos la calle y subimos hasta la terraza de Tattoo Café desde donde pudimos apreciar mucho mejor la fachada del Palacio de los Vientos. Aprovechamos para almorzar, yo ordené unas bruschettas y una sopa de crema de tomate que estaba para chuparse los dedos. Luego del suculento almuerzo nos fuimos a caminar por la calle buscando un lugar donde comparar cervezas. Encontramos en la acera un lugar que vendían cervezas, y allí paramos a darnos dos para saciar la sed y refrescarnos del calor que hacía. Seguimos caminando viendo las tiendas de recuerdos y de momento vimos este enorme elefante caminando por el medio de la calle. El pobre estaba siendo montado por quien asumo es su dueño y tenía la cara y trompa pintada. Presumí que lo de la pintura se debía al Holi que se celebraba al día siguiente.
Estaba a punto de atardecer y queríamos ver el sol caer desde Surya Mandir o el Templo del Sol, que es uno de los mejores miradores de la ciudad y para eso pedimos un Uber. Los carros no pueden subir hasta el templo, pero nos dejaron bastante cerca, justamente en el Bazar Surjapol. La calle del bazar estaba repleta de vacas y monos, fue donde mayor número de ambos animales vi. Esquivamos los animalitos y comenzamos a subir por una calle adoquinada que iba en zigzag bordeando la colina. Llegamos a una Y donde cogimos la derecha en ese cruce, mientras seguíamos viendo monos en todo el camino.
Al llegar a la cima lo que hay es el pequeño Templo del Sol, cuyo acceso se hace por medio de donaciones. El Templo del Sol es un pequeño templo hindú que se encuentra en una colina sobre la ciudad de Jaipur y provee unas vistas panorámicas de la ciudad. Este templo es uno de los lugares menos conocido por los turistas, pero la atmósfera de tranquilidad y las vistas hacen que sea una atracción de primera. En mi caso, yo decidí donar Rs100 para poder entrar. Como todo templo en India, tuvimos que descalzarnos. El templo estaba completamente rodeado por monos, que al parecer se han acostumbrado a que el ser humano los alimente. Allí, en el templo, estuvimos más de una hora observando como la ciudad cambiaba de color mientras el sol caía rendido a los brazos de la luna que, por cierto, estaba en fase de luna llena.
Ya estaba anocheciendo y decidimos bajar hasta el bazar otra vez para pedir un Uber de regreso al hotel. Resulta que los Ubers nos cancelaban las reservaciones, y terminamos regresando al hotel en rickshaw.
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Se ve que fue un viaje maravilloso 🙂 ¡que genialidad! Me encantó tu relato y tus fotografías, captaste lo más lindo de la ciudad desde diferentes ángulos.
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Gracias por tu visita y comentario. Fue un viaje muy interesante, repleto de emociones intensas. India es un país que todos tienen que visitar aunque sea una vez en la vida.
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Gracias por toda esa información que nos relatas pero para cuando la continuación de tu viaje??? estoy enganchada y me faltan los últimos días!!! ánimo y esperamos con impaciencia Agra y Varidasi!
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Saludos Mac,
Espero completar las publicaciones que me quedan entre agosto y septiembre. Cada publicación toma mucho tiempo, más he estado viajando a otros lugares también 😬 Suscríbete al blog para que te llegue directo a tu e-mail las publicaciones restantes de ese interesante viaje que hice a la India.
Gracias por pasarte por RutasTrazadas y dejar tu comentario.
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