La noche anterior llegamos a Des Moines cerca de las 11:30pm, luego de conducir por seis horas. Caímos a la cama rendidos luego del largo día y nos despertamos descansados y listos para comenzar a descubrir la ciudad. Fuimos a la panadería La Mie luego de haber leído buenas recomendaciones mientras planificaba el road trip. Ordenamos por teléfono antes de salir del apartamento y al llegar ya estaba listo el desayuno. Desayunamos huevos revueltos con tocineta, tostada y batatas y tuvo u costo de $9.25 el plato. Comimos sentados en el carro, porque solo vendían comida para llevar debido al covid.
Luego del desayuno nos fuimos al dentro de la ciudad para visitar el Parque de Esculturas Pappajohn’s. El John & Mary Pappajohn Sculpture Park fue inaugurado en el 2009 con 24 esculturas y más adelante cuatro nuevas esculturas fueron añadidas al parque. Las esculturas son obras de 22 de los artistas más famosos del mundo. Se le considera como una de las colecciones de esculturas al aire libre más importantes de Estados Unidos. El parque lleva el nombre de la pareja que donó las primeras 24 esculturas, la cual tenían en ese momento un valor de $40 millones de dólares.
Las esculturas es uno de los tipos de arte que más disfruto apreciar y este parque diría que fue la atracción que más me gustó de Des Moines. El artista suizo Ugo Rondinone creó doce esculturas Moonrise (ascenso de la luna), una por cada mes del año, para representar la relación entre los humanos y la luna. El parque cuenta con dos de esas esculturas, Enero y Agosto.
El catalán Jaume Plensa tiene una escultura en Milwaukee la cual aún no he ido a ver, pero en el parque si pude ver su gigante escultura llamada Nomade que está hecha de un enjambre de letras blancas. El artista utiliza letras que por sí solas significan poco pero que juntas forman poderosas palabras como metáforas de la naturaleza humana. La famosa fuente Crown Fountain en el Millennium Park de Chicago también es obra de Plensa.
La escultura Sin Título (Tres Figuras Bailando, versión c) creada en el 1989 por el estadounidense Keith Haring nos muestra tres brillantes, coloridas y energéticas figuras bailando en un círculo.
El tema más conocido y repetido de las obras del japonés Yoshitomo Nara es una niña de ojos penetrantes y en el parque vimos una de esas niñas. La escultura se llama White Ghost (fantasma blanco) y es una escultura brillante hecha con fibra de vidrio
El artista inglés Gary Hume tiene en el parque dos esculturas brillantes tituladas Back of the Snowman (La Espalda del Muñeco de Nieve) en blanco y negro. Las piezas son divertidas e interactivas, ya que los muñecos de nieve no tienen frente o cara, por lo que, al caminar, no se puede discernir el lado frontal de los muñecos de la parte de atrás.
Esas son algunas de las esculturas que más me gustaron, pero todas las 28 esculturas están súper. Del parque de esculturas nos fuimos a otro parque, al MacRae Park. La razón por la cual visitamos ese parque es porque, al estar localizado en el tope de una ladera, tiene una de las mejores vistas del skyline de la ciudad. De hecho, tiene un mirador llamado EMC Overlook que es una especie de plataforma de 96 pies (30 metros) de largo cuyo extremo está a 40 pies (12 metros) por encima de la ladera. Caminamos hasta el extremo del mirador y estuvimos un rato fotografiando la ciudad.
Tras tomar varias fotos nos fuimos al Des Moines Art Center cuya entrada es gratis y ya habíamos reservado con semanas de anticipación nuestras entradas. Nuestras entradas eran para las 10am, y quince minutos antes ya estábamos estacionándonos. El Des Moines Art Center es un museo de arte con una extensa colección de pinturas, esculturas, arte moderno y técnica mixta.
La exhibición temporera The Path to Paradise: Judith Schaechter’s Stained-Glass Art fue la que nos dio la bienvenida al museo y fue de las que más me gustó. Schaechter a menudo utiliza el simbolismo de los vitrales y las tradiciones góticas, pero los rostros y figuras distorsionados en su trabajo recuerdan un estilo de pintura expresionista alemana del siglo XX y su tema es secular. El trabajo de Shaechter suele incluir imágenes que podrían considerarse perturbadoras, como la muerte, la enfermedad o la violencia. La mayoría de los vitrales que estaban en el museo tenían a una mujer como protagonista. Todos los vitrales estaban muy interesantes y con temas muy diferentes entre ellos.
Las otras exhibiciones, aunque eran mayormente pinturas, era variada pues tenía dibujos y esculturas también. Vimos un trabajo mixto con copas de cristal de diferentes colores y cadenas que guindaban desde el techo. Una pintura de tres hombres jugando a la sillita me recordó las fiestas de cumpleaños a la que asistía cuando era pequeño. Una sala que exponía unas cuantas obras era más impresionante por la pintura que tenía en la pared de varias figuras geométricas que por la exposición temporera que albergaba. En fin, es un museo no muy grande que vale la pena visitar, y el hecho de que es gratis para todo el que lo visita es mejor aún.
En dos horas recorrimos el museo y salimos hambrientos. Usando la aplicación Foursquare conseguimos un restaurante puertorriqueño y arrancamos para allá. El restaurante se llama Puerto Rico Restaurant y la comida es deliciosa. El mofongo con chicharrones de pollo y ensalada de papa que me comí estaba muy bueno y tuvo un costo de $15.
Nos regresamos al apartamento a tomar un descanso y luego yo decidí ir a echarle un vistazo al capitolio. El capitolio de Iowa fue construido entre 1871 y 1886 y es el único capitolio del país que tiene cinco cúpulas. Está ubicado en lo alto de una colina y ofrece una vista panorámica del centro de la ciudad. Diría que es el mejor lugar para tomar fotos de los edificios, especialmente al anochecer.
Tan pronto entré al capitolio los empleados me dijeron que podía recorrer el edificio por mi cuenta y me dieron un mapa donde me indicaron las áreas a las que tenía acceso. Comencé el tour en el antiguo Tribunal Supremo que ahora funciona como la sala de comité de la Cámara de Representantes. En el ala este del edificio está la enorme pintura o mural llamada Westward que representa la migración de los primeros pioneros que viajaban por Iowa. Justo del mural, en el tercer piso, hay seis mosaicos que fueron traídos desde Venecia. Los mosaicos representan la defensa, las organizaciones benéficas, la educación y los poderes ejecutivo, legislativo y judicial del gobierno.
También pude visitar las gradas de la Cámara de Representantes, pero lo mejor del capitolio es su arquitectura y sus detalles. De lo más que me gustó fue la escalera del ala este, que es la que lleva a uno hasta el mural y los mosaicos. Y también me gustó la cúpula principal que se ve impresionante desde el exterior y el interior.
Terminé el tour del capitolio y al salir, justo al lado de las escaleras, vi la estatua de Abraham Lincoln junto a su hijo Tad quien murió a los 18 años. Al lado del capitolio, cruzando la calle, está el Monumento a los Soldados y Marineros. Yo no caminé hasta el monumento, pero desde el patio del capitolio lo pude ver y fotografiar.
Me regresé al apartamento a tomar una siesta y para cenar ordenamos una ensalada del restaurante de comida rápida Qdoba. Cuando estaba a punto de atardecer me regresé a MacRae Park con la intención de retratar el atardecer en la ciudad, pero no me impresionaban las fotos que estaba tomando. Decidí mejor regresar a las escalinatas del capitolio desde donde tuve una mejor imagen de la ciudad y allí estuve hasta que cayó el sol y las luces de los edificios se encendieron.
El itinerario completo de los dos días en Des Moines lo puedes ver AQUÍ.
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