Día 9 Arequipa, la Ciudad Blanca, Primera Parte
Reservamos de antemano el autobus que nos llevaría de Puno a Arequipa. La compañía era 4M Express y los boletos costaron US$35 e incluía una merienda. Pasaron por nosotros al hotel a eso de las 6:15am, paramos a recoger otras personas mas y salimos para Arequipa. La primera parada la hacemos en Lagunillas, para observar el lago, los flamingos y algunos camélidos. Seguimos la ruta y pasamos, sin detenernos, por el Bosque de Piedra de Imata. Este bosque es un conjunto de formaciones rocosas que se han originado a través de cientos de años.
La siguiente parada la hacemos en Pampa Cañahuas en un restaurante que se llama El Chino. Aquí utilizamos los baños y nos dieron un sandwich con una botella de agua. Aquí cambiamos de bus, a una minivan ya que el autobús seguía hacia Chivay y nosotros íbamos hacia Arequipa. Seguimos el recorrido pasando por pequeños pueblitos, por una cementera y a las 12:30pm ya estábamos llegando a la Plaza de Armas de Arequipa. El hotel que reservamos, Arequipa Suites Plaza, se encontraba justo en la esquina de la plaza, al lado de la catedral. Este hotel fue el único que no nos gustó. De suite no tenía nada, parecía un hospedaje de universitarios y no tenia aire acondicionado, y el cuarto que me tocó no tenía ventanas. Las únicas dos cosas positivas del hotel es la vista que tenia de la Plaza de Armas y el desayuno que estaba incluido.
Luego de dejar el equipaje en el hotel, decidimos ir a almorzar a un restaurante que vimos frente a la plaza llamado El Gaucho Parrilladas. No había ni un solo cliente, ha de ser porque era viernes santo y las personas católicas regularmente no comen carne para esta fecha. La comida excelente, algo cara, pero valió la pena cada sol invertido.
Luego del suculento almuerzo, salimos a caminar por las calles de Arequipa. Caminamos por la calle Santa Catalina hasta llegar a una pequeña iglesia. Parte del grupo entró a la iglesia y otros nos quedamos afuera. Luego regresamos a la Plaza de Armas a tomar fotos de la plaza, su fuente, la catedral y los alrededores. La plaza estaba llena de personas disfrutando del viernes santo, que a su vez, es un día feriado en Perú. También había un grupo de personas protestando para salvar el Valle de Tambo. Esas personas estaban durmiendo en las aceras alrededor de la plaza, especialmente frente a la catedral.
Ya estaba atardeciendo y decidimos subir al hotel, para desde el balcón poder apreciar el atardecer en la ciudad. Desde el balcón podíamos ver el volcán Chachani y teníamos la catedral y la plaza justo al frente. Allí nos quedamos hasta que anocheció.
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