El Valle de los Ingenios, también conocido como Valle de San Luis, es un sistema ecológico y cultural en el que se mezclan monumentos, sociedad y naturaleza, que está situado entre las montañas y el Mar Caribe. El valle fue una de las regiones azucareras más grandes entre los siglos XVII y XIX por sus buenos recursos como tierras fértiles y puertos disponibles para el embarque. Al principio el terreno se utilizó por los españoles para la plantación de tabaco, la ganadería y otros cultivos, hasta que llegó el boom de la industria azucarera. Dicho fenómeno repercutió en la ciudad de Trinidad convirtiéndola en una de las ciudades de mayor nivel económico y sociocultural de Cuba. Hoy día todavía se conservan bastantes sitios arqueológicos y casas haciendas de esa época.
Para llegar al valle, se puede ir en tren local que llega todos los días desde Trinidad, o una máquina de vapor de 1919 que funciona como tren turístico con un circuito de dos horas y media.
La estación del tren de vapor se encuentra al final de la Calle San Procopio, la misma calle donde estábamos quedándonos. Decidimos dejar los carros estacionados frente a las casas particulares e irnos caminando hasta la estación del tren. Al llegar nos dijeron que los boletos se comienzan a vender a las 9:15am, 15 minutos antes de la hora de salida y que el tren de vapor hace el viaje solo si hay al menos 20 personas.
A las 9:15 éramos mas de 40 personas los que estábamos esperando por los tickets para abordar el tren. El ticket cuesta 10 CUC y la estación de tren está justo frente a la oficina donde venden los tickets. El tren es más grande de lo que pensaba, e iba casi completamente lleno.
La ruta del tren es muy bonita, toda la ruta es a través de áreas verdes, casi sin casas ni construcciones en los alrededores. La primera parada del tren la hizo en Manacas Iznaga donde en un pasado estuvo el más valioso complejo agrícola-habitacional-fabril del área azucarera del Valle de los Ingenios. Hoy en día solo queda en pie, tras 190 años de su construcción, la Torre Iznaga. La torre fue diseñada originalmente como una punto de observación para mantener un ojo sobre los esclavos que trabajaban en los campos, y tiene una campana que los convocaba a trabajar.
Pagamos 1 CUC y subimos los 13 escalones hasta llegar al tope. Como era de esperarse, las vistas del valle desde lo alto de la torre eran espectaculares. Se podía observar el pueblito que bordea la torre y las montañas que limitan el valle. En el terreno donde esta la torre venden unas telas blancas que ni se lo que eran, pero parecían sábanas o manteles de mesa, y también puedes conseguir guarapo de caña.
Regresamos al tren y seguimos la ruta hasta llegar a la siguiente parada que fue la Hacienda Guachinango. Esta hacienda no era un ingenio azucarero, sino un potrero y finca de ganado. Es la hacienda más antigua y mejor conservada. La visita consiste en caminar por la casa y apreciar los cuartos y la arquitectura. También se puede dar una vuelta a caballo por la hacienda pero nosotros no lo hicimos.
La hacienda tiene como vecino a un señor mayor de edad al que le pedimos permiso para entras a sus terrenos e ir al río. El señor muy amable nos dijo que si y de una vez nos regaló unas guayabas que estaba riquísimas. Caminamos menos de cinco minutos y ya estábamos en la charca, muy limpia y refrescante. Allí me quite la ropa y me metí al agua en ropa interior porque no traía pantalón de playa.
Luego del chapuzón en el río nos regresamos a la hacienda donde nos dimos una cervecita Bucanero en lo que era hora de regresar al tren. Salimos de la hacienda y a las 2:15pm estábamos llegando a la estación del tren en Trinidad.
Subimos a nuestras respectivas casas particulares donde nos bañamos, montamos en los carros el equipaje y salimos a nuestro próximo destino que era Cienfuegos. Conducimos por una hora y media hasta llegar a la casa particular que ya habíamos reservado. En esta casa cabíamos todos en los 3 cuartos que tenía. Esta fue la primera casa donde compartimos directamente con los dueños pues vivían en la misma casa y fue una experiencia muy buena, fue la mejor casa particular donde nos quedamos.
Luego de acomodarnos el señor de la casa nos dijo que esa noche el grupo cubano Gente de Zona iba a dar un concierto gratis en la Plaza de Actos de la ciudad así que planeamos ir al concierto. Paramos primero a comer en el restaurante Bahía que fue recomendado por los dueños de la casa.
Al salir del restaurante vimos ese mar de gente caminando todos en una misma dirección, directo a la Plaza de Actos. Seguimos a las personas hasta que llegamos a la plaza que estaba repleta, parecía que no cabía una persona más. No estábamos cerca de la tarima pero estábamos en un buen lugar desde donde teníamos una buena vista del área de la tarima. El grupo comenzó a cantar a las 11pm y estuvieron hasta la 1 de la madrugada. La canción que estábamos esperando era La Gozadera y fue la última canción que hicieron. La cantamos a pulmón abierto y hasta la grabamos. Fue la mejor bienvenida a Cienfuegos y la mejor manera de terminar nuestro día.
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Increible! Rentaste auto? Dame mas info, mil gracias (viajo manana)
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Hola Karen,
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Disfruta de Cuba!
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