Decidí pasar el domingo buscando los famosos murales de arte callejero que abundan alrededor de la ciudad. Volví a desayunar en el hotel y me fui en el subway hasta West Bronx. Tan pronto salí de la estación Simpson St me encontré de frente con el que yo diría es el mural más famoso del barrio, I Love The Bronx. El mural lo pintó TATS Cru en el 2012 y desde entonces ha sido uno de los más fotografiados por los locales y turistas. Las letras de la palabra Bronx están rellenas de estampas bien comunes y familiares, tanto para los que residen en el Bronx como para mi. Les explico que en la década de los 50s una gran ola migratoria de puertorriqueños llegó a la Ciudad de Nueva York y la gran mayoría se estableció en el Bronx. Es por esto, que las imágenes pintadas en ese mural me resultan tan familiar, un vendedor de piraguas, unos dominó, unas maracas y hasta unas manos tocando una conga.

Me regresé a la estación del subway, y me bajé en la próxima estación, Intervale Ave. Caminé una cuadra hasta llegar al mural de Big Pun. Big Pun fue el primer cantante de hip hop de origen puertorriqueño en ganar álbum de platino. El mural también fue creado por, quien fuera su amigo en vida, TATS Cru. Cada año, en el aniversario de su muerte, el mural es retocado a veces cambian detalles y otras el diseño completo.

Había escuchado, que en el área del South Bronx conocida como The Point habían varios murales, así que hacia allá me dirigí. Caminé cerca de 15 minutos hasta llegar a la esquina de Barrett St con Garrison Ave. Allí vi el mural Fort Apache, el cual fue creado por dos comunidades, la comunidad de la Reserva Indígena Fort Apache de Arizona y la comunidad de Fort Apache en el Bronx. Justo al lado hay otro mural que tiene unos coloridos cuadrados y una careta en cada extremo.


Como no vi más murales cercanos, me regresé al area del mural I Love the Bronx para almorzar algo. Allí almorcé un plato de arroz blanco, habichuelas guisadas, carne de cerdo guisada y plátano maduro frito en el restaurante Sabor Latino. Todo estaba exquisito, y bastante económico comparado con los precios de un plato de comida en Manhattan, solo pagué $13 con un jugo de parcha.

Procedí a la estación del subway y me fui a descubrir más murales, pero esta vez en Brooklyn. Allí llegué hasta la galería de arte callejero The Bushwick Collective. Son varias las calles con decenas de murales, grafiti y arte callejero en general, pero según pude ver, la mayoría están en Troutman St, entre las avenidas Irving y Cypress. Ahí pasé cerca de una hora y media observando cada detalle de los murales y fotografiándolos. Los temas de los murales son variados, pero hay de política, culturales, problemas sociales y hasta de caricaturas entre muchos otros.



Tuve la oportunidad de ver tres artistas en medio de la acción, dibujando y pintando murales nuevos. Aún con la cantidad imanase de murales que hay, siempre los artistas consiguen nuevos espacios para ampliar la colección. También hay varios pubs y bares en el area donde se puede pasar un buen rato; yo entré a uno de ellos a darme una cerveza. El fin de semana siguiente a mi visita la organización de Bushwick Collective tenía su Fiesta Anual donde llevaron música en vivo, food trucks, arte callejero y vendedores.




Me regresé al hotel a darme un baño y descansar antes de darle una visita al One World Observatory. El día anterior había entrado a la página de internet del observatorio y ellos tenían una oferta llamada Noches a Mitad de Precio para los que quieran visitar el observatorio luego de las 8pm. Aproveché la oferta y reservé mi entrada para las 8pm y solo me costó $20 impuestos y cargos incluidos, el precio regular es $37.

Eran las 7:55pm cuando llegué y me coloqué en la fila para entrar. El proceso de hacer la fila, pasar por los detectores de metales y subir en el elevador hasta el observatorio me tomó cerca de 30 minutos. Una vez pasé el detector de metales me removieron el mini trípode que llevaba ya que no están permitidos. 😦 Antes de subir pasé por un área donde presentaron una película con testimonios de personas que trabajaron en la construcción del rascacielos. La ascensión al piso 102 solo tardó 60 segundos.

Una vez arriba se tiene tres pisos para recorrer, vistas de 360 grados de la gran ciudad y una de las mejores vistas del skyline de la Ciudad de Nueva York y sus puentes. Como era de noche, las luces de los edificios iluminaban toda la ciudad. No ha sido el observatorio que más me ha gustado porque está rodeado por paredes de cristales, no es al aire libre como el del Empire State Building, y al ser de noche, las personas y luces del interior del observatorio se reflejaban en el cristal. Como tampoco me dejaron entrar el trípode, tomar fotos de calidad fue algo difícil ya que era de noche y para poder capturar bien el skyline con el menos ruido posible tenía que aumentar la velocidad del disparador de la cámara y al no tener el trípode para colocar la cámara pues la imagen salía borrosa. Lo que tuve que hacer fue colocar la cámara en el piso, y utilizar la cartera y el celular como trípode. Al final creo que logré capturar unas fotos bastante decentes dada las circunstancias.



Bajé del observatorio y como no quería irme de New York City sin hacerle una visita nocturna a Times Square pues me fui para allá en el subway. El lugar estaba lleno como siempre pero yo aproveché que estaba ahí y me trepé por primera vez en las famosas escaleras rojas. Capturé varias fotos con mis cámaras y luego me fui a caminar por el área. Mientras recorría el área una pareja de recién casados me pidió que les tirara una foto para tener un recuerdo de su día de bodas en Times Square.



Antes de regresarme al hotel, fui al area de los teatros y me comí dos pedazos de típica pizza neoyorquina en Patzería Perfect Pizza. No se si son las más baratas del área, pero si puedo decir que estaban súper ricas. Pagué $9 por dos pedazos y una coca cola.

Puedes ver el itinerario completo de los cuatro días en New York City haciendo click AQUÍ.
Pingback: Ruta 12: Cuatro días en New York City – Rutas Trazadas
He estado en Nueva York cuatro veces y nunca he tenido la oportunidad ir a The Bronx o Brooklyn…que chulo 🙂 ¿Tu gente están «bien» en PR? Pienso en los puertorriqueños mucho.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola, esos barrios de Nueva York son bien coloridos, los recomiendo.
Respecto a mi familia en Puerto Rico, mi mamá está bien, pero perdió su casa. El país no tiene luz, ni agua potable, ni conexión a teléfonos celulares ni residenciales. Solo espero que la situación se resuelva pronto. Mientras tanto, le estoy enviando dinero a mi mamá para que pueda reconstruir la casa.
Me gustaMe gusta
Vaya, lo siento mucho de la casa de tu mamá 😦 He leído que puede ser meses sin luz. Espero que se resuelva pronto y que pueda volver a «normalidad» (o mejor, digo yo) cuanto antes.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Lo voy a incluir en mi próximo viaje, genial!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pingback: Ruta 23 Día 2: Royal Ontario Museum, Kensington Market & Toronto Islands