Ruta 18 Día 11: HK – Gran Buda de Lantau y Monasterio de los Diez Mil Budas

Era el último día en Hong Kong y eso significaba buscar donde dejar el equipaje ya que el hotel donde nos estábamos quedando no ofrecía ningún servicio de guarda equipajes. La opción que nos dieron en recepción fue dejar las maletas y bultos en el pasillo, cerca de recepción, pero descartamos esa opción porque cualquier huésped del hotel tendría acceso al equipaje. Hicimos una búsqueda en Google y encontramos que en la estación del metro Hong Kong (así se llama la estación) hay servicio de guarda equipajes. Hicimos el check out del hotel y nos fuimos directo al metro.

Salimos en la estación Central que conecta a la Hong Kong por unos pasillos. Luego procedimos a buscar la salida B que es donde se encuentra el Left Baggage Service. El costo por artículo es de HK$57 de 0 a 3 horas y HK$79 de 3 a 24 horas. El empleado del lugar nos dio un recibo el cual íbamos a necesitar para pagar y recoger el equipaje. Dejamos el equipaje y al bajar a coger el metro vimos la cafetería Aroma Bakery y allí nos compramos desayuno. Yo pagué HK$29 por un sándwich de jamonilla y huevo con un jugo de naranja. Tuvimos que comer en los pasillos de la estación antes de coger el metro porque en el metro está prohibido ingerir alimentos.

Cogimos el metro en la misma estación Hong Kong y luego de media hora nos bajamos en la estación Tung Chung. Salimos de la estación y caminamos hasta la estación del teleférico. El teleférico lleva el nombre de Ngong Ping 360 Cable Car y fue inaugurado en el 2006. Había leído que el teleférico abría a las 9am, pero llegamos a las 9:10am y aún estaba cerrado. Finalmente abrieron a las 9:40am y procedimos a subir una larga rampa hasta que llegamos a la boletería. Había dos opciones, cabina estándar o cabina con piso de cristal. Obviamente, con el miedo que le tengo a las alturas, seleccioné la cabina estándar que tuvo un costo de HK$210 ida y vuelta. Si vas a ir ten en cuenta que el mes pasado (octubre 2018) subieron los precios, ahora la cabina estándar cuesta HK$235.

Esperamos unos 15 minutos hasta que por fin nos subimos al teleférico. El teleférico cubre una distancia de 5.7 km en 25 minutos y sube a una altura de 400 metros. A lo largo de esos kilómetros tuvimos unas vistas impresionantes de los alrededores, incluyendo el aeropuerto internacional, la bahía Tung Chung, Lantau North County Park, parte del recién inaugurado Puente Hong Kong-Zhuhai-Macau y una de las mejores vistas del Gran Buda.

Al llegar a la cima y salir del teleférico nos encontramos de frente con la Villa Ngong Ping que es una calle con típicas construcciones chinas que albergan tiendas y restaurantes. Decidimos seguir de corrido hacia el Gran Buda y al regreso entonces explorar la villa. Cruzamos la villa y al salir de ella caímos en Ngong Ping Piazza. Un arco típico chino modelado tras la arquitectura de la dinastía Qing del norte de China marca el comienzo del Sendero Bodhi. El sendero está rodeado por las estatuas de los Doce Generales Divinos que representan los protectores del Buda Sanador y también son los guardianes de las horas del día.

Al final del sendero llegamos a las escaleras que llevaban al Gran Buda de Lantau. Subimos los 268 escalones hasta llegar a la base del buda. Y fue en ese momento en el que me dí centa del gigantesco tamaño de la estatua. El Gran Buda es el segundo buda sentado más grande del mundo construido en bronce. Mide 34 metros (112 pies) de alto y pesa 250 toneladas. Su construcción tomó 12 años y se ubica en el punto más alto de la Isla de Lantau.

Rodeamos el buda mientras observábamos los detalles de la hoja de loto en la cual está sentado. Vimos también las seis pequeñas estatuas de mujeres en bronce que rodean al Gran Buda, cada una de ellas arrodilladas llevando un regalo para el buda. Entramos a la base, pero había que pagar para recorrer los tres pisos que hay dentro. No lo consideramos necesario y salimos de inmediato de la base. Desde la plataforma del Gran Buda se tienen unas vistas espectaculares de Lantau y sus alrededores.

Bajamos las escaleras y fuimos a recorrer el Monasterio Po Lin que se encuentra a unos pasos del Gran Buda. Fue fundado por tres monjes en el año 1906 y en la actualidad es el monasterio budista más importante de Hong Kong. Al llegar al monasterio nos encontramos de frente con el templo principal con su Gran Salón. En el Gran Salón hay tres budas dorados que representan el pasado, presente y futuro. En el primer nivel del templo está el Salón de Bodhisattva Skanda donde hay una estatua de Ti-tsang Bodhisattva rodeado por cuatro guardianes.

Salimos de esos salones y caminamos por los jardines, pasando por grandes quemadores de incienso, hasta que llegamos al Gran Salón de los Diez Mil Budas. Ese es el edificio más reciente del monasterio, fue inaugurado en el 2014. Dentro hay cinco grandes budas dorados rodeados por 10,000 pequeños budas. El interior del salón es dorado por todos lados que se mire, es impresionante.

Del monasterio fuimos a dar un paseo por la Villa Ngong Ping. Entramos a varias tiendas y aunque todo era caro, vi un imán que me gustó y lo compré por HK$70. Decidimos almorzar antes de coger el teleférico y entramos a uno de los restaurantes que hay en la villa llamado Matzuka Express. La comida muy buena, pero a un precio bastante alto. Salmón, arroz frito y agua por HK$210. Del restaurante nos fuimos directo al teleférico y luego a la estación del metro.

Queríamos visitar el Monasterio de los Diez Mil Budas que queda en Sha Tin en los Nuevos Territorios. Hicimos dos cambios de líneas de metro y dos horas después estábamos llegando a la estación Sha Tin. Con la ayuda de Google Maps pudimos llegar hasta la entrada del monasterio, de lo contrario hubiéramos tenido que preguntar porque no vimos ningún cartel que mostrara hacia que dirección estaba el monasterio. El caminito por donde se accesa al monasterio está al final de la calle Sheung Wo Che, que es una calle sin salida detrás del centro comercial Grand Central Plaza.

El monasterio se encuentra en una montaña y para llegar a él subimos más de 430 escalones. El camino está adornado con más de 500 budas dorados y cada uno de ellos es único, tienen posturas y expresiones diferentes. Al llegar arriba nos dimos cuenta de que el monasterio tiene dos niveles y en ellos hay cinco templos, cuatro pabellones y una pagoda.

El Templo Principal, conocido como Salón de los Diez Mil Budas, tiene 12,000 pequeños budas adornando las paredes. No se permiten fotos, pero logré tomar una con mi celular mientras caminada, un poco desenfocada, pero da una idea de cómo se ven las paredes llenas de budas. Le eché un vistazo a los pabellones y a la pagada y subí al segundo nivel. En el segundo nivel hay varios salones y un pabellón. Las vistas que se tienen desde el monasterio son espectaculares. Justo cuando íbamos a bajar vimos unos monos brincando entre los árboles y un mono tratando de arrebatarle la comida a una señora. La entrada al monasterio es libre de costo y abre todos los días de 9am a 5:30pm.

Ya tocaba despedirnos de Hong Kong, fueron dos días intensos y creo que los aprovechamos al máximo. Nos regresamos en el metro a la estación Hong Kong donde recogimos el equipaje y continuamos al aeropuerto. Como llegamos con tres horas de anticipación al aeropuerto, nos dio tiempo de comer algo. Cenamos en el restaurante Tsui Wah, mi plato fue carne al estilo coreano con arroz y un refresco, y me costó HK$102. El vuelo salió a las 10:40pm y a la 1am aterrizamos en Shanghai. Tan pronto recogimos las maletas salimos del terminal y tomamos un taxi hasta el mejor hotel del viaje, el Jin Jiang Tower.

El itinerario del viaje lo puedes ver AQUÍ.