Al salir en la mañana del apartamento tuve que entregar las llaves ya que el check out era a las 11am y yo no planeaba regresarme a mitad del día a buscar mi equipaje. A las 9:30am salí del apartamento y mientras caminaba arrastrando la maleta vi un letrero que decía breakfast en un restaurante llamado W Burger Bar. Ahí desayuné unos huevos revueltos con tocineta y tostadas, la comida no estaba mala pero tampoco es un lugar imprescindible para ir a desayunar.
Terminando el desayuno me fui en busca del terminal de autobuses, que se encontraba a pocas cuadras del restaurante. Necesitaba ir al terminal para dejar la maleta en los lockers que se encuentran allí. Funcionan con un token que cuesta CA$5 y es válido por 24 horas.
*Update 27 Mayo 2019: Los lockers del terminal de autobuses han sido restringidos para el uso solamente de personas con reservas para viajar en los autobuses de la terminal. La opción actual es dejar el equipaje en el Hotel Intercontinental que se encuentra a un costado de la Union Station y el costo es de CA$5 por maleta o bulto.
Dejando la maleta me fui caminando a Dundas Square que es la plaza principal de Toronto. Está rodeada por grandes edificios con anuncios neones tipo Times Square. En esta plaza se celebran eventos teatrales, comunales, conciertos y promociones. Se inauguró en el 2002 y atrae a turistas y locales por igual. Cuenta además con 22 fuentes computadorizadas que funcionan 24 horas al día los siete días de la semana.
Luego de recorrer la plaza tomé el streetcar hasta Chinatown. Caminé por la avenida Spadina hasta llegar al famoso barrio de Kensington Market. Este barrio es famoso por sus tiendas de todo tipo de cosas. Hay restaurantes, supermercados, cafés, tiendas de ropa, arte, pubs, en fin, hay de todo. Yo entré a un pequeño cafetín Uruguayo y me comí un churro relleno de dulce de leche. También hice una parada en un restaurante mexicano donde un muchacho español, de Málaga, estaba ofreciendo diferentes sabores de aguas frescas para que las personas las probaran. Vi también una cafetería donde vendían hamburgers entre dos wafles. Habían muchas obras de arte callejero, entre ellas murales pintados en paredes de callejones y hasta un auto convertido en un jardín.
Terminé de recorrer Kensington Market y volví a tomar el streetcar hasta el centro comercial Eaton Centre. El centro comercial es inemnso, tiene 5 pisos y cerca de 235 tiendas. Solo me quedaba cerca de dos horas para irme al aeropuerto así que recorrí dos niveles del centro comercial y me fui a Dundas Square otra vez, pero esta vez a comer en Jack Astor Bar and Grill. Ordené un salmón y una cerveza Molson Export.
Terminando de comer me fui al Terminal de Autobuses a recoger mi equipaje y luego a la parada del bus de cortesía de Porter en la calle Front. Y en menos de 20 minutos ya estaba en el aeropuerto. Porter Airlines es la única aerolínea comercial en el aeropuerto Toronto City y su terminal es una salón VIP gigante con refrescos, sopas y snacks gratis para todos los pasajeros. El avión salió puntual, y también me dieron cerveza y galletas gratis a mitad de vuelo. Así terminé mi fin de semana en Toronto, una ciudad que me fascina y a la cual no me molestaría regresar.
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