El último día nos regresamos al Old Town para visitar varios lugares que se nos habían quedado en el tintero. Comenzamos con la Casa del Presidente, que se encuentra en el Independence National Historical Park. La Casa del Presidente es una exposición tipo pabellón que esta abierta al público libre de costo las 24 horas del día. Allí vimos los cimientos de la que fue la primera mansión ejecutiva en los tiempos que Philadelphia era la capital.

Esa casa fue habitada por dos presidentes, uno de ellos el primer presidente de la nación, George Washington. Este presidente vivió en la casa junto a sus nueve esclavos africanos que se trajo de Mount Vernon al ser electo presidente. Una gran paradoja dado que los estadounidenses lucharon por la libertad de los ciudadanos de la nación a penas meses antes. La exposición muestra diferentes perspectivas de la compleja historia de la casa a través de paneles, videos y cronología de eventos. En el centro de la casa hay una vitrina en cristal donde se puede ver los fragmentos arqueológicos de la casa.

Salimos de la casa y caminamos dos o tres cuadras hasta llegar al Declaration House. En el verano del 1776, Thomas Jefferson rentó el segundo piso de la casa y ahí escribió la Declaración de Independencia de EEUU. En el primer piso vimos una pequeña película y una exhibición de como se redactó la declaración. En el segundo piso vimos la recreación del apartamento Jefferson con muebles de la época. Recorrimos la casa en 30 minutos y de ahí nos fuimos hasta el cementerio Christ Church.

La entrada al cementerio cuesta $2, pero lo que queríamos ver, se veía desde la acera y decidimos no entrar. La tumba del presidente Benjamín Franklin se encuentra en una esquina pegada a la acera y es fácil notarla porque está llena de centavos que los visitantes le tiran encima de la lápida. Estos centavos se deben a que, según la leyenda, Franklin decía que un centavo ahorrado es un centavo ganado y ahora los visitantes le tiran centavos a la tumba.

La última visita la hicimos al Barrio Chino, donde vimos la Puerta de la Amistad, típica construcción en los barrios chinos alrededor del mundo. Caminamos por la calle principal del barrio y entramos al restaurante Red King’s BBQ a comer algo antes de irnos al aeropuerto. Los pinchos de res que ordenamos no sabían muy bueno que digamos, y unos fideos con jamón que ordenamos llegaron con hot dog, pero estaban buenos. En el barrio no solo se consigue comida china, si no que hay también hay coreana, vietnamita y hasta tailandesa.


Y así terminamos nuestro fin de semana en Philly. Regresamos al hotel a buscar las maletas y luego seguimos para el aeropuerto. Philadelphia fue más de lo que pensaba y espero algún día regresar.
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