El último día en Shanghai decidimos desayunar en el hotel. La oferta del desayuno era un buffet por ¥190, algo bastante caro, pero que valió la pena cada yuan. Había de todo en el buffet, desayuno típicos chino, americano y europeo; justo lo necesario para caer en un food coma.
Habiendo terminado la comida más importante del día procedimos a la estación del metro y nos fuimos hasta People’s Square o la Plaza del Pueblo. People’s Square es una gran plaza pública en el centro de la ciudasd. La plaza ocupa lo que en un pasado fue un hipódromo y en la actualidad alberga el Museo de Shanghai, el Gran Teatro de Shanghai, la Mansión Municipal y el Parque del Pueblo. Nosotros comenzamos nuestro recorrido por el parque.
En People’s Park o Parque del Pueblo hay varios lugares de interés como el Memorial al Movimiento del 30 de Mayo el cual fue un movimiento anti-imperialista, la Piedra de la Antártica que fue recolectada durante la primera misión china a la Antártica en la isla George en el Polo Sur, el Museo de Arte Contemporáneo que es la primera galería de arte que se especializa en arte y diseño contemporáneo, el Estanque de Lotos, el Mercado de Matrimonios donde se puede ver los fines de semana un tumulto de personas, muchos de ellos padres buscando esposas y esposos para sus hijos a través de anuncios y la Esquina Inglesa donde los locales van a practicar su inglés con los turistas.
Nosotros nos concentramos en las áreas verdes circundantes al estanque de lotos. También vimos un estanque con unas hojas flotantes gigantescas que tenían un borde muy particular. Atravesamos un pequeño bosque de bambúes y otro con varios árboles entre ellos unos pinos. Junto a un carrusel vimos la luz al visualizar un café con aire acondicionado. Rápidamente entramos y aprovechamos para comprar agua y coca cola para calmar el calor agobiante del día.
Continuamos recorriendo el parque y llegamos a un jardín donde escuchamos el intenso ruido de una especie de cigarra llamada cicada. En un principio no lográbamos ver a los pequeños animales, pero nos detuvimos en uno de los árboles a observarlo con detenimiento y fue así como pudimos ver las cicadas. Más adelante estaba el Museo de Shanghai pero no pudimos entrar a darle una visita porque estaba cerrado por obras de reconstrucción.
Caminamos unas cuantas cuadras hasta que llegamos a Xintiandi. El distrito de Xintiandi es un área peatonal en el centro de la ciudad donde se renovaron las casas antiguas y ahora albergan pequeñas tiendas, cafés, bares y librerías. En la noche los turistas abarrotan el lugar porque hay varios restaurantes de renombre. El lado oscuro de este lugar, del que muy poco se dice, es que, para poder proceder con los procesos de renovación y transformación, más de 3500 familias fueron desplazadas del lugar.
Las estrechas calles y las edificaciones que conforman Xintiandi se ven muy bonitas, se nota que son modernas, pero no tiene ningún encanto tradicional. Había leído que había un restaurante de tapas llamado Estado Puro del Chef Paco Roncero y queríamos probarlo. Las croquetas de jamón con caviar estaban exquisitas al igual que el pulpo a la gallega. Obviamente los precios son bastante altos, pero considerando donde se encuentra ubicado y la calidad de la comida, pues me pareció que valía la pena. Pagué ¥250 por las croquetas, pulpo, papas bravas, crema catalana y una cerveza Estrella.
Nos quedaba aún un lugar por visitar en el último día en Shanghai, el famoso Tianzifang. Llegamos en el metro, y nos bajamos en la estación más cercana a Tianzifang que es la estación Dapuqiao. El barrio de Tianzifang se encuentra en la Concesión Francesa, y a pesar de haber sido renovado, aún preserva el encanto de las construcciones chinas tradicionales. Pequeños pasillos interconectados dan acceso a más de 200 locales que incluyen cafés, bares, restaurantes, barberías, galerías de arte, tienda de recuerdos, manualidades y hasta bistros franceses. Ahí pasamos cerca de una hora recorriendo las tiendas y buscando llevarnos algunos recuerdos de la ciudad más poblada de China.
Íbamos a regresarnos al hotel a preparar la maleta, pero yo tenía que comprarme unos tenis nuevos porque los que llevé se me habían roto. Recordé que muy cerca del hotel había un centro comercial con varias tiendas de zapato deportivo. Nos regresamos al metro y nos fuimos al centro comercial que estaba justo frente a la estación del metro. Terminé comprándome unos tenis en la tienda Adidas por ¥399 (US$60). Esa noche nos fuimos a cenar a BB Bomb, que se encuentra en el City Hotel. Escogimos ese lugar porque tenía una barra y queríamos beber. Ordené la única comida saludable del viaje, una ensalada de diferentes tipos de lechugas con camarones, aguacate, almendras y piña. Nos dimos varios tragos y nos regresamos al hotel a hacer maleta y dejar todo preparado para tomar el avión al siguiente día.
Al siguiente día salimos a las 8:20am del aeropuerto Hongqiao hacia Chicago con escala de tres horas en Beijing. El avión de Hainan Airlines estaba pintado con el personaje de Kung Fu Panda, y como el abordaje era en la pista, aprovechamos para retratarnos junto al avión. Llegamos a Chicago a la 1:20pm del mismo día y así cerramos uno de los mejores viajes de mi vida. Yo cogí una guagua hasta Milwaukee y mis amigos cogieron un vuelo hasta Puerto Rico.
El itinerario del viaje lo puedes ver AQUÍ.
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